30 de agosto de 2012

Un jardin secreto


la estatua del jardín botánico by Radio Futura on Grooveshark
El jardín está lleno de flores. De rosas negras, orquídeas domadas, helechos muertos, arbustos que quisieron ser árboles y quedaron en enanos bonsáis. De raíces parásitas de los eucaliptos cercanos; roban la sangre de las flores y crecen hasta lo más alto con la energía de otros.


El jardín lejos de ser un edén es el averno cercano, la selva oscura donde cada cual planta hierba en su piel para mimetizarse con el ambiente.
Sobrevivientes eternos de una jungla secreta.

Escondido en un rincón el jardín continúa vivo cubierto de humedad y liquen espeso.
Estático en el pedestal soy reflexivo sobre el lenguaje de estos monstruos que a la vista del incauto paseante tan solo asemejan colorido, enervante en mi parecer. Condenado a contemplar como la muerte y la vida se desarrollan en continuidad llego a aburrirme de esta condena y espero que se me coman los buitres de piedra.

Y cuando la estatua cayó, derruida de su pedestal por el simple hecho del paso del tiempo, llegaron los buitres de mármol a comerle las entrañas. Ansiosas las flores acudieron, aposentándose en los despojos, llenando de color la nívea piel de este. Cuajado de rosas el torso partido, relleno de verde los huecos.
Mimetizado al fin con su hastío diario.

Los buitres levantaron el vuelo. En círculos se contonean en el viento esperando con premura la caída de otro.

4 de agosto de 2012

Pedir el rescate


 
Mentiras (original de Batallón de Castigo) by Odal Sieg on Grooveshark 
Por el metal se apartan familias sobre todo aquellas que nunca estuvieron unidas salvo por el poder de la fuerza.
El germano protestante quiera humillar aún más al díscolo del sur. Pretende que el papista peque de nuevo haciendo uso de la usura, un invento luterano copiado de Sión.
La deuda solo será salva si el Ulises cristiano se genuflexa implorando perdón.
Yo les digo a esos que se creen trabajadores santos por no doblar la cerviz en la barra antigua con aserrín en el suelo , a esos que  buscan el sol que más calienta , que si los nuestros consienten en caer de rodillas yo no me siento de su clan.
Que la bandera que portan en las fiestas paganas del recreo no la considero mía. Que los colores que en ella se dibujan hace tiempo que descolorieron en un morado que desconozco.
¿Por cuento tiempo consentir esta desvergüenza?.
Hace mucho, en la Germania, una humillación igual terminó en una guerra que a todas las potencias rozó llevando en volandas jóvenes almas y ahora esa misma se vanagloria de su fluctuación monetaria.
Hablan en un lenguaje extraño que nadie entiende a propósito, juegan con la mente del obnubilado sureño esperando encontrar en las mansas aguas mediterráneas, el cerdo sumiso de su San Martín.
Olvidan que el otro lado el Atlántico rompe con fuerza en el espigón dotando de una fuerza increíble al aceituno, que el sol tuesta cuerpos que ya antaño rompieron la testa del gabacho del germano y del flamenco en mil pedazos con la fuerza del trabuco y mil pares de cojones.
Tentar al diablo amigo es un arma de doble filo; una pica a Flandes.
Me temo que aquellos hombres antiguos desaparecieron, dejando huérfanos de jefes la piel de toro aserrada de espigas , comiendo de la boca del inglés , mamando de la teta de la vaca Europa, consentidos en la miseria de la subvención , asentados en la mano de los mercaderes tapando el orgullo en cuarenta años que no se nos perdonaran en la vida.
Merecemos entonces, si no somos capaces de sublevarnos, el ostracismo mas cruel y la deformación mas horrible en hombres esclavos.