15 de marzo de 2014

Muy singular







 Me llamo Matheus Tao Romero. Ese no es mi verdadero nombre, el otro es más vulgar pero ya casi no lo recuerdo, un nombre sin importancia, de cuando las personas estábamos separadas y éramos millones, ahora somos cientos.
 Aquí en Compromiso tengo múltiples funciones: tendero, agricultor, zapatero, padre de siete hijos, esposo de tres señoras y dueño de una mula terca como ella sola, también soy conocido por mis funciones eclesiásticas. Soy el Pater de Compromiso, cuido de las almas de estos pocos pellejos llenos de huesos; los últimos Homo Sapiens del Universo o por lo menos de este Universo pequeño, microscópico y ambivalente ubicado en una zona terraformada de Marte. La iglesia no es nada particular, vivo en un anexo a la misma y solo doy un responso al día, no me puedo quejar, los parroquianos tampoco necesitan más. A veces cuesta que nos escuche pero no hay nada que la oración no cure, no le queda mucho rebaño descarriado a quien devolver al redil…
 Hace muchísimo tiempo, en la Tierra, ese derribo, la humanidad se embarcó en la Singularidad, esto es un desarrollo exponencial e irrefrenable de la tecnología, sus efectos se multiplicaron en poquísimos años, nadie estaba preparado para eso.
 Como era de esperar, nuestras creaciones, las maquinas, tomaron control de todo lo controlable. Algunos humanos se fundieron con ellas, llenos de la alegría que da el ser inmortal y mascota de Dios. Otros, como nosotros, no tuvimos tanta suerte, aislados en Marte la evolución a Transhumano nos llegó tarde. Aceptamos unos cuantos cargueros de inmigrantes: italianos gritones, mexicanos pendencieros, asiáticos humildes (poquísimos) que huían de la revolución Transhumana, inadaptados, conservadores, ecologistas (que risa) al año dejaron de llegar y nunca más tuvimos señales de la Tierra.
Recogía bayas marcianas (que ni son bayas ni tan siquiera marcianas, es una variedad de tubérculos mutados) cuando el cubo se posó sobre mi cabeza. Al instante estaba a mí lado. Digamos que Dios se me presentó.
 El tipo en cuestión no se parecía en nada a una máquina, la idea más cercana que tenemos de ellos, resplandecía como una virgen al Ángelus, su piel era dorada y transparente, algunas esferas oscuras parecía correr bajo ella por todo su cuerpo. Sin duda era un Dios, aunque esto suene a herejía, tuve ganas de arrodillarme, de presentarme a sus pies.
 Nunca me llamaron la atención los Singulares, por cierto nunca vi uno en toda mi vida, hasta ayer. Sus naves (o lo que quiera que Dios sea) en forma de cubo , silenciosas como lechuzas, atraviesan de vez en cuando el horizonte rojizo, no sabemos lo que buscan ni lo que quieren, tampoco nos importa, no nos molestan y nosotros, infelices , no podemos molestarles.
No tuvo que abrir la boca. Sus pensamientos llegaron a mi cabeza.
—No es posible.
 Articulé esta frase temblando, el miedo no me dejaba realizar movimiento alguno. El Singular no mostraba expresiones, algunas esferas por dentro de su piel se  agruparon en la cabeza. El solo hecho de negarme a sus requerimientos me hacía parecer un ratón perdonando a la boa que lo tiene por cena.
—Me gustaría, créeme. No está en mi mano.-Repetí inseguro varias veces temiendo caer fulminado por un rayo. Aquella presencia turbaba mis sentidos, miraba mi alma.
—A los mejor, con más tiempo, vosotros estáis más cerca, no necesitáis intermediarios.  En aquel rostro sin cara pude leer una decepción increíble, miles de ojos , anteriormente humanos, me observaban desde dentro , el Singular llegó a postrarse de rodillas. Ninguna palabra pudo salir de mi boca en ese instante, sabía que era imposible, que nunca lo conseguirían y que eso les atormentaría el resto de la eternidad.  
—¿Qué te dijeron? , vienes blanco como un fantasma- me preguntó Anna mi querida esposa la más amada de las tres, por ser la primera ( y también mi prima, siempre me unió un vinculo especial con Anna.) , cuando le relaté lo sucedido.
—Quieren conocerlo.
—¿A quién?
—A Él- señalé al techo, me apunté en la cabeza arreglar una grieta, la temporada de lluvias se acerca y seguro que da problemas.



15 de diciembre de 2013

Reportando información








  Ingresé en la agencia a principios de los años ochentas. Continuábamos con aquello de la guerra fría, uno de los pocos conflictos que se generaron de manera fortuita, no planeamos nada esta vez. Los soviéticos contactaron con sus socias de otros Pares gracias a mí.
 Claro jefe, en aquel Par las cosas funcionan de puta madre para ellos. Mantienen la mitad de Europa, el norte africano y toda Asia. Un festival comunista en medio globo y la fiesta tiene visos de continuar por mucho tiempo. ¿Exploración espacial? Eso no les importa en absoluto. La Tierra tenía canapés variados a su disposición ¿para qué picar más allá de la mesa?
 En mi Par vendo seguros: de vida, defunción, la mayoría de vehículos que no son capaces de levantar un cuarto del suelo, soy un perdedor, un mierda ¿entiende? Quiero ser alguien. Conocer el gran secreto para mí es una maldición, una ayuda para llegar a fin de mes. Traspaso información relevante pero soy un perdedor, aquí y en todos los Pares en los que me he buscado. Supongo que es mí sino, un destino escrito; ni puta idea. Me muevo por los Pares sin llamar la atención, soy discreto, les puedo ser de mucha ayuda.
 El vendedor de seguros de la puta compañía que le jode a llamadas todas las tardes, eso soy yo. Un desgraciado con información de alto rango directa a sus oídos.
 Déle a la manivela de la pasta y cantaré como Placido.
 ¿Quiere saberlo?. Lo mío, la información candente ¿verdad, jefe? está bien. Siéntese por que puede llegar al colapso. ¿Alguna vez se preguntó por el PM? El Par Maestro. La teoría dice que los universos paralelos son infinitos pero no es así. Existe un PAR único y yo lo he descubierto.
 En el PM se desarrolla la “autentica” realidad, de ese Par parten todas las demás. Nuestro destino está unido invariablemente a ellos. Al fin y al cabo las variaciones en los Pares son ínfimas a escala cósmica: hoy los rusos, mañana los chinos y al año siguiente los congoleños, al Universo le importa un carajo nuestras rencillas. El Cosmos tiende a unificarse a seguir un destino común. El infinito digamos que solo lo es para nosotros para todos los universos es finito. Se unen en un punto del espacio tiempo, cuando eso ocurra el Cosmos expirará y todo se concentrará en una partícula. Ya sabe el viejo rollo del Big Cruch y toda esa monserga cuantica. Pero espere, no se adelante, los del PM lo saben, intuyen que todos sus actos son “copiados” en el resto de Pares, de alguna u otra manera. Allí todo es virgen, la ideas rebullen de nuevas, no están masticadas y deglutidas por los Pares, ellos crean de la nada y no están dispuestos a que una mala copia les puteé el final glorioso del Cosmos. Por que aquí señor, en este Par y solo en este, alguien crea, por su cuenta.
 Escribe, se gana la vida escribiendo, el jodido tipo es un escritor de pacotilla.
 He visitado muchos Pares, cientos, miles y sus obras son inéditas. Los del PM lo buscan como locos para cargárselo.
 Si lo eliminan todos moriremos nunca habremos existido. El Escritor inventa este mundo cada jornada. A usted le gusta el bourbón por que él ha decidido que así sea. Tiene dos hijas y vota a los republicanos desde siempre. Yo lo sé por que él ha escrito que yo debo de saberlo ¿no lo entiende? Como si no he descubierto el Par Maestro, el quiso que esa idea se formara en mi cabeza. Una mañana tecleé la clave por azar y me encontré allí pero no fue el azar fue el Escritor. Él es el único real en este Par, en todos los pares, salvo en el PM. Tiene gracia la cosa, no soy más que un personaje de la cabeza de un tunante que no ha publicado nada de interés. Tiene una jodida gracia del Copón, ¿verdad, jefe? Y su cara ahora también es divertida, yo es que me descojono solo de verlo.
  Llevo muchos años vendiendo seguros, conozco esa mirada de depredador. Pero de esa forma no evitará que el Escritor continué inventando la vida. ¿Quiere matarme Jefe? No sea iluso, usted no ha pensado eso, es el Escritor quien habla por usted. Usted no tuvo madre jefe, usted es un pensamiento del Escritor o como mal menor de otro Jefe muy real del PM.
 Suélteme la pasta de una vez y déjeme marchar. Utilice la información como le venga en gana, a mi ya no me sirve para nada.
 Hágalo rápido, existe y esto se lo cuento gratis, un lapso de años desde que el Escritor asesa y plasma sus ideas hasta que estas adquieren vida. Déjeme vivir a lo grande antes de que ese Hijo de Puta coloque un punto al final del texto.


5 de diciembre de 2013

Entrópico


  No quiero abrir, tengo un miedo caníbal que me come por dentro. Me está devorando las entrañas, me atraganto de mi mismo en este miedo que no es otro que el temor ancestral a la soledad, puede que sea el único ser conciente en este Cosmos. Incapaz de levantarme estoy paralizado de cintura para abajo.
  ¡Que mal hice tan tremendo en enviar esa carta! Maldita la hora. Mas si no la hubiera escrito, el pasado, el presente, el futuro mismo no tendría sentido, a no ser que las leyes que rigen el universo se dispersen en una interrogante ¿y si fuese así? ¡Que espeluznante pensamiento! Solo conozco de un lugar, de un “no lugar” donde esa circunstancia, caótica y mortal se pude dar.
 Los golpes son constantes, como si pudiera romper la puerta cuando quisiera pero se retiene. Es cadencioso en su golpeteo pero lleno de fuerza, una fuerza terrible y animal.
 Después de encontrar la carta no tuve más remedio que acentuar mis pensamientos. Reacomodarlos en un bloque, ordenar, como en el cubo de Rubick, las sensaciones por colores en pedazos simétricos de intensidad. La inquietante pulcritud del axioma básico, referente a un futuro tan cierto como poco atrayente aún fluctúa en espejismos poliédricos.
 Al destrozar la carta en mil trozos rompería el hechizo, los golpes se detendrían y todo sería como antes ¿Cómo antes de que? Esta angustia está acabando con mi espíritu, estoy sólo en esta circunstancia pavorosa.
 Desgajar al autor de la carta no hace más que acentuar la paradoja de aquello que está por venir. Yo soy otro ahora y no sé si seguiré siendo este Yo una vez terminadas de escribir estas letras que pulso en el teclado. Por cada golpe anular el tiempo se desteje, los pensamientos se reagrupan en una nueva constante de sinapsis , se reconstruye otro Yo y esto me llena de asombro. Pero no hasta el punto de sorprenderme cuantitativamente, pues el Yo que se fabrica ya sabe de mi. Podría decir que me estoy edificando al mismo tiempo que tomo conciencia del pasado.
  Los golpes en la puerta continúan aunque nada sobreviviría en el exterior de la casa, allá a lo lejos, donde el eco de los barrancos blancos expiran galaxias ¿Qué quiere de mi?
 Es una dicotomía magnética, pues se atrae una a la otra hasta formar un nuevo destino, siendo sabedor del mismo y desconociéndolo a la misma vez.
Noté como fluctuaba el tiempo. Una masa  rosada como un útero, maleable y esponjosa. Al tacto con mis manos tuve la impresión de poder modelarla (aunque solo lo escenifiqué pues era un espejismo; mera ilusión, magia de mis ojos dentro de la cabeza. Si hubiera “tocado” el tiempo este, y estaba seguro de ello, se esfumaría como humo granizado).
 ¿Me encuentro por tanto inmerso en uno de ellos ¿está ahora mi cuerpo en la Zona de incertidumbre?¿Mis brazos en una dimensión y mi cabeza , estática, en orbita constante en la no menos extraña dimensión universal? Si es así ¿como es que esta habitación me parece tan estable y real?
 He llegado al punto de no retorno, y empiezo a entender.
 La carta que recibí del futuro no es otra que esta que escribo en el ordenador. Al llegar al incierto Horizonte de Acontecimientos alcancé el conocimiento y veo, lo veo con mis ojos, con mi cerebro, con todo mi ser, como lo que escribo y se aprecia en la pantalla se deletrea de igual forma, automática y rápida, en la hoja de papel que tengo al lado, en la carta que se escribe para mi, en el futuro y en el pasado, en el presente; en infinitos universos y para universos ¿Por qué no dejan de aporrear la puerta de una maldita vez!
 Cede la puerta se abre a sus golpes. Continúo tecleando. Tengo miedo de volver la cara, no quiero verlo, lo que sea, no quiero verlo. Su presencia es palpable, se extiende en ondas detrás de mi espalda. Escribo en presente aunque el tiempo hace ¿Cuánto? Que dejo de tener significado. Ye me he visto roto en esta silla, descuartizado, redivido, reconstruido, ionizado en millones, billones de muertes y  vuelto a despertar siempre mirando esta pantalla.  
 No importa, el miedo es el mismo siempre, la incertidumbre certera, el escalofrío en los huesos como la primera vez, ¿hubo una primera vez? Siempre me destruye. Acaso una venganza ( ¿una compensación a si mismo , por querer yo acercarme?)
Toca mi hombro y dejo ser persona (otra vez) soy una parte de Todo, infinitesimal y gigantesca, soy nada: soy ÉL.



Entrada de temática similar en Activistas Miméticos por Jose Cascales.

21 de noviembre de 2013

El taxista filósofo y la mujer que huye


 

-Cuídese amigo del cantar de sirenas-, grita desde la ventanilla el taxista filósofo al viajante. Corre el pasajero hasta las puertas automáticas de la Terminal que ansiosas se lo tragan mientras se sujeta el sombrero, de aquellos de los que aún lo utilizan, de fieltro gris ladeado con gracia en un costado de la cabeza. Antes de subir al taxi no lo llevaba. 
  -Me gustan los tipos con sombrero- se dijo el taxista filósofo para si y enfiló los ojos en un nuevo pasajero.
La mujer remolca un maletita con ruedas del mismo color que su vestido; cortado en líneas hasta las rodillas, camisa blanca; el cabello negro recogido en un moño doble.
 -Lléveme a la zona este por favor. Rápido, rápido taxista…- con un sordo murmullo en la boca, se desmorona su voz en pequeñas partículas de sollozos, atomizadas en grupúsculos de quejidos muy pequeños y distantes, ahogados en pañuelos de usar y tirar, arrugados más tarde por la furia controlada de sus manos, olvidados estos de su cuerpo al tirarlos por la ventanilla y rejuntados de nuevo en el inconsciente de la memoria permanente. Donde van a parar los amores rotos, que son todos.
 Por el espejo retrovisor los ojos del taxista se enmarcan en alineación matemática con los vanos de sus gafas de sol y delante de estas, en el mundo no menos real de la realidad de fuera de los espejos, la mujer lo observa a él.
 -¿Le gustan los delfines? A todas las damas le gustan los delfines. No conozco a ni una sola que los deteste- , se pronuncia el taxista filósofo y se retrepa en lo hondo de la figura atómica de las bolas de madera de su asiento. Se halla en su universo personal, en el cosmos sutil de su taxi. Y todo aquel que encorve la testa al entrar por las puertas del taxi del taxista filósofo olvida, sin remisión pero con cierta pausa, las leyes naturales de la física terrenal. De tal modo a la mujer se le llenó el alma de luces.
 -Claro que me gustan , créame no tengo el día para hablar y menos de delfines, perdóneme. Sólo quiero que me lleve a la zona este lo antes posible.
 La mañana es de esas de las antiguas. Es una jornada infantil con esperanza de futuro, es uno de esos días de vacaciones, de sesiones matinales en el cine y de regreso a casa con pedazos de hierba cosida a los calcetines. La mujer mira por la ventana y un rayo de sol gemelo viola el cristal de la ventanilla: los hexágonos se disparan por todos lados en los colores del arco iris dibujados en su cara ; en el techo del taxi, en los asientos gastados por miles de traseros.
  El taxista filósofo encara la avenida rumbo al este y por el camino se abren las flores en invierno y el resto del tiempo transcurre en un silencio aceptado(los buenos taxistas saben cuando permanecer callados).
 La ciudad se queda muy atrás, se pierde en el horizonte transformándose en una línea borrosa trazada por lápiz de carpintero en su punta encarnada.
 -Cuando niño, llegué a pensar que este cuerpo que hora me lleva no era mío. Esta circunstancia me causaba gran angustia, miraba a mis progenitores como desconocidos me sentía, de cualquier manera posible, como un delfín fuera del agua. Los chamanes dicen que el alma se está asentando en esa extraña circunstancia que es el vivir – dijo el taxista a su espejo retrovisor donde se encontraba la mujer.
-Sé de lo que habla- respondió la mujer después de una sonrisa-. Me encuentro en una situación parecida. 
-No debe temer, pasará, su alma quiso escapar y no es el momento.
 Hemos llegado, la zona Este y allí está el puerto, no me lo dijo pero es lo que busca. Solo una cosa, cuídese del canto de los hombres.
-Lo haré, no le quepa duda- la mujer se hace un lío entre las correas de su bolso, las piernas, la maleta pequeña y la billetera.
 La carretera se corta de un tajo y abajo el agua. 
 El velero se balancea como un columpio cadencioso, la mujer embarca, el viento llena las velas : todo lo  ve el taxista filósofo por la ventana mágica del espejo retrovisor mientras voltea el letrero de “libre”.

3 de octubre de 2013

Kepler 99 o una extraña forma de amar



A los dos meses no podíamos hacer otra cosa que revolcarnos en nuestras propias frustraciones, a los cinco empezamos a fantasear con el agua verdosa de Kepler en secreto, cada cual en su cabeza, aunque más tarde nos desnudamos. Soñábamos con el liquido , imaginamos beberlo, bucear en sus profundidades, dejarnos llevar por las lentas corrientes de ese pantano inmenso, diluirnos con 99 hasta que nuestra carne, efervescente como una gragea, se desarme rompiendo las moléculas para hacernos uno con él. Cuando terminó el mes numero once en Kepler 99 matamos a Sepulveda el mantenedor.
¿Como si no podríamos disfrutar de tan inmenso placer?, Sepulveda no conectaba con 99 y 99 es celoso, más de lo que puedan imaginar.
 La verdad es que todo fueron buenas palabras. Llegamos menos de los que salimos pero las bajas no parecían importar a nadie. El exobiologo, que se había tocado las narices durante toda la misión, departía con los periodistas, desgranaba detalles con soltura mientras le daba pequeños sorbos a la bebida reconstituyente. Yo quería tranquilidad. Armenia parecía inquieta, con un discreto pellizco en mi brazo me hizo saber que no tardaría en irse.
 Las sesiones sexuales con Armenia comenzaron como mero desahogo al aburrimiento y terminaron en una búsqueda fractal, indefinida y perversa en las aguas de 99. Mientras lo hacíamos nos fundíamos con 99, que sin tener vida propia ni sistema nervioso se comportaba como un amante más de esta particular “cuestión de tres", entrando y saliendo de nuestras cabezas en trombas  verdosas de ríos descontrolados , enlazando nuestros cuerpos, conectando nuestros sentidos, dejando nuestros cuerpos separados por una fina película de agua de pantano que al instante desaparecía. Exhausta Armenia me miraba al terminar y al poco solicitaba un nuevo encuentro. Dejaba vagar sus hermosos ojos mas allá de la cristalera buscando a lo lejos una ola esmeralda que se la comiera entera.
 Ya en aquel instante noté algo sospechoso. La estancia de manera gradual se llenaba de agua. Conforme subía el nivel, la realidad se hacia mas espesa y turbia y todos parecíamos envueltos de una atmósfera viscosa. Cuando llegó justo al borde de mi cabeza decidí marcharme. Antes de cruzar las puertas nuestras miradas se cruzaron: los tres tuvimos la misma sensación y aún pude seguir las pupilas asustadizas de Kaplan que parecían escapar del corro de reporteros.
  Kepler 99 era y aún lo es, un planeta aburrido en lo visual sin un ápice de tierra donde aposentar los pies. El agua cubre un fondo abisal que parecía llegar al centro mismo de aquella bola verde azulada, orbitante de una estrella moribunda a la distancia exacta para mantener H2O en estado líquido. Estuvimos flotando allí durante un año terrestre y por increíble que parezca en aquel matraz de sopa cálida , donde la vida debería estar a rebosar, tan solo encontramos un primitivo plancton. 
 Faltan un par de días para reunirme con mi esposa e hijas, curiosamente no recibo llamada alguna de ellas. Me someto a los controles médicos de rigor con estoica tranquilidad. La sensación de irrealidad no se separa de mí, el agua de la fantasía me acompaña. Intento con todas mis fuerzas ocultar este pensamiento a los psicólogos, lo consigo pero no se por cuanto tiempo podré esconderlo una vez me encuentre con mi familia.
 El exobiólogo Tomas Kaplan lo entendía muy bien, tenía a 99 solo para él, Tomas es un onanista recalcitrante, un asocial que rara vez podría estar de acuerdo con algún miembro del rebaño humano, salvo en el hecho de asesinar a otro ser humano. Una pena para Tom pues Sepulveda no lo era. Lo descubrimos una vez que el machete le destrozó las vísceras y el líquido refrigerante nos manchó las manos. Resulto ser un amigo de las Corporaciones, una manera de espiarnos. Todos reímos entonces.
 Creo y ahora que lo escribo estoy seguro de ello, que no permitirá que nos alejemos de él. Inundará nuestras mentes de agua verde; sin duda 99 es un buen amante.

10 de agosto de 2013

Perverso



 Este tipo es sin duda lo más degenerado que he encontrado en mi carrera. He tenido que vérmelas con muchos asesinos, psicokillers cuya moral se encuentra dentro de un bote, incrustada en el cerebro y aún así el aislamiento constante de nuestros ensayos carcelarios ha conseguido romper el vidrio. Suplicando perdón el preso fue redimido y mas tarde, como debe ser, ajusticiado; siendo él mismo el que imploraba con lágrimas en los ojos que la guillotina besara su cuello.
 Este caso es particularmente correoso por su evidente maldad, por lo oscuro del corazón del ejecutor, por su nula empatía. Hace tres días que permanece encerrado, sometido a un interrogatorio constante, con pocas horas de sueño y comida escasa debería estar en nuestras manos pero como roca se resiste.
 El argumenta que no ve pecado en su crimen. Que acuchillar unos osos de felpa, o de peluche (la sola descripción de este acto cruento hace que se me retuerzan las tripas) no es más que matar un juguete, a veces, se vanagloria el indeseable, “hasta son feos” se atreve a decir. No sirven las excusas, y el hecho de tener que oír estas indecencias de su boca me asquea,pienso que mi sueldo no compensa este sufrimiento.
 Sus actos ya lo conocemos, las pruebas, y su propia confesión, lo que deseamos con ardor en su arrepentimiento; que no llega.
“Acérquese comisario, permítame su oído”, se pronunció esta mañana. Como no quería quedar como un pusilánime ante mis hombres lo hice, esperando, ingenuo de mi, el arrepentimiento, sintiéndome yo como un joven sacerdote ante su primera confesión. “Comisario, querido comisario, es usted un hombre recto y justo, sin mácula y por eso debe oír esto que le digo, de un pecador a un hombre santo. He matado muchos juguetes de felpa, cierto, pero nada me causa mas excitación que mancillar con deleite los anuncios en las redes sociales, esos que cuelga su esposa o su querida hija; animales tiernos de carne y hueso o puro algodón ; con mensajes candorosos bajo sus patas y buenas intenciones, me excitan sobre manera. Cuando incrusto comentarios soeces, cuando los borro o modifico. Esos seres tiernos, y virtuales¿ha pensado comisario en la irrealidad de esos peluches en los cuadros de honor? Son puros, casi místicos. Después de posar mi mano en el ratón quedan sucios ¿sabe comisario el poder que siento en ese instante?”
 Pude soportar este invite con apenas temple por mi parte. Mis hombres no escucharon nada de sus labios pero si el veredicto de los mios con horribles consecuencias para el detenido.
 Niños, cuídense de estos parásitos que roban la inocencia. Nosotros nos encargamos de ellos, no titubeéis en contactar con el Sindicato de Buenas Practicas y denunciar cualquier robo de mascotas de felpa: el criminal tendrá su merecido.

6 de agosto de 2013

Distopia inspirada en la obra de Orwell 1984 ; ciberpunk y enroscada en la realidad paralela actual: atómica y subyacente. Sin título.


 Puedo soportar el frío y la lluvia,incluso el calor de estos veranos en la metrópolis que hace que las suelas de los zapatos se peguen al asfalto pero el viento…
El viento se mete en las cabezas,dobla esquinas y le roba el alma a quien encuentre a su paso.
Hace susurrar las grietas de la covacha que el ministerio me asigna,se cuela por las rendijas de las ventanas y se aloja en los bajos de mi cama. El viento vuelve cuerdo al loco recordándole que aún es pronto para tomarse unas vacaciones ; el estado somos todos , orates incluidos. Le retuerce las neuronas a los infames, vagos y maleantes ; los hace ciudadanos. En el resto, los sumisos,provoca dolor de cabeza y aunque la locura sería una medicina agradable para escapar de la Gran Patria,es un resumen tan solo de nuestras míseras vidas.

 Cuando llegué a Minigual,las chicas se quedaron mirando mi triste figura : el viento volteó mi cabello hacia los lados descubriendo el cartón de muñeca calva que era mi cabeza,mi cara de palo florecía por entre la jungla barbuda de varios días , el cuello del abrigo que visto incluso en verano(remendado,dado la vuelta) proporcionado por el ministerio a los de su casta no disfrazaba en absoluto mi falta de interés en el sistema.

-Globex en tu mesa están las palabras para traducir a mimético - la supervisora sonreía ante mi aspecto , sabedora que tenía los días contados. Embutida en su impoluto uniforme esperaba tranquilamente mi deportación al campo de reeducación de Antares-.Tiene que ser esta mañana o no será Globex , me explico o ¿tu cerebro esta tan desbarajustado como tu abrigo?.
-Mueves bien el culo cuando estás borracha– se me escapó de la boca antes de sentarme.
-¿Qué dices desgraciado?- atinó a gritar.
-Que parece que va a llover , este viento amenaza lluvia, solo eso.

Informe de palabras y frases  adjudicado al funcionario Globex Hernandez . Ministerio de igualdad ( Minigual)


Despido
Recortes
Hombre
Mujer
Sindicatos
Perdida de valores
Desahucio

Cuatro palabras y tres frases. No está mal para toda una mañana de trabajo. En los periódicos a penas se leen algunas más, no es fácil.

Optimización
Desestimación
XY
XX
Fuerzas no colaboradoras
Desaceleración
Reubicación social

Poco antes de terminar la jornada contemplé mi obra.

Premio a la Gracia Laboral en las Cuencas de Deuterio ( Nueva Siberia)

Hoy nuestra operaria Vasiliv Nuryenka Pérez ha coronado el sumun de la Gracia trabajadora. Durante todo un año su producción en las minas de deuterio ha triplicado a la del trabajador mas cualificado. Optimizando así la producción en su área de trabajo en cuentas/calorías  por individuo. Debido a ello la desestimación laboral ha sido menos cruenta de lo que en principio parecía en su zona.

Siguiendo su ejemplo algunos individuos xx y xy acrecentaron el ritmo en sus respectivos puestos, por gracia del mimetismo, sin contar en ningún caso con las consabidas fuerzas no colaboradoras. La reubicación social de los elementos mas discordantes ha sido plena y la desaceleración nula.

La resolución de problemas en el acto, su espíritu de patria y amor a los dirigentes ha encumbrado el ideal Mimético a las mas altas cotas.

Personas como ella son vínculos sagrados del mimetismo.

Nueva Siberia se llena de carteles dorados con el emblema de la rueda dentada para celebrar tan magno acontecimiento. El Gran Capitán en persona le hará entrega del papiro sagrado , orleado y exacto , para que pueda lucirlo en la solapa de su ropa de trabajo.

Mirémonos en el espejo de Vasiliv. Llevemos las practicas miméticas a tal estado de imitación que todos seamos como ella. Tomad ejemplo ciudadanos. Mañana todos seremos Nureyenka Pérez.

A veces , solo de vez en cuando, me siento satisfecho de mi trabajo

12 de mayo de 2013

Un émpata más







Las máquinas se ocupan de todo; el trabajo duro y las tareas de precisión, el tráfico y la economía, la educación y los modales ¿que problema hay en llevar a mi hijo a que una de ellas le mire la cabeza por dentro? A veces no entiendo a mi compañera, sus reproches y la mirada siempre un paso a atrás o dos adelante : nunca en el presente.
Parece que solo el Pabellón de Juegos Salvajes, una pasión que nos une, me recuerda que es humana ; es un encanto contemplarla con el cabello revuelto los ojos llenos de sangre y el calor que despide la arena ensangrentada reflejada en sus mejillas.

El chico no es normal , esos ojos oscuros desarman a cualquiera que ose cruzar su vista con él. Yo mismo lo he comprobado miles de veces. Son ojos de animal, de bruto cautivo, y no de un hombre libre y apasionado como somos los demás.

Estoy esperando el diagnostico, tranquilo, si acaso un pequeño tick de inquietud en la pierna derecha.

-Sr. Mendez – se dirige a mi el muñeco, es una simulación de un antiguo psicoanalista, lo que sea que fuese aquello, solo lo reconozco por referencias en programas de situación y comedia. Perilla oscura que le atrapa la boca como un candado y gafas de pasta - la situación de su vástago en preocupante. Diría que es un caso claro de Filosocial agudo rayando en la empatía mas extrema.
-¿Pude describirme eso de una forma que yo lo entienda?
-Es sencillo, su hijo, y no es el único caso; es un émpata, recibe y dramatiza los sentimientos de los demás, es capaz de colocarse "en la piel" de cualquiera. Una manifestación inquietante Sr. Mendez y es incurable.
-Me es desconocido todo lo que me cuenta doctor no estoy dispuesto a mantener un espécimen de ese tipo en mi hogar, ¿sentimientos? ¿De que tipo?
-Caridad, compasión, fraternidad…amor. ¿Sabe de lo que le hablo?
-Eso es lengua antigua, no soy capaz de seguirlo doctor. Acabe con él cuanto antes y no se hable más.
-Eliminarlo es una solución, una solución individual, como le dije no es el único caso. Esa tarea le corresponde a usted, es responsable de la mutación. La receta está expedida y no tendrá mayores problemas. Solo tiene que comunicarlo a Central, la hoja rosa es para mi y la blanca para Central no olvide entregarla o tendrá problemas…digamos legales. Le aconsejo un sistema indoloro.  Comprenda que individuos así no contribuyen al progreso, son lacras sociales que nos impiden evolucionar.
-Lo entiendo perfectamente. El caso es que he invertido tiempo y dinero en este vástago, tenía ciertas expectativas de futuro para él y para nosotros claro está.
-El gobierno puede compensarle económicamente Sr.Mendez pero no espere una cantidad desorbitarte y ahora disculpe tengo otros pacientes que atender.


9 de mayo de 2013

Ascenso (música de Kaufer)

Kaufer / Rock
 
Había que subir a la azotea para poder verla por entre el cielo clarísimo que atardecía en amarillo. Este es el único lugar donde oscurece en ocre, por que el ámbar inunda cada rincón de la ciudad: la tierra, los portones de las casas derribadas, la verdina entre los azulejos y los jaramagos que crecen en las grietas de los derribos.

Y es que para verla había que subir. Detalles de color y forma se apretujan en las neuronas del recuerdo.

 Una escalera de barro viejo con perfil de hierro en los bordes; retorcida en las esquinas y recta al final en forma de pasarela iniciaba el camino hacia una nueva dimensión.
Un cosmos de telas frescas colgadas en alambres que respiran buscando aire de la mañana que se va. Para llegar hasta aquí hay que subir no solo la escala también los sentidos. Si fuese de otra manera no podrías verla; estarías ciego.
 En una parte de la calle se quedaban los balcones, colgados de un solo lado, en extraño equilibrio, tapados con persianas en verano o recogidas estas en invierno con cuerda de plástico verde; un rodillo de tablas sobre las cabezas.

 Se podía escuchar a las madres llamar a los cachorros a refugio y sus quejidos, haciendo eco en las paredes de cal , el túnel blanco donde viven los escalones, llegaban a los oídos durante el ascenso. Un último peldaño y ya todo quedaba sordo. Una brisa tenue silbaba al pasar por la madera del marco sin puerta. Al otro lado: un desierto de techos, dunas de teja que se perdían en el infinito, se podría imaginar, por aquel entonces, que caminando por ellas se podría llegar hasta el final donde se encontraba sin tocar nunca el suelo.
 Para llegar hasta aquí hay que subir no solo la escala también los sentidos. "Si fuese de otra manera no podrías verla; estarías ciego".

 La ciudad de amarillo resplandecía antes de ocultarse.

 Allí con los brazos apoyados en el muro salpicado de detritus de palomas y la inmutable verdina entre el granito, de humedades secas de varios inviernos, se presentaba al escalador: la torre.