13 de diciembre de 2014

Cloro


  


 Amarré el cuello del técnico con el cable, después tiré con fuerza de ambos lados; se le escapó la vida en un murmullo; me aisló del agua durante una semana. Durante todo el tiempo estuve conectado a una máquina, ambos esperábamos, él resultados yo mi momento.
 Me tumbaron al borde del vaso y como un reptil me dejé caer de costado, mis articulaciones respondieron de inmediato, comencé nadar. Nadie prestó atención al “incidente”, son cosas que pasan en el CR y el CR no existe.
 Me inicié temprano cuando mi hermana destrozaba zapatillas de baile, recurrí a la piscina por aburrimiento mientras ella terminaba las clases. Noté que el agua mantenía a raya a  los fantasmas y demonios de mi enfermedad: la única manera de acabar con una bruja es la humedad del ahogo. Recuerdo muy bien el primer mensaje, antes de cada transmisión sonaban en mi cabeza tonos, tres, dos, uno, en diferentes secuencias: “…es decir de los cuerpos y de sus representaciones en las almas, pues es preciso que la razón suficiente no tenga razón de otra razón ulterior y esté por fuera de una serie de cosas contingentes, y...”. El agua clorada es la que mejor funciona, no ocurre lo mismo con la salada, tampoco con la dulce de lagos o ríos, la transmisión es imperfecta entonces y se pierde mucha información. Primero pensé en mi locura, cuando fui muy consciente que no se trataba de ella imaginé que sería telepatía pero también descarté esa opción, tardé bastante en aceptar que los mensajes fluían de más allá del Sistema Solar.
  Se presentaron una tarde de verano. Parecían predicadores de puerta a puerta y el evangelio que enseñaban caló hondo en mis padres. Tendrían la vida resuelta por siempre. Los sinsabores de un hijo lisiado pasarían a la historia, fácil: entregar al primogénito a la ciencia. Lo hicieron de buena gana y ya nunca nadé solo. En la piscina del CR otros como yo estaban buceando o flotando, como bollas, troncos de carne viva en recepción. Eso no funciona conmigo. Me tapé la cabeza con el gorro de silicona y comencé a nadar. Al principio en brazadas leves, un calentamiento voraz en espera de la gran carrera, cuando el cuerpo tomó el ritmo, en unos cinco minutos, ya era imparable. Pasado ese tiempo empezaban los mensajes;  Se ve también que cada sustancia tiene una perfecta espontaneidad (que llega a ser libertad en las substancias inteligentes), que todo lo que le sucede es una consecuencia de su idea o de su ser, y que…” los mensajes llegaban en oleadas al compás de los brazos. Supe más tarde que todos ellos eran recogidos de mi cabeza y archivados para su estudio. <<…la sesión de nado ha terminado por hoy Marcos>> me llegó este mensaje foráneo; una oruga en la manzana granate y tierna de más allá del Sistema Solar. Algo echado a perder o apunto de hacerlo. Así sentía la psique de los míos, costaba recuperarse y aceptar que ya no percibía poesía sino prosa. No entiendo los detalles, se los dejo a los técnicos. Tampoco tengo amigos, solo contrincantes de tenis de mesa, apenas hablamos nos limitamos a jugar, residentes como yo que vendieron su libertad a cambio de un contacto perenne con el Espacio, por las noches rezaba para que me llevaran con Ellos, si pueden hablarme pueden ayudarme, pueden hacer que escape del CR, de mi enfermedad, del planeta: volar por el espacio, conocerlos. Después de tanto tiempo en seco estaba deseando iniciar las sesiones de nado. Las  frases al tomar contacto con el agua permanecieron flotando un instante cuando entraron en mi cabeza, por primera vez todo se hizo comprensible. Pude apreciar lo que decían, ahora si, y era un mensaje dirigido a mí o por lo menos yo lo entendí de esa forma:
 “…alguien nos escucha Tom  el mensaje ha chocado con algo” ¡si, si yo os escucho quiero saber, quiero estar allí con vosotros, quiero escapar de esto! Les decía mientras nadaba. Tenía tan aprendida la respiración por intervalos que apenas pensaba en ella, mi corazón bombeaba sangre a toda marcha, los brazos eran transmisores constantes de movimientos; podía dedicarme por completo a Ellos sin caer extenuado…pero no contestaban. Excitado por encontrar sentido a las palabras presté más atención que nunca. “…estamos condenados y esta es la última transmisión hacía los confines de la Galaxia” ¿Qué galaxia? ¿Cuál…?.”…mero ejercicio de pedantería por nuestra parte” ¿Qué? Pe-dan.te-ría ¿Qué es pedantería? suplicaba para que no volviera el galimatías incomprensible de otras veces, el aíre comenzaba a fallar en mis pulmones. “…as las obras de Nietzche a quien le interese y con esto terminamos con los filósofos alemanes” era todo “oídos” dentro de mi estertores para pertrecharme de oxigeno. “…de proporciones apocalípticas, todo ha terminado y nadie puede ayudarnos. ¿Alguien recordará alguna vez a la Tierra? Cierra el canal Tom hemos terminado…” ¿Ya está? Pero ¿Qué es Tierra? la piscina se mantuvo muda de frases. ¿Eso es todo? Y ¿Quién me salva de este infierno? Estoy condenado dentro de mi cabeza para siempre, la locura acecha fuera del agua, me encontraba más solo que nunca.
  “…Aquí desde la base Nueva Tierra si eres capaz de sumar estos dos tonos puedes ayudarnos ¿NOS RECIBES?”. ¡TRES, EL NUMERO TRES! Respondí.

15 de julio de 2014

Ripper


 

Me encuentro solo como nada lo estuvo nunca.

Si me preguntas que es lo que soy no sabría responderte y de todas formas ¿quien eres tú que me preguntas? Puede que sea yo mismo el que se cuestiona, dividida mi consciente en tantas personalidades para vencer el aburrimiento.
 Al principio, si mando atrás una estrella neutrón puedo recordarlo, estaba lleno de conexiones a objetos, mucho antes a órganos y todos estos se componían de partículas y estas de moléculas que a su vez se rellenaban de ladrillos vivos de energía, sujetos por los hilos dorados de la construcción vibrante. Cuando me liberé quedé impregnado de la Oscura y su energía me alimentó. De ella obtenía el combustible necesario para bucear en la maraña que lo sostiene todo.  Las distancias dejaron de serlo, las galaxias se me hicieron pequeñas, los cúmulos de estrellas eran juguetes ; materia moldeable para investigar por eones los resultados de mi presencia .
Mis iguales se despidieron. No podíamos permanecer por más tiempo en el mismo plano temporal, no admite esta jaula más de un Dios, huyeron a otras realidades a  otras burbujas. Escaparon por el sumidero de los Negros.
He tomado un sitio de privilegio para contemplar el desgarro de Todo. 
 Correré a la par de la Gran Destrucción, viajaremos hasta la estrella madre; por el camino la vereda dejará de serlo. Los pulsares se colapsaran y su faros quedaran mudos, los Negros, que nunca existieron en verdad, se dejaran llevar, diluidos sus horizontes en partículas infinitesimales ; huecas por dentro, congeladas.  Una guirnalda de mundos que aún no saben nada se despertará en la noche más terrible de un cielo de cadáveres estelares, para volver a un sueño sin vida.
Intuyo algo y cuando ocurra ya no estaré aquí para verlo.  
Algunos Blancos, tan pequeños e imprevisibles como el pensamiento fugaz ,escupen partículas del otro lado ; neutrinos extraños que nada entienden del entramado pegajoso de la Oscura. Para que la semilla fructifique debería florecer un millón de microsegundos antes de la Destrucción. Una esperanza de vida , más el resultado de estos sería tan distinto que la mera existencia al mismo nivel con mi ser sería incompatible.
Debo asumir el destino impuesto. 
 Quiero ver como esta : mi casa, se descompone y aunque el tiempo no tiene un sentido claro para mi entiendo que es mucho de este el que he pasado en mi hogar o… ¿acaso no? ¿ Deseo aprovechar esta circunstancia para dejar de sentir de una vez por todas? Si. Quiero morir al son de los planetas faltos de luz.




9 de julio de 2014

En la playa

 

 Estaba solo en la playa un mes de julio y atardecía. “Disorder” me llevaba de paseo por entre las dunas. Escucharla en el walkman era una autentica gilipollez, hubiera preferido el estéreo de casi medio metro que me regaló Helena. Cuando estudio física y no tengo nada para anotar las ideas fluyen de mi cabeza y se dejan escribir en cualquier cosa que tenga a la vista. Las formulas se alineaban en los granos de arena , Ian  en mi imaginación se hundía en unos de sus trances y el Levante , como se llama por aquí a los vientos que asoman por aquella esquina, dejó de alborotarme el cabello. Sorprendido por esta circunstancia, no se apacigua este aire así como así, alcé la cara y allí estaban
 El alto desde su pedestal de dos metros, el otro permanecía inclinado, con los guantes acolchados tomó un puñado de arena y lo miró como si fuese oro o escoria, no sabría decir.
 Sabía quienes eran y lo que pretendían ; no tenía la más remota idea que responderles.
-Muy fuerte hermano, ni te inmutas, de verdad estás hecho de una pasta distinta.- Me disparó el que parecía al mando. Vestía de negro. Un abrigo rozaba las dunas. El pelo largo ensortijado , un aro en la oreja, falanges llenas de anillos. Si me describen de esta forma al primer ser inteligente en contacto con la humanidad en uno de los videos serie ultra z de Helena me hubiera muerto de la risa.
-Hablas como un quinceañero de barrio, no esperaba ese lenguaje de vosotros.
-Tienes poco más de esa edad ¿no?.
-Tres más, también estoy doctorado en Mecánica Cuántica y no llevo el bolsillo lleno de bolígrafos.
-Supongo que será un problema sin relevancia chaval. Lo del lenguaje, me refiero. Me gusta esta manera de expresarme.
-Ya.
 Su compañero se levantó y pude apreciar que tan solo era un par de cuartas más bajo que el otro. Parecía impaciente , algo de su naturaleza pues tenían todo el tiempo del mundo, del universo y de la eternidad. De todas las maneras el ansía le comía por dentro y una mirada furiosa se cruzó con la mía.

-¿Qué piensas hacer?- me dijo apretando un puño, los granos de arena se escaparon entre sus dedos.
-No sé de lo que me hablas.
-¡Una mierda no lo sabes chaval!, no tienes idea de las fuerzas con las que tratas. ¡Lo va a contar , lo contará! –  le gritaba a su jefe. Una mole de espalda se interponía entre el bajo y yo. El jefe contemplaba el mar que se retiraba en marea baja chupado por una luna que despuntaba. Los detritus de la playa salían por entre la arena : colillas, bolsas de plástico y conchas vacías de almejas muertas.
-Si te vas de la lengua - sentenció el alto en ese argot que a él parecía gustarle y que a mi me resultaba tan chocante en ellos - estarás muerto al instante , se que eso no te preocupa sabes lo que viene luego pero me encargaré que no lo pases bien, nada bien. De todas formas ¿Quién te creería?.
-Ahora no, dentro de unos años si- repliqué envalentonado-.Búscame entonces y hablamos.
-Ya te he buscado allí idiota.
 Los dientes asomaron  por entre mis labios.
-¿Lo viste? En  mi futuro y en todos los que has escudriñado. Todo es más grande de lo que parece , fuera se esconde lo mejor del asunto ¿no sientes curiosidad? ¿estáis tan aburridos como para dejar de sentir lo que ha llevado a mi raza a descubrir Esto en apenas unos millones de años?
-Me das pena- me contestó el alto y se colocó mis altavoces en sus oídos ¿has escuchado esta mierda?- le preguntó al otro- ¿es buena cosa , eh?. Vamos a ver, estás dentro de un papel, una hoja con dimensiones limitadas ¿entiendes? No puedes pasar de aquí por mucho que quieras. No te sirve de nada saberlo, aquellos que fuimos capaces de descubrirlo lo hicimos después de muchos eones ¿y qué? Todo involuciona, todo decae. Nos sentimos ratas cuando nos tocaba ser Dioses. Ellos nos encomendaron la tarea de impedir que otros lo lograsen , desconozco sus motivos, tampoco me interesan es algo fuera de mi alcance. Somos...
-No me digas lo que sois, ya lo sé. No hablo con muertos.

Hace mucho tiempo que no se de Helena y su pelis ultra z. Aquello duró lo que dura el verano y un poco más de ese mismo otoño. Después vinieron algunas otras y la beca por el MIT al otro lado del Atlántico donde nacen las olas que desbordan en las playas de Huelva , mutadas en recuerdos enmarcados en estas paredes
 Espero que suene el teléfono , son las 21.00 horas de una fresca tarde de julio y la memoria de lo que parece un sueño me hace sonreír…otra vez.
 Al fin los primeros acordes de “Disorder” se desparraman por la habitación.
-Doctor la conexión esta lista. Suyo es el honor de transmitir las primeras palabras.
 Aclaro mi voz antes de hablar, al otro lado del teléfono el ordenador la cambiará por algoritmos matemáticos. Llevo más de veinte años esperando hacerles esta pregunta.
-¿Juego terminado?

27 de marzo de 2014

Hipótesis de simulación (práctica)






El asunto legal es muy importante. No quiero condenarme por siempre a una vida más miserable de la que ahora llevo. Tres cláusulas: 1- tienen que intentar la comunicación de todas formas posibles, si esta se consigue por una sola vía (la mía en este caso) y decido la desconexión total (en una palabra : matarme) tendrán que hacerlo. 2- no tengo herederos, arriesgo mi mente al destino que el laboratorio decida, como comprenderán es una decisición muy delicada, mi abogado estará presente cuando le plazca, tendrá libre acceso al centro. 3- el resultado del experimento se hará público en cuanto sea posible, mi abogado tiene documentación al respecto para que se lleve a cabo esta premisa. 
 Y eso fue todo. Al día siguiente se firmó el contrato, Joseph, el letrado, estuvo presente; “no me falles camarada”, escapó de mi boca esta súplica y el joven subió un dedo hacia arriba, su sonrisa se desdibujo en una bruma cuando la anestesia se coló por la mascarilla. Joseph y yo ya éramos amigos de antes. Arrastra dos licenciaturas a sus espaldas, la mecánica cuántica, su verdadera pasión, la que no deja dinero, le hizo formar parte del proyecto que llevaba en la cabeza desde que tuve el accidente.
Cuando desperté alcé mi mano y la miré (¿Cuántos son capaces de contemplar su propia mano en un sueño?) decidí entonces que estaba  lúcido. La habitación era la misma, el blanco nuclear lo inundaba todo, la camilla estaba vacía y yo de pie. Me encontraba solo, las luces de OC, un par de leds de color verde, titilaban en simetría hipnótica.
 -Está en lo cierto sr. Tanazo, las luces de mi consola se mueven en compás a su ritmo alfa. Todo en esta estancia se sincroniza con usted. Los fotones de luz que entran por las vidrieras y las moléculas de agua de aquella máquina, todo vibra en cadencia Tanazo.
 -Nada existe salvo en tus circuitos y mi mente, ¿como me hablas de fotones y moléculas OC?
-No discutiré de Mecánica cuántica con usted sr. Tanazo, seguro que sabe muchísimo más que yo.
-No seas humilde OC, eres muy pelota para ser una máquina.
  Me advirtieron de esta circunstancia, “OC en las primeras fases del experimento estará ligado a usted. Le ayudará durante el proceso y será el nexo de unión con nosotros. Él le construirá una realidad de trancisión hasta la desconexión total, una vez llevada a cabo usted se valdrá de sus propios medios. Durante un tiempo, no más de un día en nuestra realidad física, estará solo. Desconocemos que percepción del tiempo tendrá en su limbo, confíe en nosotros y si no es así en Joseph. Lo sacaremos de allí, puede que no quiera regresar” ¡y una mierda! Que fácil lo ven todo cuando el tiempo lo decide mi inconciente y no yo. Exploré el centro. OC es buen arquitecto, demasiado, todo estaba donde debía estar salvo la gente. Caminé solo por los pasillos hasta que llegué al jardín, OC tuvo a bien vestirme, el sol estaba medio tapado por nubes negras cargadas de agua, comenzó a llover. Notaba cada gota impactar en mis manos descubiertas. Pensé durante un rato en mi cuerpo, aquel que ya no tengo, en la muerte, en las personas que dejaba atrás (en sentido general, nadie me espera) en si vivir dentro de una máquina sería compensable. Todas estas dudas que ya eran antiguas regresaron. Empecé a notar aprensión, cierta angustia ante un corte de corriente (absurdo por otra parte, el centro dispone de un generador para dar luz a un pueblo pequeño durante días). Seguí el camino que lleva a la carretera general que estaba desierta.
 Puede que Joseph me traicione, que huya con el dinero que dejé para el mantenimiento si es que el centro decide terminar con el proyecto , que me mantengan vivo sin estar conectado a OC en la oscuridad de mi mente , que el maldito Joseph se deje sobornar, no se puede confiar en los abogados. Mi mente seguía divagando sobre estos asuntos y la respuesta de mi cuerpo prestado era de comezón, de asfixia, tuve que caminar por la autopista ; intentaba relajar los músculos,hacer una metáfora virtual con la imagen de mi mismo. Estuve tan ocupado en esto que tardé en descubrir que podía andar de nuevo. Dentro de OC estoy entero. ¿Seguiré así cuando llegue la desconexión , o me condenará mi mente a permanecer quieto por todo la eternidad?
-Sr. Tanazo, faltan 10 segundos para la desconexión. Inicio la cuenta atrás: 10…9
-¿Ya? Si solo llevo aquí un instante.
-7...6
-OC, dime que iniciaras la conexión en un día como prometieron, dímelo OC , ¡por Dios! Necesito escucharlo de ti.
-4...3
-¡Dímelo maquina!
-..0

15 de marzo de 2014

Muy singular







 Me llamo Matheus Tao Romero. Ese no es mi verdadero nombre, el otro es más vulgar pero ya casi no lo recuerdo, un nombre sin importancia, de cuando las personas estábamos separadas y éramos millones, ahora somos cientos.
 Aquí en Compromiso tengo múltiples funciones: tendero, agricultor, zapatero, padre de siete hijos, esposo de tres señoras y dueño de una mula terca como ella sola, también soy conocido por mis funciones eclesiásticas. Soy el Pater de Compromiso, cuido de las almas de estos pocos pellejos llenos de huesos; los últimos Homo Sapiens del Universo o por lo menos de este Universo pequeño, microscópico y ambivalente ubicado en una zona terraformada de Marte. La iglesia no es nada particular, vivo en un anexo a la misma y solo doy un responso al día, no me puedo quejar, los parroquianos tampoco necesitan más. A veces cuesta que nos escuche pero no hay nada que la oración no cure, no le queda mucho rebaño descarriado a quien devolver al redil…
 Hace muchísimo tiempo, en la Tierra, ese derribo, la humanidad se embarcó en la Singularidad, esto es un desarrollo exponencial e irrefrenable de la tecnología, sus efectos se multiplicaron en poquísimos años, nadie estaba preparado para eso.
 Como era de esperar, nuestras creaciones, las maquinas, tomaron control de todo lo controlable. Algunos humanos se fundieron con ellas, llenos de la alegría que da el ser inmortal y mascota de Dios. Otros, como nosotros, no tuvimos tanta suerte, aislados en Marte la evolución a Transhumano nos llegó tarde. Aceptamos unos cuantos cargueros de inmigrantes: italianos gritones, mexicanos pendencieros, asiáticos humildes (poquísimos) que huían de la revolución Transhumana, inadaptados, conservadores, ecologistas (que risa) al año dejaron de llegar y nunca más tuvimos señales de la Tierra.
Recogía bayas marcianas (que ni son bayas ni tan siquiera marcianas, es una variedad de tubérculos mutados) cuando el cubo se posó sobre mi cabeza. Al instante estaba a mí lado. Digamos que Dios se me presentó.
 El tipo en cuestión no se parecía en nada a una máquina, la idea más cercana que tenemos de ellos, resplandecía como una virgen al Ángelus, su piel era dorada y transparente, algunas esferas oscuras parecía correr bajo ella por todo su cuerpo. Sin duda era un Dios, aunque esto suene a herejía, tuve ganas de arrodillarme, de presentarme a sus pies.
 Nunca me llamaron la atención los Singulares, por cierto nunca vi uno en toda mi vida, hasta ayer. Sus naves (o lo que quiera que Dios sea) en forma de cubo , silenciosas como lechuzas, atraviesan de vez en cuando el horizonte rojizo, no sabemos lo que buscan ni lo que quieren, tampoco nos importa, no nos molestan y nosotros, infelices , no podemos molestarles.
No tuvo que abrir la boca. Sus pensamientos llegaron a mi cabeza.
—No es posible.
 Articulé esta frase temblando, el miedo no me dejaba realizar movimiento alguno. El Singular no mostraba expresiones, algunas esferas por dentro de su piel se  agruparon en la cabeza. El solo hecho de negarme a sus requerimientos me hacía parecer un ratón perdonando a la boa que lo tiene por cena.
—Me gustaría, créeme. No está en mi mano.-Repetí inseguro varias veces temiendo caer fulminado por un rayo. Aquella presencia turbaba mis sentidos, miraba mi alma.
—A los mejor, con más tiempo, vosotros estáis más cerca, no necesitáis intermediarios.  En aquel rostro sin cara pude leer una decepción increíble, miles de ojos , anteriormente humanos, me observaban desde dentro , el Singular llegó a postrarse de rodillas. Ninguna palabra pudo salir de mi boca en ese instante, sabía que era imposible, que nunca lo conseguirían y que eso les atormentaría el resto de la eternidad.  
—¿Qué te dijeron? , vienes blanco como un fantasma- me preguntó Anna mi querida esposa la más amada de las tres, por ser la primera ( y también mi prima, siempre me unió un vinculo especial con Anna.) , cuando le relaté lo sucedido.
—Quieren conocerlo.
—¿A quién?
—A Él- señalé al techo, me apunté en la cabeza arreglar una grieta, la temporada de lluvias se acerca y seguro que da problemas.



15 de diciembre de 2013

Reportando información








  Ingresé en la agencia a principios de los años ochentas. Continuábamos con aquello de la guerra fría, uno de los pocos conflictos que se generaron de manera fortuita, no planeamos nada esta vez. Los soviéticos contactaron con sus socias de otros Pares gracias a mí.
 Claro jefe, en aquel Par las cosas funcionan de puta madre para ellos. Mantienen la mitad de Europa, el norte africano y toda Asia. Un festival comunista en medio globo y la fiesta tiene visos de continuar por mucho tiempo. ¿Exploración espacial? Eso no les importa en absoluto. La Tierra tenía canapés variados a su disposición ¿para qué picar más allá de la mesa?
 En mi Par vendo seguros: de vida, defunción, la mayoría de vehículos que no son capaces de levantar un cuarto del suelo, soy un perdedor, un mierda ¿entiende? Quiero ser alguien. Conocer el gran secreto para mí es una maldición, una ayuda para llegar a fin de mes. Traspaso información relevante pero soy un perdedor, aquí y en todos los Pares en los que me he buscado. Supongo que es mí sino, un destino escrito; ni puta idea. Me muevo por los Pares sin llamar la atención, soy discreto, les puedo ser de mucha ayuda.
 El vendedor de seguros de la puta compañía que le jode a llamadas todas las tardes, eso soy yo. Un desgraciado con información de alto rango directa a sus oídos.
 Déle a la manivela de la pasta y cantaré como Placido.
 ¿Quiere saberlo?. Lo mío, la información candente ¿verdad, jefe? está bien. Siéntese por que puede llegar al colapso. ¿Alguna vez se preguntó por el PM? El Par Maestro. La teoría dice que los universos paralelos son infinitos pero no es así. Existe un PAR único y yo lo he descubierto.
 En el PM se desarrolla la “autentica” realidad, de ese Par parten todas las demás. Nuestro destino está unido invariablemente a ellos. Al fin y al cabo las variaciones en los Pares son ínfimas a escala cósmica: hoy los rusos, mañana los chinos y al año siguiente los congoleños, al Universo le importa un carajo nuestras rencillas. El Cosmos tiende a unificarse a seguir un destino común. El infinito digamos que solo lo es para nosotros para todos los universos es finito. Se unen en un punto del espacio tiempo, cuando eso ocurra el Cosmos expirará y todo se concentrará en una partícula. Ya sabe el viejo rollo del Big Cruch y toda esa monserga cuantica. Pero espere, no se adelante, los del PM lo saben, intuyen que todos sus actos son “copiados” en el resto de Pares, de alguna u otra manera. Allí todo es virgen, la ideas rebullen de nuevas, no están masticadas y deglutidas por los Pares, ellos crean de la nada y no están dispuestos a que una mala copia les puteé el final glorioso del Cosmos. Por que aquí señor, en este Par y solo en este, alguien crea, por su cuenta.
 Escribe, se gana la vida escribiendo, el jodido tipo es un escritor de pacotilla.
 He visitado muchos Pares, cientos, miles y sus obras son inéditas. Los del PM lo buscan como locos para cargárselo.
 Si lo eliminan todos moriremos nunca habremos existido. El Escritor inventa este mundo cada jornada. A usted le gusta el bourbón por que él ha decidido que así sea. Tiene dos hijas y vota a los republicanos desde siempre. Yo lo sé por que él ha escrito que yo debo de saberlo ¿no lo entiende? Como si no he descubierto el Par Maestro, el quiso que esa idea se formara en mi cabeza. Una mañana tecleé la clave por azar y me encontré allí pero no fue el azar fue el Escritor. Él es el único real en este Par, en todos los pares, salvo en el PM. Tiene gracia la cosa, no soy más que un personaje de la cabeza de un tunante que no ha publicado nada de interés. Tiene una jodida gracia del Copón, ¿verdad, jefe? Y su cara ahora también es divertida, yo es que me descojono solo de verlo.
  Llevo muchos años vendiendo seguros, conozco esa mirada de depredador. Pero de esa forma no evitará que el Escritor continué inventando la vida. ¿Quiere matarme Jefe? No sea iluso, usted no ha pensado eso, es el Escritor quien habla por usted. Usted no tuvo madre jefe, usted es un pensamiento del Escritor o como mal menor de otro Jefe muy real del PM.
 Suélteme la pasta de una vez y déjeme marchar. Utilice la información como le venga en gana, a mi ya no me sirve para nada.
 Hágalo rápido, existe y esto se lo cuento gratis, un lapso de años desde que el Escritor asesa y plasma sus ideas hasta que estas adquieren vida. Déjeme vivir a lo grande antes de que ese Hijo de Puta coloque un punto al final del texto.


5 de diciembre de 2013

Entrópico


  No quiero abrir, tengo un miedo caníbal que me come por dentro. Me está devorando las entrañas, me atraganto de mi mismo en este miedo que no es otro que el temor ancestral a la soledad, puede que sea el único ser conciente en este Cosmos. Incapaz de levantarme estoy paralizado de cintura para abajo.
  ¡Que mal hice tan tremendo en enviar esa carta! Maldita la hora. Mas si no la hubiera escrito, el pasado, el presente, el futuro mismo no tendría sentido, a no ser que las leyes que rigen el universo se dispersen en una interrogante ¿y si fuese así? ¡Que espeluznante pensamiento! Solo conozco de un lugar, de un “no lugar” donde esa circunstancia, caótica y mortal se pude dar.
 Los golpes son constantes, como si pudiera romper la puerta cuando quisiera pero se retiene. Es cadencioso en su golpeteo pero lleno de fuerza, una fuerza terrible y animal.
 Después de encontrar la carta no tuve más remedio que acentuar mis pensamientos. Reacomodarlos en un bloque, ordenar, como en el cubo de Rubick, las sensaciones por colores en pedazos simétricos de intensidad. La inquietante pulcritud del axioma básico, referente a un futuro tan cierto como poco atrayente aún fluctúa en espejismos poliédricos.
 Al destrozar la carta en mil trozos rompería el hechizo, los golpes se detendrían y todo sería como antes ¿Cómo antes de que? Esta angustia está acabando con mi espíritu, estoy sólo en esta circunstancia pavorosa.
 Desgajar al autor de la carta no hace más que acentuar la paradoja de aquello que está por venir. Yo soy otro ahora y no sé si seguiré siendo este Yo una vez terminadas de escribir estas letras que pulso en el teclado. Por cada golpe anular el tiempo se desteje, los pensamientos se reagrupan en una nueva constante de sinapsis , se reconstruye otro Yo y esto me llena de asombro. Pero no hasta el punto de sorprenderme cuantitativamente, pues el Yo que se fabrica ya sabe de mi. Podría decir que me estoy edificando al mismo tiempo que tomo conciencia del pasado.
  Los golpes en la puerta continúan aunque nada sobreviviría en el exterior de la casa, allá a lo lejos, donde el eco de los barrancos blancos expiran galaxias ¿Qué quiere de mi?
 Es una dicotomía magnética, pues se atrae una a la otra hasta formar un nuevo destino, siendo sabedor del mismo y desconociéndolo a la misma vez.
Noté como fluctuaba el tiempo. Una masa  rosada como un útero, maleable y esponjosa. Al tacto con mis manos tuve la impresión de poder modelarla (aunque solo lo escenifiqué pues era un espejismo; mera ilusión, magia de mis ojos dentro de la cabeza. Si hubiera “tocado” el tiempo este, y estaba seguro de ello, se esfumaría como humo granizado).
 ¿Me encuentro por tanto inmerso en uno de ellos ¿está ahora mi cuerpo en la Zona de incertidumbre?¿Mis brazos en una dimensión y mi cabeza , estática, en orbita constante en la no menos extraña dimensión universal? Si es así ¿como es que esta habitación me parece tan estable y real?
 He llegado al punto de no retorno, y empiezo a entender.
 La carta que recibí del futuro no es otra que esta que escribo en el ordenador. Al llegar al incierto Horizonte de Acontecimientos alcancé el conocimiento y veo, lo veo con mis ojos, con mi cerebro, con todo mi ser, como lo que escribo y se aprecia en la pantalla se deletrea de igual forma, automática y rápida, en la hoja de papel que tengo al lado, en la carta que se escribe para mi, en el futuro y en el pasado, en el presente; en infinitos universos y para universos ¿Por qué no dejan de aporrear la puerta de una maldita vez!
 Cede la puerta se abre a sus golpes. Continúo tecleando. Tengo miedo de volver la cara, no quiero verlo, lo que sea, no quiero verlo. Su presencia es palpable, se extiende en ondas detrás de mi espalda. Escribo en presente aunque el tiempo hace ¿Cuánto? Que dejo de tener significado. Ye me he visto roto en esta silla, descuartizado, redivido, reconstruido, ionizado en millones, billones de muertes y  vuelto a despertar siempre mirando esta pantalla.  
 No importa, el miedo es el mismo siempre, la incertidumbre certera, el escalofrío en los huesos como la primera vez, ¿hubo una primera vez? Siempre me destruye. Acaso una venganza ( ¿una compensación a si mismo , por querer yo acercarme?)
Toca mi hombro y dejo ser persona (otra vez) soy una parte de Todo, infinitesimal y gigantesca, soy nada: soy ÉL.



Entrada de temática similar en Activistas Miméticos por Jose Cascales.

21 de noviembre de 2013

El taxista filósofo y la mujer que huye


 

-Cuídese amigo del cantar de sirenas-, grita desde la ventanilla el taxista filósofo al viajante. Corre el pasajero hasta las puertas automáticas de la Terminal que ansiosas se lo tragan mientras se sujeta el sombrero, de aquellos de los que aún lo utilizan, de fieltro gris ladeado con gracia en un costado de la cabeza. Antes de subir al taxi no lo llevaba. 
  -Me gustan los tipos con sombrero- se dijo el taxista filósofo para si y enfiló los ojos en un nuevo pasajero.
La mujer remolca un maletita con ruedas del mismo color que su vestido; cortado en líneas hasta las rodillas, camisa blanca; el cabello negro recogido en un moño doble.
 -Lléveme a la zona este por favor. Rápido, rápido taxista…- con un sordo murmullo en la boca, se desmorona su voz en pequeñas partículas de sollozos, atomizadas en grupúsculos de quejidos muy pequeños y distantes, ahogados en pañuelos de usar y tirar, arrugados más tarde por la furia controlada de sus manos, olvidados estos de su cuerpo al tirarlos por la ventanilla y rejuntados de nuevo en el inconsciente de la memoria permanente. Donde van a parar los amores rotos, que son todos.
 Por el espejo retrovisor los ojos del taxista se enmarcan en alineación matemática con los vanos de sus gafas de sol y delante de estas, en el mundo no menos real de la realidad de fuera de los espejos, la mujer lo observa a él.
 -¿Le gustan los delfines? A todas las damas le gustan los delfines. No conozco a ni una sola que los deteste- , se pronuncia el taxista filósofo y se retrepa en lo hondo de la figura atómica de las bolas de madera de su asiento. Se halla en su universo personal, en el cosmos sutil de su taxi. Y todo aquel que encorve la testa al entrar por las puertas del taxi del taxista filósofo olvida, sin remisión pero con cierta pausa, las leyes naturales de la física terrenal. De tal modo a la mujer se le llenó el alma de luces.
 -Claro que me gustan , créame no tengo el día para hablar y menos de delfines, perdóneme. Sólo quiero que me lleve a la zona este lo antes posible.
 La mañana es de esas de las antiguas. Es una jornada infantil con esperanza de futuro, es uno de esos días de vacaciones, de sesiones matinales en el cine y de regreso a casa con pedazos de hierba cosida a los calcetines. La mujer mira por la ventana y un rayo de sol gemelo viola el cristal de la ventanilla: los hexágonos se disparan por todos lados en los colores del arco iris dibujados en su cara ; en el techo del taxi, en los asientos gastados por miles de traseros.
  El taxista filósofo encara la avenida rumbo al este y por el camino se abren las flores en invierno y el resto del tiempo transcurre en un silencio aceptado(los buenos taxistas saben cuando permanecer callados).
 La ciudad se queda muy atrás, se pierde en el horizonte transformándose en una línea borrosa trazada por lápiz de carpintero en su punta encarnada.
 -Cuando niño, llegué a pensar que este cuerpo que hora me lleva no era mío. Esta circunstancia me causaba gran angustia, miraba a mis progenitores como desconocidos me sentía, de cualquier manera posible, como un delfín fuera del agua. Los chamanes dicen que el alma se está asentando en esa extraña circunstancia que es el vivir – dijo el taxista a su espejo retrovisor donde se encontraba la mujer.
-Sé de lo que habla- respondió la mujer después de una sonrisa-. Me encuentro en una situación parecida. 
-No debe temer, pasará, su alma quiso escapar y no es el momento.
 Hemos llegado, la zona Este y allí está el puerto, no me lo dijo pero es lo que busca. Solo una cosa, cuídese del canto de los hombres.
-Lo haré, no le quepa duda- la mujer se hace un lío entre las correas de su bolso, las piernas, la maleta pequeña y la billetera.
 La carretera se corta de un tajo y abajo el agua. 
 El velero se balancea como un columpio cadencioso, la mujer embarca, el viento llena las velas : todo lo  ve el taxista filósofo por la ventana mágica del espejo retrovisor mientras voltea el letrero de “libre”.

3 de octubre de 2013

Kepler 99 o una extraña forma de amar



A los dos meses no podíamos hacer otra cosa que revolcarnos en nuestras propias frustraciones, a los cinco empezamos a fantasear con el agua verdosa de Kepler en secreto, cada cual en su cabeza, aunque más tarde nos desnudamos. Soñábamos con el liquido , imaginamos beberlo, bucear en sus profundidades, dejarnos llevar por las lentas corrientes de ese pantano inmenso, diluirnos con 99 hasta que nuestra carne, efervescente como una gragea, se desarme rompiendo las moléculas para hacernos uno con él. Cuando terminó el mes numero once en Kepler 99 matamos a Sepulveda el mantenedor.
¿Como si no podríamos disfrutar de tan inmenso placer?, Sepulveda no conectaba con 99 y 99 es celoso, más de lo que puedan imaginar.
 La verdad es que todo fueron buenas palabras. Llegamos menos de los que salimos pero las bajas no parecían importar a nadie. El exobiologo, que se había tocado las narices durante toda la misión, departía con los periodistas, desgranaba detalles con soltura mientras le daba pequeños sorbos a la bebida reconstituyente. Yo quería tranquilidad. Armenia parecía inquieta, con un discreto pellizco en mi brazo me hizo saber que no tardaría en irse.
 Las sesiones sexuales con Armenia comenzaron como mero desahogo al aburrimiento y terminaron en una búsqueda fractal, indefinida y perversa en las aguas de 99. Mientras lo hacíamos nos fundíamos con 99, que sin tener vida propia ni sistema nervioso se comportaba como un amante más de esta particular “cuestión de tres", entrando y saliendo de nuestras cabezas en trombas  verdosas de ríos descontrolados , enlazando nuestros cuerpos, conectando nuestros sentidos, dejando nuestros cuerpos separados por una fina película de agua de pantano que al instante desaparecía. Exhausta Armenia me miraba al terminar y al poco solicitaba un nuevo encuentro. Dejaba vagar sus hermosos ojos mas allá de la cristalera buscando a lo lejos una ola esmeralda que se la comiera entera.
 Ya en aquel instante noté algo sospechoso. La estancia de manera gradual se llenaba de agua. Conforme subía el nivel, la realidad se hacia mas espesa y turbia y todos parecíamos envueltos de una atmósfera viscosa. Cuando llegó justo al borde de mi cabeza decidí marcharme. Antes de cruzar las puertas nuestras miradas se cruzaron: los tres tuvimos la misma sensación y aún pude seguir las pupilas asustadizas de Kaplan que parecían escapar del corro de reporteros.
  Kepler 99 era y aún lo es, un planeta aburrido en lo visual sin un ápice de tierra donde aposentar los pies. El agua cubre un fondo abisal que parecía llegar al centro mismo de aquella bola verde azulada, orbitante de una estrella moribunda a la distancia exacta para mantener H2O en estado líquido. Estuvimos flotando allí durante un año terrestre y por increíble que parezca en aquel matraz de sopa cálida , donde la vida debería estar a rebosar, tan solo encontramos un primitivo plancton. 
 Faltan un par de días para reunirme con mi esposa e hijas, curiosamente no recibo llamada alguna de ellas. Me someto a los controles médicos de rigor con estoica tranquilidad. La sensación de irrealidad no se separa de mí, el agua de la fantasía me acompaña. Intento con todas mis fuerzas ocultar este pensamiento a los psicólogos, lo consigo pero no se por cuanto tiempo podré esconderlo una vez me encuentre con mi familia.
 El exobiólogo Tomas Kaplan lo entendía muy bien, tenía a 99 solo para él, Tomas es un onanista recalcitrante, un asocial que rara vez podría estar de acuerdo con algún miembro del rebaño humano, salvo en el hecho de asesinar a otro ser humano. Una pena para Tom pues Sepulveda no lo era. Lo descubrimos una vez que el machete le destrozó las vísceras y el líquido refrigerante nos manchó las manos. Resulto ser un amigo de las Corporaciones, una manera de espiarnos. Todos reímos entonces.
 Creo y ahora que lo escribo estoy seguro de ello, que no permitirá que nos alejemos de él. Inundará nuestras mentes de agua verde; sin duda 99 es un buen amante.