Vendo vehículos
usados, igual que hacía antes de Mic. He vendido seguros de vida, libros de
dianética, frigoríficos, acciones, biblias, juguetes para adultos, sexo por
encargo y comida enlatada. He vendido casi todo lo que se puede vender,
incluida mi persona…también vendí a Maureen.
Ahora solo hay cantinas.Los bares no están
prohibidos pero todo aquel que frecuente uno es sospechoso de traición a Mic,
eso piensan los humanos, a Mic le importa un carajo.La mayoría de los rumores
sobre él son inventos del inconciente
colectivo, es el cerebro asustado y contrahecho de la humanidad el que nos hace sospechar
turbias acciones de Mic sobre todos nosotros…yo creo en todas de una manera
febril.
Las vacaciones pagadas en verano, la Navidad; fiestas que a las
máquinas les importan un comino. Un misterio, tan insondable como nuestra
supervivencia.
De igual manera
incomprensible sostienen un sistema capitalista de bajo nivel en todo el
planeta, es por eso por lo que las maquinas mantienen las fotocopiadoras, ¡los
faxes!, los televisores catódicos y los programas de televisión de niños
cantantes; odio a Mic, no saben cuanto puedo llegar a odiarlo.
—Cuénteme algo de Maureen.
—Lo sabe todo de Maureen doctor.
—Pero quiero que usted lo haga. Sr. Stud.
—Puede llamarme Ronaldo como todo el mundo. Mi Madre era la única que me llamaba así. Lo hace aposta, está bien no me importa, ya casi nada me afecta. Como sabe doctor,Maureen murió con la mitad de la población del planeta a causa del virus. Mic fue así de bondadoso con la humanidad. Nos libró de la superpoblación, recuperó el clima, especies casi extintas y mantuvo al mismo tiempo el capitalismo de hace cincuenta años sin sus funestos efectos secundarios ¿Qué más se puede pedir?...bueno por pedir que no quede, yo acabaría con las rancheras, los mariachis y los niños cantores de concursos televisivos pero eso es demasiado para Mic.
-¿Sabe que ahora además de cantar cocinan suculentos platos de prestigiosos chefs. Todo dentro del mismo concurso, es entrañable.
Tomé este ataque descarado de publicidad pineal por parte de mi
psiquiatra como una sucia maniobra de Mic, controla todo lo controlable,
incluida mi visita semanal al doctor Ramírez.
—Cuénteme algo de Maureen.
—Lo sabe todo de Maureen doctor.
—Pero quiero que usted lo haga. Sr. Stud.
—Puede llamarme Ronaldo como todo el mundo. Mi Madre era la única que me llamaba así. Lo hace aposta, está bien no me importa, ya casi nada me afecta. Como sabe doctor,Maureen murió con la mitad de la población del planeta a causa del virus. Mic fue así de bondadoso con la humanidad. Nos libró de la superpoblación, recuperó el clima, especies casi extintas y mantuvo al mismo tiempo el capitalismo de hace cincuenta años sin sus funestos efectos secundarios ¿Qué más se puede pedir?...bueno por pedir que no quede, yo acabaría con las rancheras, los mariachis y los niños cantores de concursos televisivos pero eso es demasiado para Mic.
-¿Sabe que ahora además de cantar cocinan suculentos platos de prestigiosos chefs. Todo dentro del mismo concurso, es entrañable.
En este anuncio
que encontré en la mañana, antes de la primera copa, lo dice bien claro: SE
NECESITA AGENTE DE VENTAS PARA IMPORTANTE EMPRESA, AVALADA POR MIC EN PERSONA,
BUENA PRESENCIA…Y BLA, BLA, BLA. PROCESO DE SELECCIÓN MUY RIGUROSO. Soy yo, sin
duda, el candidato ideal, así que me encamino a copar el puesto y dejar el derrumbe
para otro menos meticuloso.
Un tipo se me ha
adelantado, se podría decir que es una alma gemela, otro vendedor, yo diría que
de fotocopiadoras, se le escurre el toner por entre las mangas, son
inconfundibles.
— Avalado por Mic en persona. Tiene gracia…en persona.
—Mic tiene de persona lo que yo de abstemio, ¿una copa compadre? Así hacemos tiempo.
— Avalado por Mic en persona. Tiene gracia…en persona.
—Mic tiene de persona lo que yo de abstemio, ¿una copa compadre? Así hacemos tiempo.
“El Olvido
Mariachi” un lugar como tantos otros,
una patética cantina donde esperar, mi dichosa manía de llegar siempre media
hora antes.
Por entre los
víseles del Olvido la captación pineal
me escuece los ojos: “COLONICE LA UNDECIMA DIMENSIÓN,
ESCAPE DE LA TIERRA,
SEA HUMANO” siempre llevo a mano una buena cantidad de duerme bien en el
bolsillo interior de la chaqueta para evadirme del acoso pineal de Mic(solo
para eso)me digo a mi mismo cuando sé que no es verdad. Desconozco de lo que está compuesto el duerme
bien así que sugiero como sustancia adictiva el tequila, mi segunda debilidad,
digamos que el duerme bien es un complemento.
Altavoces escondidos entre matas de cactus de plástico nos
martillean los oídos con el cántico de Jorge Negrete, en el televisor un adulto
en cuerpo de niño intenta cocinar para deleite de sus horrendos padres y el
resto de parroquianos.
—Es mejor que deje la botella- le ordené al mesero mientras mantenía la caja de duerme bien agarrada.
—Buena idea compadre.
El tipo está un
poco desquiciado. Mira de un lado a otro no es capaz de mantenerse quieto en la
silla, me observa de reojo con una inquietante sonrisa de medio lado.Me cae
bien. En un momento dado, cuando fantaseábamos con la posibilidad de
desconectar a Mic, me mira fijamente, por primera vez en toda la conversación.
—Es mejor que deje la botella- le ordené al mesero mientras mantenía la caja de duerme bien agarrada.
—Buena idea compadre.
—¿Cree que nos
escucha? ¿De verdad lo cree?
—Mic lo escucha
todo, lo ve todo y no le importamos en absoluto.
A estas alturas
la entrevista de trabajo nos trae sin cuidado, la botella de Tequila está medio
vacía, como mi vida, como la de este
tunante. Me arrimé a los labios un par de duerme bien y los tragué de golpe.—Mire Stud. ¿Que
me diría si le cuento que sé de buena tinta las intenciones de Mic?
—No me haga
reír. Lo pondré a prueba.
—Hágalo.
—¿Por qué Mic
nos tortura con esta música del demonio? Es muy fácil y nada complicado para
usted que todo lo sabe de nuestro Dios. No recuerdo oír otra cosa desde la gran
epidemia.
—¿No le gustan
las rancheras?
Estoy a punto de
machacar la cabeza de este hombre pero quiero saber hasta que nivel llega su
locura.
—NO.
—Mic cree que
asienta el espíritu y prepara el cuerpo.
—¿Para que? ¿Nuestro
funeral?
—Para la vida
salvaje por supuesto. Fuera de estas paredes de hormigón.
—Si de lo que
habla son las colonias de azufre en la atmósfera de Venus o el infierno de
Marte solo tiene que cambiar el hormigón por planchas de acero; el interior de
un carguero espacial o un domo presurizado.
El tipo sigue mirando de un lado a otro. Toma
el resto de la botella de tequila a gañote. Me devuelve la mirada de nuevo y
saca una foto de esas instantáneas de hace cincuenta años con la banda blanca abajo
(otra gracia de Mic) donde hay escrito algo ininteligible.
—Mire esto.
Veo un paisaje
árido lleno de casas blancas, amplias y robustas, un caballo pace tranquilo, al
fondo una hacienda, no se aprecia muy bien pero los bultos marrones diría que
son reses, todo enmarcado por varios
cactus…azules.
Permanece en
silencio, con esa sonrisa desquiciante ladeada, la corbata floja, el cabello alborotado
de tanto manosearlo.
—¿Qué me dices
Ronaldo , ¿Lo dejarías todo para venirte aquí?
—¿Ha montado
todo esto solo para ofertarme otra vida?
El tipo asintió
de manera exagerada como los niños. Quiero veros allí. Me preocupáis, te juro
que me preocupáis Ronaldo. Esto está a miles de años luz. He dado con la clave
¿sabes? La de los viajes espaciales. ¿No es increíble?
—Lo increíble es
que después de masacrar a tres cuartas partes de la humanidad con un virus
tengas el valor de proponerme tal cosa…máquina.
—No, solo viste
como los camiones se llevaban los cuerpos para su incineración. ¡Pero están
vivos Stud! ¡Vivos! Te esperan allí compadre. Me tengo ir Stud.
El vendedor de fotocopiadoras se marcha
despacio y deja un puñado de fotos “Polaroids” dobladas encima de la mesa. Las
paso como un manojo de naipes, al poco me topo con el rostro sonriente de
Maureen, cubierta a medias su cara por la sombra de un sombrero charro, en el
espacio en blanco de más abajo una nota...