17 de abril de 2012

Regreso a Xanadu : politicos correctos, animales que lamen tu mano , idealistas y rubias platino.

075 Olivia Newton John & Elo - Xanadu by Старая Кассета on Grooveshark
                                                


Quise estar al corriente del proselitismo descarado en la red, inservible de todas las maneras. Es como hablar en una reunión política donde todos son afines y cualquier diatriba se considera traición pero útil al Mimetismo. Ambicioné el por que este ejercicio de egocentrismo, acaso para asegurar los pensamientos no vaya a pasar que se escapen y vuelen de la sesera hasta otro, mas clarividente.

Recuerdo a los “familiares” de Fahrenheit 451, a todas horas escapaban de la televisión para aconsejar a los ciudadanos sobre como actuar, que hacer. De una forma peyorativa, que es la peor de todas, llamada paternalismo.

La rebeldía se paga con el ostracismo y de los amigos se perdona todo.

A veces pienso que salvo los camaradas Nimésicos estas líneas no son leídas, por que leer cansa, sobre todo cuando lo que se pregona no es afín a tus ideas. ¿Qué me importa el amor animal?¿el dinero perdido en proyectos volátiles?¿el idealismo utópico de las estepas?¿el sentir del camarada que solo ve en una única dirección?.
¿Qué importa un país que muestra los aperos de labranza en su bandera , cuando este utiliza cohetes de largo alcance para intimidar a su vecino del sur?¿que importa una isla autócrata en medio del caribe donde sus insulares tienen prohibido la libre circulación?¿que interesa de la mayor potencia del mundo con las conexiones de Internet eunucas y parasitas? Para ellos, mis queridos e inspiradores de esta clase de relatos, no leídos en el blog del Andaluz, no significan nada, son invisibles. No existen salvo en la mente calenturienta de aquel que no cumple las premisas.

El Mimetismo no salvaguarda ideología alguna salvo aquella que le interese, de uno u otro lado.

Algunos nos preguntan ¿Qué es el mimetismo? ¿Sois políticos o escritores? Creen que las respuestas se escriben libres en el aire para que luego alguien las reclame. Las copie y las pegue, siendo estas para los demás materiales de deshecho.

Las respuestas se ganan ciudadanos y camaradas.

El camino es arduo y el invierno largo hasta llegar al estío de la revelación.

La izquierda se pierde en los mitos siberianos, en las conciencias animales, en experimentos sociales que no prosperaron, pretenden pues un camino de no retorno y por tanto el mimetismo no puede clonar este concepto por ser expatría al raciocinio humano. La derecha definitivamente mutó en una cosa sin nombre y las cosas sin nombre no tienen vida. El mimetismo no puede mutar en un objeto, pues nuestra base es el alma viva y constante.

¿Qué es el mimetismo? El activismo mimético es una bisagra que adapta a lo que cree salido de cualquier conciencia.

El activista mimético declina el poder a quien lo desee.

El activista adopta para si cualquier impulso humano venga de donde venga.

El activista bombardea cada jornada con información su cerebro para tener dictámenes propios.

Tenéis que descubrir lo que es ser nimésico lo que significa la adaptación al medio y el trastoque de realidad por vosotros mismos y cuando creas tener la respuesta, volver a dudar.

¿Es posible un cambio de realidad? Sin duda, pero ¿a que precio? El coste no es otro que dejar de llevar peso a vuestras espaldas. Liberarse de tapujos, de búsquedas a medias y tribulaciones de unos y otros.

No seríamos lo que somos si no expresamos nuestro interés por esta información sesgada.

Demos gracias entonces a nuestros amigos inspiradores, sin ellos, sus pasquines, consignas y proclamas, del signo que sean, no hacen sino incrementar la cantera Mimética.

Excusemos de todo lo expuesto a Olivia eternamente joven  , una de nuestras musas , que ella guíe nuestro camino hasta el mundo perdido de Xanadu.

8 de abril de 2012

Un cuento Nimésico




Alto Giove by Farinelli on Grooveshark


Al salir de casa noté un cierto olor a podredumbre y cuando me contemplé, con asombro en la faz devuelta mi imagen por un escaparate, me percaté de la perniciosa sensación de muerte en mi cuerpo.

Todo yo era un amasijo informe de carne echada a perder. En cuestión de segundos empecé a descomponerme, me partía en mitades, en trozos que seguían el reguero de mis huellas en el asfalto.

Bamboleante y acaso somnoliento, victima de un sopor inmediato y apremiante me arrastre por entre los transeúntes, ajenos a mi aspecto que no a mi dolor. Notaba cierta sensación de desasosiego con los que me cruzaba. 

Querían ayudarme pero no sabían como. No sentía nada, podía moverme, dificultosamente eso sí, y aunque no sentía el piso transcurrir en entre mis pies si lo hacia el leve rechinar de los huesos rotos en la carne suelta.

La vida me rodeaba pero yo moría lánguidamente en esplendor. El frío había conservado mi cuerpo muy bien, casi intacto durante cinco meses oscuros, pero ahora las flores se abren, una nueva hornada de púberes se pasea subidas en plataformas imposibles, las personas desechan los abrigos, la carne viva revienta tras las esquinas y los animales copulan salvajemente. Este derroche de vida me entierra y agota, consume el poco liquido que conserva esta mortaja que llamo cuerpo.

-  Te veo decaído amigo.

El imbécil de Jun con sus sentencias irónicas, el peor de los encuentros.

- Estoy  muerto Jun ¡que esperas!
- Pues vive ¿Quién te lo impide?
-Tú me lo impides idiota, desvíate de mí y déjalo estar por una vez.

Jun se alejó. Con las manos en los bolsillos, revisando lascivamente a las jóvenes de arriba a bajo.

Me apoyé exhausto en una esquina. Tenia los ojos vidriosos, el calor me sofocaba, la angustia se transformo en sed; avasalladora y terrible, podría beberme un tonel de agua sin respirar, sin recobrar aliento.

Me sujeté con una mano a la pared adelantando a mi pierna , que separada ya del resto del cuerpo, por algún despiece debido a la putrefacción , quedó aislada , un ente aparte , una cosa expatría la cual en algún universo paralelo formó parte de mis entresijos.

Solté con pavor la mano del salvavidas de hormigón y decidí adéntrame en la acera arrastras como una babosa. Los detritus se agolpaban ante mis ojos, las manchas de aceite, los gomas de mascar y el orín a perro. Ese era mi nueva cosmología, mi apartado personal, mi sitio en el mundo.

Seco y marchito, aquella mañana de primavera, quedé postrado en el asfalto de la calle.

Cuando desperté una ola de frío helaba mi piel. La nieve se perdía eterna entre las rocas y el aullido del lobo hacia volar las gaviotas. El mar del norte, embravecido, rompía furioso partiendo en dos cascotes milenarios de piedra del acantilado.

12 de marzo de 2012

Irresistible...no dejar de hacerlo


Entró en mi casa con el corazón en un puño. Compungido , lloroso y agitado. Aquel hombre sereno otras veces parecía encontrarse al borde del sincope.

-¡Los mudos despertaron! – atinó a balbucear- los durmientes, aquellos que teníamos olvidados.
-¿Me hablas de los no muertos? aplícate Gregorio- pensé que llamando a mi camarada por su nombre de pila conseguiría que este se tranquilizase.

Gregorio me enseñó el papel arrugado por la fuerza de sus nervios. Efectivamente, los no muertos, como designábamos a los dueños de nuestras pesadillas, estaban en pie de guerra. Una contienda ilusoria e infructuosa, compinchada entre sus esbirros desde antes de que hibernaran , hace ya casi ocho años ;  mucho antes de que perdieran , definitivamente , la facultad del habla. Se gestó con los otros, una guerra con unas victimas que no serían ellos.

 No cabía duda después de leer el titular de la prensa.

-¿Qué podemos hacer amiga? Tan solo lamentarnos, llorar en silencio ante lo que se avecina- continuó Gregorio, el cual por el mismo miedo , como era habitual en estas situaciones , empezó a mutar en insecto. Las pequeñas antenas le salían de las sienes, otrora plateadas por la edad y en este instante oscurecidas de orín marrón color cucaracha.

-Ante todo calma Gregorio. ¿tienes la carta de servicios mínimos?
-¿Estas loca? ¡No me la darán, no me la darán! , ¡Quieren verme fuera! los mudos lo quieren, ¿no lo entiendes? Ni si quiera puedo pagar una plaza de aparcamiento, y eso es muy malo amiga, no tengo la maldita carta no soy de ellos, y nunca lo seré. Me cortaría el gaznate ahora mismo  - Gregorio se descomponía por momentos, acostado en el piso con las manos estiradas convertidas ya en garfios, poco se asemejaba a un hombre ni tan siquiera a un humano.

Deduje entonces que de poco le serviría la dichosa carta, estaba sentenciado por el mismo, convertido en un bicho repugnante. Una estrategia mimética para no ser descubierto; para que los demás ni siquiera pensaran en él como persona. De todas las maneras mi amigo para todos hace tiempo que comía carroña y dormía en sitios oscuros y cerrados.
Esta salida de los no muertos a la vida pública fue la espoleta que lo hizo estallar mutando definitivamente a gorgojo.

Lo dejé allí plantado hecho un moco oscuro y patético (¿Puede un secreción nasal señalarse como patética? Curiosa deducción) pegado a la alfombra.

Tengo miedo de los no muertos, de los mudos, de su señal con el brazo como en la película de “la invasión de los ladrones de cuerpos” que me hagan burla y me denigren por no seguir su obsceno juego. No tengo alternativa, seguir adelante es la única escapatoria. El Mimetismo esta vez no estaba de mi parte y aunque mis hermanos me demostraron su apoyo, en verdad estaba sola. Mis genes no son como los de Gregorio.

Esperé sentada en silencio el día señalado y cuando llegó me vestí de calle como si tal cosa, armada de valor, encaminé mis zapatos de fábrica artesana uniforme: directa al trabajo. Una mujer trabajadora, sin miedo, ahora sí, a transformarme en insecto.

2 de marzo de 2012

Con un poco de azucar


Psychosocial by Slip Knot on Grooveshark

Esto es antiguo. Los hogares están tapiados, por eso aquellos que se fueron no regresaran nunca.

Cuando toda la capital estaba a rebosar de tubos humeantes por las noches, cuando todos duermen como se suele hacer con nocturnidad alevosa; recogido uno entre los miedos de las sabanas, cuentan que ella, colgada de un paraguas desciende.
El corpiño de cuero y sujeta a sus manos blancas una bolsa con grageas de acido.
Coloca en la boca de los niños (con un poco de azúcar la píldora que os dan) la pastilla invitada.

Relegados en el país de Nunca jamás no volverán salvo en las pesadillas de las siguientes generaciones.

La escuadra de deshollinadores baja silenciosa por las chimeneas entonces y retira los regalos dejados en navidad, los manchan de hollín tan negro como el corazón de un gato entregado al placer de acurrucarse en ropa usada y vieja. Se los llevan para que estos, los púberes, no recuerden su infancia, que la niñez sea un recuerdo perdido en la mente senil de un jubilado eterno.


Dar la mano a un deshollinador trae suerte, revitaliza pues está cargada de almas candidas llenas de energía inocente. Ella las coloca, las ánimas digo, en una bolsa de tela de sofá descosido, y por una y otra casa marcha, las arranca de cuajo a los más infantes.

Cuando todo duerme cuentan que esto ocurre mas, cuando el sol brilla arriba tan solo el toque en la puerta de la nueva niñera puede despertar la sonrisa de un cachorro.

Pero eso fue hace mucho, cuando las chimeneas y aunque cierto, quedó relegado a mera leyenda que con el tiempo difuminó en cuento edulcorado. Ella existe tan cierta como tú que lees esto.

Los Zombis obtusos que farfullan palabras incoherentes, adultos a medias conduciendo vehículos de lujo le hacen el trabajo. Son nuevos momentos.

Comete la píldora con dulzura amigo, atragántate de todo lo que te puedan endosar pues ella se reconvierte cada instante en el demonio mas cruel: la ignorancia del cerdo en día de matanza ¿por que conformarse con la pastilla azul o la roja si puedes tener ambas?

15 de febrero de 2012

Juzgar a Cain

Black Crow (Radio Acoustic Session) by Jamiroquai on Grooveshark

 A veces la jornada es dura, intentas dar de sí lo máximo, crees en el amor propio; el amor incondicional al trabajo que dignifica a las personas. No lo haces por nadie, no lo haces por nada, lo haces por ti.

Las horas pasan, los días y los meses siempre al pie del arsenal, guardando tus armas, enfrentándote a lo desconocido, controlando tu ego.

No se remunera este esfuerzo por que está incluido en la nómina, es tu obligación como prole. Las medallas se ganan en la guerra y esta misión diaria no se considera como tal. Las distinciones se las llevan los que se arrastran cual caja de pescado del mercado de abastos, los que se venden de gratis o por un fin de semana libre, pero tú no amigo, tu no. Te mantienes integro, Robespierre el incorruptible, ese gabacho capaz de amparar el alma ruin de aquellos de mas allá del los Pirineos, ese es tu ídolo aunque como a él te cueste la testa.

Muy de vez en cuando ronda tu cabeza cometer algún desliz, sin importancia, la conciencia entonces se atenúa y la testosterona de macho te salva de nuevo, el Sefardí de las feminazis, la hormona maldita, te hace hombre cabal y sigues adelante, derecho y seguro ante las tempestades y los odios de los que envidian vestir tu piel de reptil, tu impasible gesto, el sentido del orden. Otras es el caos quien te avoca al desconcierto sin que puedas remediarlo, acaso salvaguardando las posaderas.

El humor justo y necesario para desamortizar a tus enemigos, se acrecienta cada mañana y eso te hace fuerte, como un zimmeriano con la espada quebrada y el corazón en un puño.

El camino del guerrero dura toda una vida, y al final, cuando te ronde la del batín negro, podrás con altanería pedirle cuentas por tardar tanto.

Hubo una vez que caíste en el pecado, uno banal y simple, casi sin importancia de tan pequeño que era, lo justo para que el gusano de la conciencia se apoderara de un cuarto de tu espíritu, alguien lo contempló y otro lo ejecutó.

Y te hundiste en desgracia, en el ostracismo de los santos ante los leones y aunque después, como pájaro de llamas resurgiste, pocos confiaban en ti. Veinte años de trabajo honrado se diluyeron en alcohol de 90 grados, el de curar heridas, el que se beben los alcohólicos después del agua de los floreros.

Nadie escribió un mensaje de apoyo en las redes sociales, ni un solo aliento se compadeció de ti en aquellos instantes. El intachable trabajador ha caído en un renuncio, los más se alegraron, y los menos se escondieron.

Natural, no eras un Juez semidiós, y aunque tu apellido contempla la Z al igual que el  de aquel magistrado Bendito, no llevas lentes ni un plateado mechón te cruza el cabello; solo eres un nacido bastardo de los hombres: el gran hijo de puta Caín ¿Qué esperaban?

13 de febrero de 2012

Odio Urbano / Odio Rural


Masked Ball (1999 Extended Mix) by Jocelyn Pook on Grooveshark


El odio urbano es sibilino e indiferente. Acosa a los vecinos parapetado en una mirilla, hurga en los buzones correspondencia ajena y descuartiza a navajazos en la puerta de los bares.

El odio urbano es una pancarta de los tíos del 11m comida de mierda, añorando acaso una cuadra de vacas de las que no se comen.

Cartones de sueño en cajeros, provincianismo autentico, pues el cateto de ciudad existe: aquel que añora el sumun del paletísmo instalado en la Villa Grande de los Madriles.

Las putas de ciudad siempre vienen del este, siempre esclavizadas y las autóctonas se comen los mocos en las esquinas con la cuchilla abierta entre las piernas.

El odio en la metrópolis no tiene nombre, pero si matricula que se caza al vuelo desde la cafetería cercana, cuando el peatón atropellado por el niñato imberbe dice adiós al que lo mira con la mueca del payaso y los becerros ; la lengua fuera, los ojos inocentes , los hijos en casa cobrando el paro y la mujer viuda.

Anselmo Mateo, no tiene ni idea de quien vive en frente. Un letrero en la puerta comido de moho, del que se incrusta después de varios lavados con agua sucia ,de cubos de fregar amarillos llevados a rastras por extranjeras, dieron buena cuanta del mismo.

Anselmo tiene escrita la muerte en su rostro por un recibo de la luz, una factura del móvil, una hipoteca a destiempo, un ERE cretácico. La muerte de Anselmo Mateo es una noticia del mediodía, de las de antes del maricón de la siesta. Anselmo muere en la escalera por una falsa denuncia de acoso, por unos hijos que no ve desde hace meses, por unas ideas ajenas.

Cuando el manflorita de la siesta entrevistó en el plató al asesino de Anselmo la verónica del orate se reía de desespero, el de la hecatombe anal se desternillaba y un par de narices rellenas de coca cayeron al piso.

El asesino de Anselmo Mateo es un pobre “looser”, un “desgraciao” de poca monta agobiado por las deudas, por un orgasmo agonizante de cuarentona, por dos hijos que no merece el mayor hijo de puta de todos los tiempos y por eso, el homicida acabó con el primero que cruzó su camino, loco de rabia animal.
El triste Anselmo, cobrador del gas, ditero de la compañía.

El odio urbano tiene esas cosas, que pertinazmente investiga la histérica del programa de los capullos encerrados, cosas que no tienen nada de descubrir, ¿pagaba el ditero del gas sus impuestos?¿era Anselmo un mal padre?¿un acosador quizá? Que más da, está muerto y enterrado como todos los de la metrópolis : encerrados en sus hogares, momias de miedo y asco, comidos por la ciudad, esperando ser regurgitados en producto reciclado.


Es una forma de odiar, que no es mas que desear la muerte del otro, ancestral y reptiliana.

El guetto agrario, compensado de subvenciones a veces, mantiene sujetos a los indígenas pero de vez en cuando los desertores del arado escapan buscando en la ciudad no doblar la bisagra y mantenerla erecta.

El odio pastoral quema casas, ajusta cuentas de sangre, no olvida un desaire, y se transmite de una generación a otra. Se transforma en estigma, una mancha oscura de hiel que heredan los descendientes y que encierra en las cuadras a los tarados que no son capaces de portarla con orgullo.

Enfrentarse al odio campero es hacerlo con el clan, por eso el enemigo cateto no es solo uno, a veces familias enteras , aldeas y destinos son carbonizados extinguiendo cualquier atisbo de reproducción del otro haciéndolo desaparecer de la existencia, atomizándolo como el agua del grifo en pústulas tan pequeñas que ya no son nada.

No es reconocible salvo en su mirada de fuego donde se refleja , si nos fijamos con atención, las llamas azules del gas del infierno , las casas quemadas , y los papeles ardientes de las herencias malditas. Las escopetas de caza aguardan tras las puertas para descorchar la felicitación de entrada a los nuevos.

Anastasio Clodomiro, que es este nombre de altas esferas en la nobleza del eral, mutó una mañana a capitalino. Decidió despellejarse y quedar limpio de paja. Se asentó en la ciudad y se compró una casa. Las costumbres se olvidan y otras ocupan la repisa vacía, el anaquel exuberante de las tradiciones, en el cerebro, es tan volátil como el derecho civil.

Trabajada por el mismo con el sudor de su frente, la vivienda poco se parecía a las casonas de su pueblo mas bien un cuchitril dirían los del Bar Alberto entre risotadas;  una madriguera.

-Lo importante -se decía, mientras se afanaba un huevo frito en la minúscula cocina- es que he escapado, he salido de aquello- “aquello” para Clodomiro era el campo, el doblar la bisagra, el odio cateto que le corre por las venas, la peste a cabras- ahora soy de ciudad.

Hasta que la hipoteca se lo comió y tuvo que retornar al campo. Escupido por el banco, vomitado por el inmenso estomago del capital, así que se manchó las manos de barro, como antes, recuperó su acento, el juego del dominó y la escopeta detrás de la tranquera.

Con ella, la de los ojos negros y el traje de los domingos puesto, arreglado pero informal como glosa la canción, agarró la reliquia de cuatro latas de apellido citroen camino a la ciudad.
 La puerta de la sucursal; transparente como una pecera y automática se abre para Anastasio.

-Buenos días señores – se pronunció educadamente.

26 de enero de 2012

-1 Centigrados*

"-¿Lee alguna vez alguno de los libros que quema?"
(Él se echó a reír)
- "¡Esta prohibido por la ley!
- "¡Oh! Sí, por supuesto."
Fahrenheit 451
Paralisis Permanente / Quiero by Various Artists on Grooveshark

¿Será cierto? Se pregunta leyendo el teletexto. Pero si es cierto… ¿Cómo lo hace? Las preguntas rondan su cabeza y por más que piensa en otra cosa la incógnita la inquieta, mueve su cuerpo de un lado a otro mientras se acaricia el cabello y se muerde los labios húmedos. Consulta a su ego y este le responde con un suspiro, la exhalación muerta de la ignorancia.

Cuando las letras entran en su cabeza, en fila india, el concepto trepador se difumina con la realidad que contempla cada día.

El tipo en cuestión no es nada del otro mundo, tampoco de este. Un cerdo, un egoísta malvado , un paquete de carne a la altura de la cintura. Pero esas letras ¿Cómo lo hace? Tiene dos caras y ¿Cuál será la correcta? Mira sin mirar, el escritor vestido de comisario. Sin duda copia y pega lo que encuentra , no puede ser que esto que ahora me atesta de los pies a la cabeza llegue de aquel que ahora atraviesa mi cuerpo como si yo no fuera nada , pues nada soy , tiene la facultad de hacérmelo saber , de desmoronarme , convertirme en polvo, sentirme  agua escapando de las manos.

Ronda el parasito de la ideas absorbiendo el flujo del intelecto, desenquistando la premura del tiempo, haciendo mortal la carne, recurso de los errores y recuerdo de las taras.

Un mundo nuevo por descubrir, la realidad paralela de mano de un egocentrista descarnado hacedor de males que, por otra parte, se vanagloria de ello.

-Puede ser posible, de todas formas , que el idiota lo escriba , puede ser que yo lo lea y también puede ser que esté condenada , como lo estamos todos , a seguir al estúpido del móvil por que es sencillo. Tengo que leer un poco  más.
Abrir la puerta al mundo negro no es fácil.

Cada tarde se enciende la pantalla, y la droga de las palabras fluye directamente al cerebelo, donde se guardan las emociones. No puede dejar de hacerlo, conectarse al ocaso y verificar por última vez si existe algo nuevo, que la asquee, que la haga vomitar, que se pregunte al verlo otra vez, por la mañana ,  si aquel tipo es capaz de escribir lo que la come por dentro ;  negro y brillante como el orín del octavo pasajero.

- Ese nunca leyó en vida un libro – presume con el recuerdo fresco de los signos en la pantalla negra , sabiendo que es falso o ¿correcto?, intentando conseguir una replica que no llega , pues todos callan y la duda cada vez es mas grande , una rueda de granito que pesa. El temor a descubrir la verdad, saber que es cierto, que él lo escribe y piensa en un mundo perdido de ideas.

En la noche las letras siguen tomando formas de colores, bailando de un lado a otro, chocando entre las sienes. Acurrucada entre las sabanas espera que una vez despierta desaparezcan.
Con la llegada de la luz quizá, cuando el Sol este en lo alto, cuando el despertador suene pasada la hora bruja de las tres de la madrugada. Y el Sol despunta y los signos siguen vivos.

- ¿Será cierto? -Se preguntó de nuevo así misma-¿él?.

El sonido del blanco y negro embelesa sus tímpanos, rueda por entre las teclas. Intentaba resistir la droga pero ya es una adicta y las ideas se escapan cuesta abajo. Supo que era mortal y consecuente de todos sus fallos.

Conduce el vehiculo esquivando signos de admiración, acentos y palabras soeces escritas con ternura en el fósforo blanco del blog.

- ¿Tuviste un sueño?- le preguntó al llegar, sin mirarla.
-  No creo que seas tú el culpable, no podrías escribir así en la vida-le contestó a su espalda.
-¿Soñaste con teclas de piano?
- Si - Fue la lacónica respuesta.
- Bienvenida al Andaluz Kafka.

*Punto de congelación de la carne

16 de enero de 2012

Entre Camaradas


Nuclear Si by Aviador Dro on Grooveshark

Despertó una mañana. Se contempló en el espejo y la imagen era la de un tipo vulgar. No era un activista, ni un revolucionario, ni tan siquiera le gustaba el cine europeo. Tenia cuarenta años y de sus ideales tan solo quedaban frases copiadas en el Facebook.

Asesó entonces en su mollera que era todo un señor. Un señor de los bares que se quejaba de los impuestos, de la crisis y que poco o nada hacia para subsanar la situación. Entendió, por fin, sin remisión, que se había convertido en el genuino autor de frases hechas de Internet

El copia pega de los revolucionarios sin opción a replica.

Es fácil hacer política retrepado en el sillón de casa. Esperando la reacción incondicional de los amigos, sin temor a que el contrario responda, salvaguardando el trasero pues cualquier falacia será satisfecha encomendada a los santos del fascismo.

Es difícil oponerse al dogmatismo de los camaradas del Facebook , acostumbrados como están a que le bailen el agua , encontrar un rival no creo que se las haga cuesta abajo y sin freno, mas bien todo para arriba llevando a cuestas la apología del los que se creen en el uso de la razón.

El dogmático de Facebook no ve la subvención a los que portan el carné para hacer su película. 

Su percepción de la realidad es obtusa y contempla el peligro en la iglesia de Cristo y la perfección en los del turbante , los que apedrean y tumban mujeres para la gloria del de arriba, se casan por el rito Balines y repudian de la iglesia de barrio , porque el cura mejor  muerto que vivo( le decían sus abuelos).

Los ojos del tierno camarada animalista no ven la pasión humana ni la caridad propia de los hombres y  siempre de los animales. Se regodea en la frase hecha; un copia pega de los blosgs de puberes vampíricas de cartón, de ñoñas niñas bobas leedoras de Bets Sellers, de frases amorosas de carpeta de estudiante.

Que le gusta al activista de sofá un tipo tocando la flauta y que poco un jornalero encabronado. Como disfruta el colorado de bolígrafo machacando a un sacerdote, apuntándose una victoria virtual sin esperar respuesta. Que bonita calle tenemos en la Híspalis dedicada a una señora que no conoce ni su puñetera madre.

El iluso izquierdista de Internet cree en la revolución de la poltrona, en el cariz de unos amos muertos en la estepa siberiana, en los sindicatos de mayorías que, mudos, esperan la sangre fácil del ahora nuevo en el poder.

Saben, los listos, que el “no me gusta” se obvia en las entradas del “caralibro” y esperan por tanto que comulguemos (perdón camaradas por el verbo).

Banderas de colores que su daltonismo histórico, ahora descubierto, les enseña, repudio de la nueva, que lo mismo le da al Andaluz : para el Andaluz Kafka su territorio de vida, su coto de caza y supervivencia llega un poco más allá de Almería y muere en Huelva, cercano ya a Portugal, sabedor que jamás residirá su alma en Estocolmo ni en Madrid. El nacionalismo se cura viajando, dicen algunos, pero el único viaje que le queda al andaluz es el del Incerso.

Camarada que poco te queda de rojo bajo la barriga y el cartón de la cabeza. La cerveza en el bar y el puño, no en alto, si no agarrando el todoterreno, la pegatina de “bebe abordo” y doce euros en el bolsillo para el Big Mac.

Que me gustan los animales, por que no hablan , se comenta asi mismo y que malos los humanos por qué lo dicen todo.



1 de enero de 2012

Vienna


Vienna by Ultravox on Grooveshark 

Recuerdo un fin de año.

Aquella noche los lugares de encuentro estaban vacíos para nosotros. Aquella noche empezó a llover.

Me cobije con ella en una casa ajena para mí. Fría y extraña las paredes se desdibujaron a mi vista , el grabado de las paredes mutaba de un lado a otro en un éxtasis de colores y bebí en una copa de oro viejo y la contemplé vestida de grana.

Por cada trueno un sorbo caía en mi boca de espumoso vino hasta que, desnuda la tuve.

Las ventanas vibrantes por el viento, el golpe del agua en el cristal y el año, desmenuzado, se escapaba en mis manos.

Las campanadas de aquella plaza quedaron lejanas cuando el numero 2 se tornó mágico en el calendario para caer, polvoriento, pues todo seguía igual.

Una década se abría, unas piernas, unas sombras.

Recuerdo su cuerpo de bronce, recuerdo su indiferencia, y ya no recuerdo nada más salvo el retumbe, armonioso, de los truenos al caer sobre el ventanal.