15 de febrero de 2012

Juzgar a Cain

Black Crow (Radio Acoustic Session) by Jamiroquai on Grooveshark

 A veces la jornada es dura, intentas dar de sí lo máximo, crees en el amor propio; el amor incondicional al trabajo que dignifica a las personas. No lo haces por nadie, no lo haces por nada, lo haces por ti.

Las horas pasan, los días y los meses siempre al pie del arsenal, guardando tus armas, enfrentándote a lo desconocido, controlando tu ego.

No se remunera este esfuerzo por que está incluido en la nómina, es tu obligación como prole. Las medallas se ganan en la guerra y esta misión diaria no se considera como tal. Las distinciones se las llevan los que se arrastran cual caja de pescado del mercado de abastos, los que se venden de gratis o por un fin de semana libre, pero tú no amigo, tu no. Te mantienes integro, Robespierre el incorruptible, ese gabacho capaz de amparar el alma ruin de aquellos de mas allá del los Pirineos, ese es tu ídolo aunque como a él te cueste la testa.

Muy de vez en cuando ronda tu cabeza cometer algún desliz, sin importancia, la conciencia entonces se atenúa y la testosterona de macho te salva de nuevo, el Sefardí de las feminazis, la hormona maldita, te hace hombre cabal y sigues adelante, derecho y seguro ante las tempestades y los odios de los que envidian vestir tu piel de reptil, tu impasible gesto, el sentido del orden. Otras es el caos quien te avoca al desconcierto sin que puedas remediarlo, acaso salvaguardando las posaderas.

El humor justo y necesario para desamortizar a tus enemigos, se acrecienta cada mañana y eso te hace fuerte, como un zimmeriano con la espada quebrada y el corazón en un puño.

El camino del guerrero dura toda una vida, y al final, cuando te ronde la del batín negro, podrás con altanería pedirle cuentas por tardar tanto.

Hubo una vez que caíste en el pecado, uno banal y simple, casi sin importancia de tan pequeño que era, lo justo para que el gusano de la conciencia se apoderara de un cuarto de tu espíritu, alguien lo contempló y otro lo ejecutó.

Y te hundiste en desgracia, en el ostracismo de los santos ante los leones y aunque después, como pájaro de llamas resurgiste, pocos confiaban en ti. Veinte años de trabajo honrado se diluyeron en alcohol de 90 grados, el de curar heridas, el que se beben los alcohólicos después del agua de los floreros.

Nadie escribió un mensaje de apoyo en las redes sociales, ni un solo aliento se compadeció de ti en aquellos instantes. El intachable trabajador ha caído en un renuncio, los más se alegraron, y los menos se escondieron.

Natural, no eras un Juez semidiós, y aunque tu apellido contempla la Z al igual que el  de aquel magistrado Bendito, no llevas lentes ni un plateado mechón te cruza el cabello; solo eres un nacido bastardo de los hombres: el gran hijo de puta Caín ¿Qué esperaban?

13 de febrero de 2012

Odio Urbano / Odio Rural


Masked Ball (1999 Extended Mix) by Jocelyn Pook on Grooveshark


El odio urbano es sibilino e indiferente. Acosa a los vecinos parapetado en una mirilla, hurga en los buzones correspondencia ajena y descuartiza a navajazos en la puerta de los bares.

El odio urbano es una pancarta de los tíos del 11m comida de mierda, añorando acaso una cuadra de vacas de las que no se comen.

Cartones de sueño en cajeros, provincianismo autentico, pues el cateto de ciudad existe: aquel que añora el sumun del paletísmo instalado en la Villa Grande de los Madriles.

Las putas de ciudad siempre vienen del este, siempre esclavizadas y las autóctonas se comen los mocos en las esquinas con la cuchilla abierta entre las piernas.

El odio en la metrópolis no tiene nombre, pero si matricula que se caza al vuelo desde la cafetería cercana, cuando el peatón atropellado por el niñato imberbe dice adiós al que lo mira con la mueca del payaso y los becerros ; la lengua fuera, los ojos inocentes , los hijos en casa cobrando el paro y la mujer viuda.

Anselmo Mateo, no tiene ni idea de quien vive en frente. Un letrero en la puerta comido de moho, del que se incrusta después de varios lavados con agua sucia ,de cubos de fregar amarillos llevados a rastras por extranjeras, dieron buena cuanta del mismo.

Anselmo tiene escrita la muerte en su rostro por un recibo de la luz, una factura del móvil, una hipoteca a destiempo, un ERE cretácico. La muerte de Anselmo Mateo es una noticia del mediodía, de las de antes del maricón de la siesta. Anselmo muere en la escalera por una falsa denuncia de acoso, por unos hijos que no ve desde hace meses, por unas ideas ajenas.

Cuando el manflorita de la siesta entrevistó en el plató al asesino de Anselmo la verónica del orate se reía de desespero, el de la hecatombe anal se desternillaba y un par de narices rellenas de coca cayeron al piso.

El asesino de Anselmo Mateo es un pobre “looser”, un “desgraciao” de poca monta agobiado por las deudas, por un orgasmo agonizante de cuarentona, por dos hijos que no merece el mayor hijo de puta de todos los tiempos y por eso, el homicida acabó con el primero que cruzó su camino, loco de rabia animal.
El triste Anselmo, cobrador del gas, ditero de la compañía.

El odio urbano tiene esas cosas, que pertinazmente investiga la histérica del programa de los capullos encerrados, cosas que no tienen nada de descubrir, ¿pagaba el ditero del gas sus impuestos?¿era Anselmo un mal padre?¿un acosador quizá? Que más da, está muerto y enterrado como todos los de la metrópolis : encerrados en sus hogares, momias de miedo y asco, comidos por la ciudad, esperando ser regurgitados en producto reciclado.


Es una forma de odiar, que no es mas que desear la muerte del otro, ancestral y reptiliana.

El guetto agrario, compensado de subvenciones a veces, mantiene sujetos a los indígenas pero de vez en cuando los desertores del arado escapan buscando en la ciudad no doblar la bisagra y mantenerla erecta.

El odio pastoral quema casas, ajusta cuentas de sangre, no olvida un desaire, y se transmite de una generación a otra. Se transforma en estigma, una mancha oscura de hiel que heredan los descendientes y que encierra en las cuadras a los tarados que no son capaces de portarla con orgullo.

Enfrentarse al odio campero es hacerlo con el clan, por eso el enemigo cateto no es solo uno, a veces familias enteras , aldeas y destinos son carbonizados extinguiendo cualquier atisbo de reproducción del otro haciéndolo desaparecer de la existencia, atomizándolo como el agua del grifo en pústulas tan pequeñas que ya no son nada.

No es reconocible salvo en su mirada de fuego donde se refleja , si nos fijamos con atención, las llamas azules del gas del infierno , las casas quemadas , y los papeles ardientes de las herencias malditas. Las escopetas de caza aguardan tras las puertas para descorchar la felicitación de entrada a los nuevos.

Anastasio Clodomiro, que es este nombre de altas esferas en la nobleza del eral, mutó una mañana a capitalino. Decidió despellejarse y quedar limpio de paja. Se asentó en la ciudad y se compró una casa. Las costumbres se olvidan y otras ocupan la repisa vacía, el anaquel exuberante de las tradiciones, en el cerebro, es tan volátil como el derecho civil.

Trabajada por el mismo con el sudor de su frente, la vivienda poco se parecía a las casonas de su pueblo mas bien un cuchitril dirían los del Bar Alberto entre risotadas;  una madriguera.

-Lo importante -se decía, mientras se afanaba un huevo frito en la minúscula cocina- es que he escapado, he salido de aquello- “aquello” para Clodomiro era el campo, el doblar la bisagra, el odio cateto que le corre por las venas, la peste a cabras- ahora soy de ciudad.

Hasta que la hipoteca se lo comió y tuvo que retornar al campo. Escupido por el banco, vomitado por el inmenso estomago del capital, así que se manchó las manos de barro, como antes, recuperó su acento, el juego del dominó y la escopeta detrás de la tranquera.

Con ella, la de los ojos negros y el traje de los domingos puesto, arreglado pero informal como glosa la canción, agarró la reliquia de cuatro latas de apellido citroen camino a la ciudad.
 La puerta de la sucursal; transparente como una pecera y automática se abre para Anastasio.

-Buenos días señores – se pronunció educadamente.

26 de enero de 2012

-1 Centigrados*

"-¿Lee alguna vez alguno de los libros que quema?"
(Él se echó a reír)
- "¡Esta prohibido por la ley!
- "¡Oh! Sí, por supuesto."
Fahrenheit 451
Paralisis Permanente / Quiero by Various Artists on Grooveshark

¿Será cierto? Se pregunta leyendo el teletexto. Pero si es cierto… ¿Cómo lo hace? Las preguntas rondan su cabeza y por más que piensa en otra cosa la incógnita la inquieta, mueve su cuerpo de un lado a otro mientras se acaricia el cabello y se muerde los labios húmedos. Consulta a su ego y este le responde con un suspiro, la exhalación muerta de la ignorancia.

Cuando las letras entran en su cabeza, en fila india, el concepto trepador se difumina con la realidad que contempla cada día.

El tipo en cuestión no es nada del otro mundo, tampoco de este. Un cerdo, un egoísta malvado , un paquete de carne a la altura de la cintura. Pero esas letras ¿Cómo lo hace? Tiene dos caras y ¿Cuál será la correcta? Mira sin mirar, el escritor vestido de comisario. Sin duda copia y pega lo que encuentra , no puede ser que esto que ahora me atesta de los pies a la cabeza llegue de aquel que ahora atraviesa mi cuerpo como si yo no fuera nada , pues nada soy , tiene la facultad de hacérmelo saber , de desmoronarme , convertirme en polvo, sentirme  agua escapando de las manos.

Ronda el parasito de la ideas absorbiendo el flujo del intelecto, desenquistando la premura del tiempo, haciendo mortal la carne, recurso de los errores y recuerdo de las taras.

Un mundo nuevo por descubrir, la realidad paralela de mano de un egocentrista descarnado hacedor de males que, por otra parte, se vanagloria de ello.

-Puede ser posible, de todas formas , que el idiota lo escriba , puede ser que yo lo lea y también puede ser que esté condenada , como lo estamos todos , a seguir al estúpido del móvil por que es sencillo. Tengo que leer un poco  más.
Abrir la puerta al mundo negro no es fácil.

Cada tarde se enciende la pantalla, y la droga de las palabras fluye directamente al cerebelo, donde se guardan las emociones. No puede dejar de hacerlo, conectarse al ocaso y verificar por última vez si existe algo nuevo, que la asquee, que la haga vomitar, que se pregunte al verlo otra vez, por la mañana ,  si aquel tipo es capaz de escribir lo que la come por dentro ;  negro y brillante como el orín del octavo pasajero.

- Ese nunca leyó en vida un libro – presume con el recuerdo fresco de los signos en la pantalla negra , sabiendo que es falso o ¿correcto?, intentando conseguir una replica que no llega , pues todos callan y la duda cada vez es mas grande , una rueda de granito que pesa. El temor a descubrir la verdad, saber que es cierto, que él lo escribe y piensa en un mundo perdido de ideas.

En la noche las letras siguen tomando formas de colores, bailando de un lado a otro, chocando entre las sienes. Acurrucada entre las sabanas espera que una vez despierta desaparezcan.
Con la llegada de la luz quizá, cuando el Sol este en lo alto, cuando el despertador suene pasada la hora bruja de las tres de la madrugada. Y el Sol despunta y los signos siguen vivos.

- ¿Será cierto? -Se preguntó de nuevo así misma-¿él?.

El sonido del blanco y negro embelesa sus tímpanos, rueda por entre las teclas. Intentaba resistir la droga pero ya es una adicta y las ideas se escapan cuesta abajo. Supo que era mortal y consecuente de todos sus fallos.

Conduce el vehiculo esquivando signos de admiración, acentos y palabras soeces escritas con ternura en el fósforo blanco del blog.

- ¿Tuviste un sueño?- le preguntó al llegar, sin mirarla.
-  No creo que seas tú el culpable, no podrías escribir así en la vida-le contestó a su espalda.
-¿Soñaste con teclas de piano?
- Si - Fue la lacónica respuesta.
- Bienvenida al Andaluz Kafka.

*Punto de congelación de la carne

16 de enero de 2012

Entre Camaradas


Nuclear Si by Aviador Dro on Grooveshark

Despertó una mañana. Se contempló en el espejo y la imagen era la de un tipo vulgar. No era un activista, ni un revolucionario, ni tan siquiera le gustaba el cine europeo. Tenia cuarenta años y de sus ideales tan solo quedaban frases copiadas en el Facebook.

Asesó entonces en su mollera que era todo un señor. Un señor de los bares que se quejaba de los impuestos, de la crisis y que poco o nada hacia para subsanar la situación. Entendió, por fin, sin remisión, que se había convertido en el genuino autor de frases hechas de Internet

El copia pega de los revolucionarios sin opción a replica.

Es fácil hacer política retrepado en el sillón de casa. Esperando la reacción incondicional de los amigos, sin temor a que el contrario responda, salvaguardando el trasero pues cualquier falacia será satisfecha encomendada a los santos del fascismo.

Es difícil oponerse al dogmatismo de los camaradas del Facebook , acostumbrados como están a que le bailen el agua , encontrar un rival no creo que se las haga cuesta abajo y sin freno, mas bien todo para arriba llevando a cuestas la apología del los que se creen en el uso de la razón.

El dogmático de Facebook no ve la subvención a los que portan el carné para hacer su película. 

Su percepción de la realidad es obtusa y contempla el peligro en la iglesia de Cristo y la perfección en los del turbante , los que apedrean y tumban mujeres para la gloria del de arriba, se casan por el rito Balines y repudian de la iglesia de barrio , porque el cura mejor  muerto que vivo( le decían sus abuelos).

Los ojos del tierno camarada animalista no ven la pasión humana ni la caridad propia de los hombres y  siempre de los animales. Se regodea en la frase hecha; un copia pega de los blosgs de puberes vampíricas de cartón, de ñoñas niñas bobas leedoras de Bets Sellers, de frases amorosas de carpeta de estudiante.

Que le gusta al activista de sofá un tipo tocando la flauta y que poco un jornalero encabronado. Como disfruta el colorado de bolígrafo machacando a un sacerdote, apuntándose una victoria virtual sin esperar respuesta. Que bonita calle tenemos en la Híspalis dedicada a una señora que no conoce ni su puñetera madre.

El iluso izquierdista de Internet cree en la revolución de la poltrona, en el cariz de unos amos muertos en la estepa siberiana, en los sindicatos de mayorías que, mudos, esperan la sangre fácil del ahora nuevo en el poder.

Saben, los listos, que el “no me gusta” se obvia en las entradas del “caralibro” y esperan por tanto que comulguemos (perdón camaradas por el verbo).

Banderas de colores que su daltonismo histórico, ahora descubierto, les enseña, repudio de la nueva, que lo mismo le da al Andaluz : para el Andaluz Kafka su territorio de vida, su coto de caza y supervivencia llega un poco más allá de Almería y muere en Huelva, cercano ya a Portugal, sabedor que jamás residirá su alma en Estocolmo ni en Madrid. El nacionalismo se cura viajando, dicen algunos, pero el único viaje que le queda al andaluz es el del Incerso.

Camarada que poco te queda de rojo bajo la barriga y el cartón de la cabeza. La cerveza en el bar y el puño, no en alto, si no agarrando el todoterreno, la pegatina de “bebe abordo” y doce euros en el bolsillo para el Big Mac.

Que me gustan los animales, por que no hablan , se comenta asi mismo y que malos los humanos por qué lo dicen todo.



1 de enero de 2012

Vienna


Vienna by Ultravox on Grooveshark 

Recuerdo un fin de año.

Aquella noche los lugares de encuentro estaban vacíos para nosotros. Aquella noche empezó a llover.

Me cobije con ella en una casa ajena para mí. Fría y extraña las paredes se desdibujaron a mi vista , el grabado de las paredes mutaba de un lado a otro en un éxtasis de colores y bebí en una copa de oro viejo y la contemplé vestida de grana.

Por cada trueno un sorbo caía en mi boca de espumoso vino hasta que, desnuda la tuve.

Las ventanas vibrantes por el viento, el golpe del agua en el cristal y el año, desmenuzado, se escapaba en mis manos.

Las campanadas de aquella plaza quedaron lejanas cuando el numero 2 se tornó mágico en el calendario para caer, polvoriento, pues todo seguía igual.

Una década se abría, unas piernas, unas sombras.

Recuerdo su cuerpo de bronce, recuerdo su indiferencia, y ya no recuerdo nada más salvo el retumbe, armonioso, de los truenos al caer sobre el ventanal.


27 de diciembre de 2011

Un elemento disperso

Mongoloid by Devo on Grooveshark 


¿Cuántos vasallos comprende un hormiguero? Los justos y necesarios para la supervivencia de la colonia, el elemento disperso es anulado, expulsado y en último termino eliminado.

Rex es un elemento disperso pero libre, carece de moral, para su bien, es un superviviente, casi único en su especie. Con el tacón de su Martinelli derecho aplasta la obrera roja hidrocefalia, expande su cuerpo hasta dos veces su tamaño en el suelo de concreto del jardín de piedras.

Durante su gestación Don Rex aún no tenía este nombre , tan solo era un cigoto huérfano de alcohol , algo falló , ciertas cadenas de su ADN relegaron el camino de conexión , simplemente lo olvidaron , sus secuencias se perdieron , a veces pasa , el puente entre un eslabón y el siguiente permanece todavía chispando en cada extremo con estática energía , buscándose , serpenteando en la osmosis , hermanos gemelos en uno y otro extremo , flotando , hasta el infinito.

El cráneo rapado de Don, es pura porcelana para Janna, que lo acaricia, suave, mientras Rex observa el desierto tras la mampara de cristal.

Soberbio el salón dorado, La Compañía cuida bien de sus mejores ejecutivos, sobre todo de aquellos que le hacen ganar dinero en el culo del mundo, como Don.

Las dunas se esconden unas detrás de otras, como temiendo al vigilante calvo, salvo la primera fila, que sin mas opción, en desfile continuo impacta en el cristal.
Rex contempla el alacrán blanco que sube la minúscula montaña ; lo sigue con el dedo , deja sus huellas en el cristal e imagina morderlo , masticarlo , saborear la ambarina sangre mientras esta lo mancha entero. Janna le agarra la espalda, siente sus pequeños senos, picudos y erectos y llega a la conclusión que igual le daría comérsela a ella en vez de el escorpión. La nívea piel de J, como la llama, debe saber bien, masticarla y comérsela, podría hacerlo pero…no es práctico.

- Tengo hambre J, debería comer algo – le devuelve el rostro sonriente a Janna.

- Tienes el plato de frijoles en la mesa Rex, desde hace un rato, deja ya de observar ese maldito desierto, vamos a comer.

- El que mas frijoles coma será el ganador.

- ¿Cuál es el premio?

- Tú procura no perder.

21 de diciembre de 2011

A Navaja

Mein Teil by Ramnstein on Grooveshark

El andaluz Kafka podría ser un obsesivo compulsivo, pues este un don que se les concede a los que quieren el orden por encima de todas las cosas, el andaluz está demasiado cansado para ordenar su vida. Nadie ordena nada aquí pues todo lleva su proceso de inicio y destrucción por si solo.

El andaluz Kafka podría ser un perfeccionista agraciado, cualidades no le falta, su tierra está rebosar de escritores, artistas y músicos que buscan la perfección absoluta pero el está demasiado harto. Que aunque quisiera, no podría sustituir su siesta por la perfección de las artes y el calor en verano es tan grande aquí.

El andaluz Kafka podría mantener el tipo y ser un ideal de cuerpo, comiendo poco o casi nada, regurgitar su alimento en el cuarto de baño. Como hacen aquellos que se creen ideales, pero el sopor le invade y el cansancio es tan grande aquí que come o muere, cuando tiene que comer.

El andaluz podría ser un adelantado empresario y crear riqueza en su propio terreno, pero es tal la vejez de sus células cansadas que para qué. Explotar, enriquecerse con el trabajo de otros, cansa tanto aquí.

El andaluz Kafka podría ser una estrella mediática o de las cultas , de las del segundo canal, pero su acento , su zezeo , es tan cansino , que dominar el castellano le ocasionaría una inmediatez absurda e innecesaria, le cuesta modular las silabas , hacerse un hombre de provecho con verborrea cuesta tanto aquí. Y el papel de las revistas de colores es tan bueno para forrar los cubos de basura, impide que el chorro lo pringue todo.


El andaluz Kafka podría presumir en los aeropuertos, al pasar el arco detector de metales, con orgullo, con la sonrisa en la cara y escupir al del uniforme: en Híspalis no me pita, allí me dejan pasar con todo lo que llevo encima.

Pero el andaluz no es ególatra, por que eso cansa mucho y deja con timidez al del Empurdá, al buen Payes ,  que se pronuncie en su lugar : en la ciudad del Conde no me pita que suena más musical , más europeo ; el prefiere beberse el cava del norteño en navidad y quitarse de golpe todo lo que lleva encima y cagarse un poco en los muertos de cualquier cocinero de diseño mientras se tapiña espetos fritos al sol de la Málaga , mojándose los pies en un mar que es mas de él que de nadie ; de todas  las maneras ser chauvinista cansa tanto aquí.

El andaluz Kafka podría batirse a espada, pero un rey prohibió las espadas aquí hace muchísimo tiempo. Por eso se inventaron las navajas, propias de Andalucía, con las que se rebanaron gaznates gabachos cuando toda Iberia era Gades. Y los señoritos a navaja no se duelan, que es de plebeyos. Así que el andaluz la utiliza para cortarse queso o las venas.

Al andaluz Kafka le gustaría que lo tomaran en serio, está cansado de los chascarrillos. Es hombre serio y triste.

Por eso cuando le viene la fuerza entre jornal y jornal , entre siesta y descanso, cuando eso ocurre quema el puente de Carranza , se tapa la cara con un pañuelo y armado de tirachinas destroza alguna que otra clavícula , con una bola de acero , al primero que pase.

Toma una finca y defeca en la subvención, en el cacique y en su Santa madre y entonces: se obra el milagro; nadie se ríe del andaluz Kafka en el Parte del medio día , no cuenta chascarrillos, parte caras.

5 de diciembre de 2011

El rumor


Por eso cuando llegó el rumor quedó petrificado, supo en ese instante que sus pesadillas se hacían tan reales como los sueños de mediodía. La invasión llegó montada en un ruido que llenó las cabezas. Al principio tenue, una molestia del tímpano, un tapón de cera acumulada, detrito humano concentrado en los bucles laberínticos del oído. Pero sabíamos que era la invasión, lo presentíamos más allá de la intuición de una enfermedad. 

Al segundo día el rumor se hizo extensible y apreciable en el exterior de los cuerpos. También se hizo público, se comentó entre los ciudadanos y se pensó en una epidemia. Por la tarde se hizo insoportable y cuando llegó la noche las calles se llenaron de enfermos de rumor pidiendo ayuda para matar el grillo dentro de sus cerebros. Los sordos oyeron entre sus sienes el rumor, un único sonido en su vida y era mortal. 

Al despunte del alba el rumor se tornó ruido. Un ruido de trompetas, de sirenas antiaéreas; de guerras lejanas aunque alojadas en el recuerdo colectivo. El miedo se palpaba aleado con la ansiedad, las bandadas de pájaros se alejaban de la ciudad, los gatos huían en estampida, los gorriones caían al suelo fulminados por la entrada del ruido en sus diminutas testas.

El ruido mutó a divino. Una cadencia constante tan poderosa que cualquiera se sentía rata, insecto o microbio, pústula o costilla de perro disecado. Lloraban las almas pidiendo clemencia y perdón mientras la vibrante cuerda del ruido se tensaba en el cielo.  Podrían matarnos con un simple virus, una explosión atómica, una hecatombe solar pero fue el rumor. 


Aparecieron como espectros, andando tranquilamente, sin temor alguno, por entre los enfermos de ruido. Sin duda eran superiores pues el sonido constante no les afectaba. Nos contemplaron como quien mira un cuadro, acercaban sus caras enmascaradas a los niños, sin tocarlos, estudiando los efectos del ruido en sus rostros. Para ellos éramos menos que mierda, éramos dignos de estudio preliminar, descartables, una vez que la invasión concluyera.

Empezaron a deshacerse de todo lo amortizado por los humanos, obreros especializados ausentes a nosotros, que moríamos de ruido. Gritábamos, nos retorcíamos como endemoniados en el suelo, llorábamos, y nos arrancábamos el cabello.

 Los suicidas empezaron a caer de los edificios como lluvia de carne mientras ellos, sordos, desmantelaban nuestra civilización.

19 de noviembre de 2011

Los Desaparecidos


Autosuficiencia by Paralisis Permanente on Grooveshark


Siempre me ocurren cosas extraordinarias en dos momentos concretos del día.

Sobre las doce de media mañana con el sol encima, pesado y carburante, embravecido en llamas y al atardecer cuando la luna se perfila y el cielo permanece roto a jirones, cuando la mano divina toca los campos y el pico de las catedrales en forma de rayo cegador.

La otra tarde vinieron a verme los Desaparecidos. En otra ocasión contaré extraños sucesos a medio día .
Los Desaparecidos son espectros vivos, personas que siguen compartiendo este plano de la existencia aunque por unos u otros motivos desaparecieron de mi vista para siempre jamás. Los Desaparecidos quedan muertos en la corriente temporal pero vivos en los recovecos de la psique.

Mi antigua novia, la que salió huyendo, se acercaba sonriente con al mirada fija en mi hasta que desapareció, muy propio de ella, antes de tocarla. Los nuevos, los desaparecidos recientes, los que conservan el pétreo pellejo de la realidad cercana reían tomando copas, mirándome de reojo, escondidos en los carteles azules de la redes sociales, su lugar común de tertulia y encuentros.

Los despedidos de la empresa , los empresarios de las entrevistas de un solo día , los psicólogos  de pago de una sola visita y todas las furcias de discoteca ; aquellas que de un vistazo te dejan seco para difuminarse mas adelante , mientras caminan , en la oscuridad del antro dejando la cicatriz del deseo en el cerebelo animal.

Los desaparecidos no hablan pues su palabras quedaron flotando en el éter, orbitando el planeta por siempre, ahora son mudos pero solo para mi, entre ellos chismorrean , ríen y pocas veces lloran.

Los desaparecidos pueden contagiarte su indeferencia y no debes caer en ella.

¿Eres un desaparecido? ¿Fluctúas entre la masa sin dejar nada a tu paso?¿ni tan siquiera el perfume robado en los probadores de la tienda?¿te crees personal pero lo demás no? Piensas, desaparecido, que por llenarte la piel de un olor robado adquieres la personalidad del hombre del anuncio.

No suelen contestarme. Son retazos de memoria unidos con los neutrinos actuales de la realidad constante de tal forma que puedes clavarles un destornillador en la pierna que ni se enteran.

Desaparecido, vive lo que te queda de vida, ausente de todo y puede que salgas ganando.