27 de marzo de 2014

Hipótesis de simulación (práctica)






El asunto legal es muy importante. No quiero condenarme por siempre a una vida más miserable de la que ahora llevo. Tres cláusulas: 1- tienen que intentar la comunicación de todas formas posibles, si esta se consigue por una sola vía (la mía en este caso) y decido la desconexión total (en una palabra : matarme) tendrán que hacerlo. 2- no tengo herederos, arriesgo mi mente al destino que el laboratorio decida, como comprenderán es una decisición muy delicada, mi abogado estará presente cuando le plazca, tendrá libre acceso al centro. 3- el resultado del experimento se hará público en cuanto sea posible, mi abogado tiene documentación al respecto para que se lleve a cabo esta premisa. 
 Y eso fue todo. Al día siguiente se firmó el contrato, Joseph, el letrado, estuvo presente; “no me falles camarada”, escapó de mi boca esta súplica y el joven subió un dedo hacia arriba, su sonrisa se desdibujo en una bruma cuando la anestesia se coló por la mascarilla. Joseph y yo ya éramos amigos de antes. Arrastra dos licenciaturas a sus espaldas, la mecánica cuántica, su verdadera pasión, la que no deja dinero, le hizo formar parte del proyecto que llevaba en la cabeza desde que tuve el accidente.
Cuando desperté alcé mi mano y la miré (¿Cuántos son capaces de contemplar su propia mano en un sueño?) decidí entonces que estaba  lúcido. La habitación era la misma, el blanco nuclear lo inundaba todo, la camilla estaba vacía y yo de pie. Me encontraba solo, las luces de OC, un par de leds de color verde, titilaban en simetría hipnótica.
 -Está en lo cierto sr. Tanazo, las luces de mi consola se mueven en compás a su ritmo alfa. Todo en esta estancia se sincroniza con usted. Los fotones de luz que entran por las vidrieras y las moléculas de agua de aquella máquina, todo vibra en cadencia Tanazo.
 -Nada existe salvo en tus circuitos y mi mente, ¿como me hablas de fotones y moléculas OC?
-No discutiré de Mecánica cuántica con usted sr. Tanazo, seguro que sabe muchísimo más que yo.
-No seas humilde OC, eres muy pelota para ser una máquina.
  Me advirtieron de esta circunstancia, “OC en las primeras fases del experimento estará ligado a usted. Le ayudará durante el proceso y será el nexo de unión con nosotros. Él le construirá una realidad de trancisión hasta la desconexión total, una vez llevada a cabo usted se valdrá de sus propios medios. Durante un tiempo, no más de un día en nuestra realidad física, estará solo. Desconocemos que percepción del tiempo tendrá en su limbo, confíe en nosotros y si no es así en Joseph. Lo sacaremos de allí, puede que no quiera regresar” ¡y una mierda! Que fácil lo ven todo cuando el tiempo lo decide mi inconciente y no yo. Exploré el centro. OC es buen arquitecto, demasiado, todo estaba donde debía estar salvo la gente. Caminé solo por los pasillos hasta que llegué al jardín, OC tuvo a bien vestirme, el sol estaba medio tapado por nubes negras cargadas de agua, comenzó a llover. Notaba cada gota impactar en mis manos descubiertas. Pensé durante un rato en mi cuerpo, aquel que ya no tengo, en la muerte, en las personas que dejaba atrás (en sentido general, nadie me espera) en si vivir dentro de una máquina sería compensable. Todas estas dudas que ya eran antiguas regresaron. Empecé a notar aprensión, cierta angustia ante un corte de corriente (absurdo por otra parte, el centro dispone de un generador para dar luz a un pueblo pequeño durante días). Seguí el camino que lleva a la carretera general que estaba desierta.
 Puede que Joseph me traicione, que huya con el dinero que dejé para el mantenimiento si es que el centro decide terminar con el proyecto , que me mantengan vivo sin estar conectado a OC en la oscuridad de mi mente , que el maldito Joseph se deje sobornar, no se puede confiar en los abogados. Mi mente seguía divagando sobre estos asuntos y la respuesta de mi cuerpo prestado era de comezón, de asfixia, tuve que caminar por la autopista ; intentaba relajar los músculos,hacer una metáfora virtual con la imagen de mi mismo. Estuve tan ocupado en esto que tardé en descubrir que podía andar de nuevo. Dentro de OC estoy entero. ¿Seguiré así cuando llegue la desconexión , o me condenará mi mente a permanecer quieto por todo la eternidad?
-Sr. Tanazo, faltan 10 segundos para la desconexión. Inicio la cuenta atrás: 10…9
-¿Ya? Si solo llevo aquí un instante.
-7...6
-OC, dime que iniciaras la conexión en un día como prometieron, dímelo OC , ¡por Dios! Necesito escucharlo de ti.
-4...3
-¡Dímelo maquina!
-..0

15 de marzo de 2014

Muy singular







 Me llamo Matheus Tao Romero. Ese no es mi verdadero nombre, el otro es más vulgar pero ya casi no lo recuerdo, un nombre sin importancia, de cuando las personas estábamos separadas y éramos millones, ahora somos cientos.
 Aquí en Compromiso tengo múltiples funciones: tendero, agricultor, zapatero, padre de siete hijos, esposo de tres señoras y dueño de una mula terca como ella sola, también soy conocido por mis funciones eclesiásticas. Soy el Pater de Compromiso, cuido de las almas de estos pocos pellejos llenos de huesos; los últimos Homo Sapiens del Universo o por lo menos de este Universo pequeño, microscópico y ambivalente ubicado en una zona terraformada de Marte. La iglesia no es nada particular, vivo en un anexo a la misma y solo doy un responso al día, no me puedo quejar, los parroquianos tampoco necesitan más. A veces cuesta que nos escuche pero no hay nada que la oración no cure, no le queda mucho rebaño descarriado a quien devolver al redil…
 Hace muchísimo tiempo, en la Tierra, ese derribo, la humanidad se embarcó en la Singularidad, esto es un desarrollo exponencial e irrefrenable de la tecnología, sus efectos se multiplicaron en poquísimos años, nadie estaba preparado para eso.
 Como era de esperar, nuestras creaciones, las maquinas, tomaron control de todo lo controlable. Algunos humanos se fundieron con ellas, llenos de la alegría que da el ser inmortal y mascota de Dios. Otros, como nosotros, no tuvimos tanta suerte, aislados en Marte la evolución a Transhumano nos llegó tarde. Aceptamos unos cuantos cargueros de inmigrantes: italianos gritones, mexicanos pendencieros, asiáticos humildes (poquísimos) que huían de la revolución Transhumana, inadaptados, conservadores, ecologistas (que risa) al año dejaron de llegar y nunca más tuvimos señales de la Tierra.
Recogía bayas marcianas (que ni son bayas ni tan siquiera marcianas, es una variedad de tubérculos mutados) cuando el cubo se posó sobre mi cabeza. Al instante estaba a mí lado. Digamos que Dios se me presentó.
 El tipo en cuestión no se parecía en nada a una máquina, la idea más cercana que tenemos de ellos, resplandecía como una virgen al Ángelus, su piel era dorada y transparente, algunas esferas oscuras parecía correr bajo ella por todo su cuerpo. Sin duda era un Dios, aunque esto suene a herejía, tuve ganas de arrodillarme, de presentarme a sus pies.
 Nunca me llamaron la atención los Singulares, por cierto nunca vi uno en toda mi vida, hasta ayer. Sus naves (o lo que quiera que Dios sea) en forma de cubo , silenciosas como lechuzas, atraviesan de vez en cuando el horizonte rojizo, no sabemos lo que buscan ni lo que quieren, tampoco nos importa, no nos molestan y nosotros, infelices , no podemos molestarles.
No tuvo que abrir la boca. Sus pensamientos llegaron a mi cabeza.
—No es posible.
 Articulé esta frase temblando, el miedo no me dejaba realizar movimiento alguno. El Singular no mostraba expresiones, algunas esferas por dentro de su piel se  agruparon en la cabeza. El solo hecho de negarme a sus requerimientos me hacía parecer un ratón perdonando a la boa que lo tiene por cena.
—Me gustaría, créeme. No está en mi mano.-Repetí inseguro varias veces temiendo caer fulminado por un rayo. Aquella presencia turbaba mis sentidos, miraba mi alma.
—A los mejor, con más tiempo, vosotros estáis más cerca, no necesitáis intermediarios.  En aquel rostro sin cara pude leer una decepción increíble, miles de ojos , anteriormente humanos, me observaban desde dentro , el Singular llegó a postrarse de rodillas. Ninguna palabra pudo salir de mi boca en ese instante, sabía que era imposible, que nunca lo conseguirían y que eso les atormentaría el resto de la eternidad.  
—¿Qué te dijeron? , vienes blanco como un fantasma- me preguntó Anna mi querida esposa la más amada de las tres, por ser la primera ( y también mi prima, siempre me unió un vinculo especial con Anna.) , cuando le relaté lo sucedido.
—Quieren conocerlo.
—¿A quién?
—A Él- señalé al techo, me apunté en la cabeza arreglar una grieta, la temporada de lluvias se acerca y seguro que da problemas.