10 de agosto de 2013

Perverso



 Este tipo es sin duda lo más degenerado que he encontrado en mi carrera. He tenido que vérmelas con muchos asesinos, psicokillers cuya moral se encuentra dentro de un bote, incrustada en el cerebro y aún así el aislamiento constante de nuestros ensayos carcelarios ha conseguido romper el vidrio. Suplicando perdón el preso fue redimido y mas tarde, como debe ser, ajusticiado; siendo él mismo el que imploraba con lágrimas en los ojos que la guillotina besara su cuello.
 Este caso es particularmente correoso por su evidente maldad, por lo oscuro del corazón del ejecutor, por su nula empatía. Hace tres días que permanece encerrado, sometido a un interrogatorio constante, con pocas horas de sueño y comida escasa debería estar en nuestras manos pero como roca se resiste.
 El argumenta que no ve pecado en su crimen. Que acuchillar unos osos de felpa, o de peluche (la sola descripción de este acto cruento hace que se me retuerzan las tripas) no es más que matar un juguete, a veces, se vanagloria el indeseable, “hasta son feos” se atreve a decir. No sirven las excusas, y el hecho de tener que oír estas indecencias de su boca me asquea,pienso que mi sueldo no compensa este sufrimiento.
 Sus actos ya lo conocemos, las pruebas, y su propia confesión, lo que deseamos con ardor en su arrepentimiento; que no llega.
“Acérquese comisario, permítame su oído”, se pronunció esta mañana. Como no quería quedar como un pusilánime ante mis hombres lo hice, esperando, ingenuo de mi, el arrepentimiento, sintiéndome yo como un joven sacerdote ante su primera confesión. “Comisario, querido comisario, es usted un hombre recto y justo, sin mácula y por eso debe oír esto que le digo, de un pecador a un hombre santo. He matado muchos juguetes de felpa, cierto, pero nada me causa mas excitación que mancillar con deleite los anuncios en las redes sociales, esos que cuelga su esposa o su querida hija; animales tiernos de carne y hueso o puro algodón ; con mensajes candorosos bajo sus patas y buenas intenciones, me excitan sobre manera. Cuando incrusto comentarios soeces, cuando los borro o modifico. Esos seres tiernos, y virtuales¿ha pensado comisario en la irrealidad de esos peluches en los cuadros de honor? Son puros, casi místicos. Después de posar mi mano en el ratón quedan sucios ¿sabe comisario el poder que siento en ese instante?”
 Pude soportar este invite con apenas temple por mi parte. Mis hombres no escucharon nada de sus labios pero si el veredicto de los mios con horribles consecuencias para el detenido.
 Niños, cuídense de estos parásitos que roban la inocencia. Nosotros nos encargamos de ellos, no titubeéis en contactar con el Sindicato de Buenas Practicas y denunciar cualquier robo de mascotas de felpa: el criminal tendrá su merecido.

2 comentarios:

  1. En tu sueldo está incluido tu precio por sufrir.
    Recueda que en la tienda de juguetes siempre existe un trastero donde van los juguetes que nadie quiere. Mimetizate en la trastienda, ya que el Sindicato de Buenas Prácticas esta comprado con monedas de chocolate. Las marionetas besuconas estan salvadas del asesino de peluches de felpa pero los indios de plásticos seremos victimas del psicópata.
    Si tus compañeros son inteligentes, que lo dudo, sabrán por donde van los dardos envenenados de tu relato.

    ResponderEliminar
  2. Me gusta el nuevo rostro del blog.

    ResponderEliminar

Puedes comentar