26 de enero de 2012

-1 Centigrados*

"-¿Lee alguna vez alguno de los libros que quema?"
(Él se echó a reír)
- "¡Esta prohibido por la ley!
- "¡Oh! Sí, por supuesto."
Fahrenheit 451
Paralisis Permanente / Quiero by Various Artists on Grooveshark

¿Será cierto? Se pregunta leyendo el teletexto. Pero si es cierto… ¿Cómo lo hace? Las preguntas rondan su cabeza y por más que piensa en otra cosa la incógnita la inquieta, mueve su cuerpo de un lado a otro mientras se acaricia el cabello y se muerde los labios húmedos. Consulta a su ego y este le responde con un suspiro, la exhalación muerta de la ignorancia.

Cuando las letras entran en su cabeza, en fila india, el concepto trepador se difumina con la realidad que contempla cada día.

El tipo en cuestión no es nada del otro mundo, tampoco de este. Un cerdo, un egoísta malvado , un paquete de carne a la altura de la cintura. Pero esas letras ¿Cómo lo hace? Tiene dos caras y ¿Cuál será la correcta? Mira sin mirar, el escritor vestido de comisario. Sin duda copia y pega lo que encuentra , no puede ser que esto que ahora me atesta de los pies a la cabeza llegue de aquel que ahora atraviesa mi cuerpo como si yo no fuera nada , pues nada soy , tiene la facultad de hacérmelo saber , de desmoronarme , convertirme en polvo, sentirme  agua escapando de las manos.

Ronda el parasito de la ideas absorbiendo el flujo del intelecto, desenquistando la premura del tiempo, haciendo mortal la carne, recurso de los errores y recuerdo de las taras.

Un mundo nuevo por descubrir, la realidad paralela de mano de un egocentrista descarnado hacedor de males que, por otra parte, se vanagloria de ello.

-Puede ser posible, de todas formas , que el idiota lo escriba , puede ser que yo lo lea y también puede ser que esté condenada , como lo estamos todos , a seguir al estúpido del móvil por que es sencillo. Tengo que leer un poco  más.
Abrir la puerta al mundo negro no es fácil.

Cada tarde se enciende la pantalla, y la droga de las palabras fluye directamente al cerebelo, donde se guardan las emociones. No puede dejar de hacerlo, conectarse al ocaso y verificar por última vez si existe algo nuevo, que la asquee, que la haga vomitar, que se pregunte al verlo otra vez, por la mañana ,  si aquel tipo es capaz de escribir lo que la come por dentro ;  negro y brillante como el orín del octavo pasajero.

- Ese nunca leyó en vida un libro – presume con el recuerdo fresco de los signos en la pantalla negra , sabiendo que es falso o ¿correcto?, intentando conseguir una replica que no llega , pues todos callan y la duda cada vez es mas grande , una rueda de granito que pesa. El temor a descubrir la verdad, saber que es cierto, que él lo escribe y piensa en un mundo perdido de ideas.

En la noche las letras siguen tomando formas de colores, bailando de un lado a otro, chocando entre las sienes. Acurrucada entre las sabanas espera que una vez despierta desaparezcan.
Con la llegada de la luz quizá, cuando el Sol este en lo alto, cuando el despertador suene pasada la hora bruja de las tres de la madrugada. Y el Sol despunta y los signos siguen vivos.

- ¿Será cierto? -Se preguntó de nuevo así misma-¿él?.

El sonido del blanco y negro embelesa sus tímpanos, rueda por entre las teclas. Intentaba resistir la droga pero ya es una adicta y las ideas se escapan cuesta abajo. Supo que era mortal y consecuente de todos sus fallos.

Conduce el vehiculo esquivando signos de admiración, acentos y palabras soeces escritas con ternura en el fósforo blanco del blog.

- ¿Tuviste un sueño?- le preguntó al llegar, sin mirarla.
-  No creo que seas tú el culpable, no podrías escribir así en la vida-le contestó a su espalda.
-¿Soñaste con teclas de piano?
- Si - Fue la lacónica respuesta.
- Bienvenida al Andaluz Kafka.

*Punto de congelación de la carne

16 de enero de 2012

Entre Camaradas


Nuclear Si by Aviador Dro on Grooveshark

Despertó una mañana. Se contempló en el espejo y la imagen era la de un tipo vulgar. No era un activista, ni un revolucionario, ni tan siquiera le gustaba el cine europeo. Tenia cuarenta años y de sus ideales tan solo quedaban frases copiadas en el Facebook.

Asesó entonces en su mollera que era todo un señor. Un señor de los bares que se quejaba de los impuestos, de la crisis y que poco o nada hacia para subsanar la situación. Entendió, por fin, sin remisión, que se había convertido en el genuino autor de frases hechas de Internet

El copia pega de los revolucionarios sin opción a replica.

Es fácil hacer política retrepado en el sillón de casa. Esperando la reacción incondicional de los amigos, sin temor a que el contrario responda, salvaguardando el trasero pues cualquier falacia será satisfecha encomendada a los santos del fascismo.

Es difícil oponerse al dogmatismo de los camaradas del Facebook , acostumbrados como están a que le bailen el agua , encontrar un rival no creo que se las haga cuesta abajo y sin freno, mas bien todo para arriba llevando a cuestas la apología del los que se creen en el uso de la razón.

El dogmático de Facebook no ve la subvención a los que portan el carné para hacer su película. 

Su percepción de la realidad es obtusa y contempla el peligro en la iglesia de Cristo y la perfección en los del turbante , los que apedrean y tumban mujeres para la gloria del de arriba, se casan por el rito Balines y repudian de la iglesia de barrio , porque el cura mejor  muerto que vivo( le decían sus abuelos).

Los ojos del tierno camarada animalista no ven la pasión humana ni la caridad propia de los hombres y  siempre de los animales. Se regodea en la frase hecha; un copia pega de los blosgs de puberes vampíricas de cartón, de ñoñas niñas bobas leedoras de Bets Sellers, de frases amorosas de carpeta de estudiante.

Que le gusta al activista de sofá un tipo tocando la flauta y que poco un jornalero encabronado. Como disfruta el colorado de bolígrafo machacando a un sacerdote, apuntándose una victoria virtual sin esperar respuesta. Que bonita calle tenemos en la Híspalis dedicada a una señora que no conoce ni su puñetera madre.

El iluso izquierdista de Internet cree en la revolución de la poltrona, en el cariz de unos amos muertos en la estepa siberiana, en los sindicatos de mayorías que, mudos, esperan la sangre fácil del ahora nuevo en el poder.

Saben, los listos, que el “no me gusta” se obvia en las entradas del “caralibro” y esperan por tanto que comulguemos (perdón camaradas por el verbo).

Banderas de colores que su daltonismo histórico, ahora descubierto, les enseña, repudio de la nueva, que lo mismo le da al Andaluz : para el Andaluz Kafka su territorio de vida, su coto de caza y supervivencia llega un poco más allá de Almería y muere en Huelva, cercano ya a Portugal, sabedor que jamás residirá su alma en Estocolmo ni en Madrid. El nacionalismo se cura viajando, dicen algunos, pero el único viaje que le queda al andaluz es el del Incerso.

Camarada que poco te queda de rojo bajo la barriga y el cartón de la cabeza. La cerveza en el bar y el puño, no en alto, si no agarrando el todoterreno, la pegatina de “bebe abordo” y doce euros en el bolsillo para el Big Mac.

Que me gustan los animales, por que no hablan , se comenta asi mismo y que malos los humanos por qué lo dicen todo.



1 de enero de 2012

Vienna


Vienna by Ultravox on Grooveshark 

Recuerdo un fin de año.

Aquella noche los lugares de encuentro estaban vacíos para nosotros. Aquella noche empezó a llover.

Me cobije con ella en una casa ajena para mí. Fría y extraña las paredes se desdibujaron a mi vista , el grabado de las paredes mutaba de un lado a otro en un éxtasis de colores y bebí en una copa de oro viejo y la contemplé vestida de grana.

Por cada trueno un sorbo caía en mi boca de espumoso vino hasta que, desnuda la tuve.

Las ventanas vibrantes por el viento, el golpe del agua en el cristal y el año, desmenuzado, se escapaba en mis manos.

Las campanadas de aquella plaza quedaron lejanas cuando el numero 2 se tornó mágico en el calendario para caer, polvoriento, pues todo seguía igual.

Una década se abría, unas piernas, unas sombras.

Recuerdo su cuerpo de bronce, recuerdo su indiferencia, y ya no recuerdo nada más salvo el retumbe, armonioso, de los truenos al caer sobre el ventanal.