30 de abril de 2015

El Edificio. Parte II


 El proyecto de restauración iba tomando forma. A Roberto no se le concedió permiso para visitar in situ los niveles inferiores del Edificio, tenía que conformarse con fotografías, planos y hologramas. Estaba frustrado, y no solo por que necesitaba una toma urgente de catas, medición de las grietas y humedades, deseaba a toda costa presenciar el proceso de reeducación o como ellos quieran llamarlo. Roberto siempre estuvo al margen de la política, para un ciudadano “normal”  el estado, el líder de turno o el partido en el poder le resultaba baladí, teniendo cuidado de no meterse en asuntos turbios y siguiendo las consignas un ciudadano podría fumar tranquilamente un cigarrillo en frente de la Jazz, la policía del estado, sin inmutarse, nunca tendría problemas hasta su lecho de muerte. Partiendo de la premisa que le adelantó Malone, ni siquiera la Jazz actuaba de oficio, los propios ciudadanos con cargo de conciencia se entregaban voluntariamente para acallar las voces rebeldes en su interior. Algo incomprensible por otra parte. ¿Que les dicen esas voces? ¿En que momento un ciudadano decide ser un enemigo del sistema? La vida transcurría placidamente , los zeppelines llegaban a su hora, la música Swing, muy de moda, escapaba de los balcones y los jóvenes bailaban en la calle, no recordaba un homicidio o robo en años, existía libertad de prensa y religión , las chicas encontraban marido, cuidaban de los niños en sus casas, las abuelas enseñaban a leer y escribir, las escuelas educaban y los padres ganaban un sueldo con esfuerzo, en los noticieros se adelantaban noticias sobre un aparato provisto de alas que recorre cinco veces más rápido la distancia de costa a costa que un zeppelín, el mundo avanza; se habla de transmisores diminutos y curas contra las enfermedades y estos individuos se retuercen en pensamientos obscenos , rebeldes sin causa aparente.

 Deseaba con todas sus ganas conocer un Visitante o mejor aún: un Preso.

 Una tarde Malone le sorprendió con una pregunta <<¿le gustaría visitar el nivel Encaste Hinojosa?>> los ojos se le abrieron como platos y tan rápido como pudo se recompuso mostrando indiferencia. Le respondió que si, como si tal cosa.

—No se emocione. Será el tiempo suficiente para una toma de catas en un departamento. A esta hora los Presos se encuentran en reeducación.

 Descendieron por el elevador, el dedo índice de Malone pulsó el nivel Encaste.

—Le esperaré fuera. Tome sus aparatos,- Malone le entregó un pico en miniatura, un par de bolsas de plástico, la cámara de fotos y otra holográfica- , disponga del tiempo necesario los Presos tienen hasta la madrugada para volver.

 Un hilera de camastros en paralelo se perdía hasta el infinito, el Edifico siempre le engañaba ¿Cómo es posible que parezca más grande por dentro que por fuera?

Se agachó en el suelo, tocó el piso: las grietas rezumaban por entre las losas de mala calidad. Terminó a cuatro patas y anduvo a gatas siguiendo el rastro de una grieta mayúscula hasta que su nariz topó con la punta de unos zapatos verdes sin cordones. Dentro de ellos había un Preso.

—Eres el arquitecto.- El hombre tendría unos cuarenta años, la cabeza afeitada, los ojos grises, la mandíbula amplia y la misma expresión de turista de museo despistado que puedo observar tiempo atrás en los visitantes. Roberto continuó a gatas reculando hasta que llego a la pared, después se levantó. El individuo le subía un par de cuartas.

—Si lo soy. -Se atrevió a pronunciar.

—He pedido ejecución. Soy culpable de pensamiento. PEN-SA*MIEN-TOS .

—No está prohibido pensar que yo sepa.

—No arquitecto, no lo está. Por eso me entregué, la Jazz no vendrá a por mi por que rumié esto o aquello. No es bueno que un ciudadano piense en contra del estado y yo lo hacía, todos los días. De todas las maneras esto es irrelevante. Quería que supiese que he elegido Ejecución. Decapitación, en este caso concreto y único. Será retransmitido a todo el país en el canal nuevo. Ese de colores. Quiero saber si es cierto aquello de la visión.

—¿Qué visión?–El suelo recién limpiado empezó a recalentarse, brumas invisibles de desinfectante con olor a matarratas le llegaban en bocanadas.

—Dicen que la cabeza una vez separada del cuerpo tiene visión durante unos segundos. Me parece la mejor manera de comprobarlo aunque luego no pueda explicárselo a nadie. 

—¿Por qué me cuenta esto? No retransmiten ejecuciones por  televisión. Creo que está usted enfermo.

—Me estoy curando, dentro de poco pasaré a Ciudadanía. Yo se que estoy enfermo pero ¿podría usted afirmar que no lo está?

 Roberto pensó su respuesta. No quería violentar al preso así que le siguió la corriente en este diálogo absurdo.

—Me encuentro bastante bien de salud.

—¿Y de aquí?- El preso se señaló un lado de la sien.

El olor a desinfectante la presencia de aquel hombre, la conversación sin sentido. La situación se le presentaba agobiante, como una pesadilla, dejó de sentir curiosidad y aún así se sorprendió de las palabras que escaparon de sus  labios.

—¿Cómo lo reeducaron?¿le torturaron?¿le lavaron el cerebro?

El preso no respondió, se alejo despacio dándole la espalda hasta que  la oscuridad del pasillo se lo comió.

 Durante varios días estuvo como ausente, declinó comer con Malone, su único acompañante en aquel nivel desierto. El comedor, al contrarío que el nivel Recepción, carecía de ventanas. A las 17:30 imaginaba el desembarque del Espíritu de Navidad y sus viajeros como hormigas descendiendo de un palo, dispuestos a divertirse en el Remington, el mejor hotel de la ciudad.  No podría aguantar mucho más en el Edificio, aceleró el plan todo lo que pudo, no paró de trabajar en la mesa de proyectos; dormía poco y mal, constantes pesadillas le atormentaban: la cabeza flotante del preso el olor a desinfectante.

Visitó el Nivel Ciudadanía, como siempre acompañado de Malone y nadie más. No tenía misterios; aulas de estudio con pizarras, salas de reuniones y por supuesto ausencia de cualquier aparato de tortura.

 Terminó el proyecto al fin en un tiempo record, después de dos meses en el Edifico. Le sobraba otro mes y esperaba que lo dejaran marchar cuanto antes.

—Roberto tenemos que hablar.- Por primera vez Malone le llamaba por su nombre de pila- Tome asiento por favor.- El custodio le acompañó desplomándose como un fardo de cemento en la silla.- Ha terminado su proyecto y estamos gratamente satisfechos de su trabajo, es impecable de eso no cabe duda.

—¿Y?

—Roberto no ha entendido nada, ¿cierto?

—¿A qué se refiere?

—Usted tuvo contacto con un preso, lo sabemos desde el primer día. No se espante, lo planeamos nosotros. Le permitimos interactuar con el sujeto para estudiar su capacidad de cambio. Estuvo a punto de conseguirlo. Lo dejamos continuar durante el resto del mes a la espera de su reacción. Pero ha sido inútil, se cierra a la reeducación, se aferra a una vida prestada.

—¿De que me habla?

—Mire Roberto…-La frase quedó en suspenso, flotando entre los dos, Malone buscaba las palabras adecuadas o el tiempo se paró unos segundos, pensó el Arquitecto- ¿Lo ha visto?, ¿Ha visto la palabra antes del guión? : Arquitecto, es la primera vez en este texto en el cual el narrador se  refiere a usted como el Arquitecto con mayúsculas.

—Malone no entiendo nada, he terminado el proyecto y quiero marcharme de este lugar eso es todo.

—¿Qué proyecto? No existe proyecto alguno cabeza de chorlito, ¿Quién es usted Hinojosa? Piense. No se ha descrito su figura, ni su cara, el lector no sabe como es usted, cada cual se lo imaginará de una manera, por que el lector principal es usted y usted se conoce demasiado bien para describirse a si mismo, usted es el arquitecto de su propio relato.¿Cuántas mujeres tiene Hinojosa?

—¡Ya le dije que estoy soltero , maldita sea!

—Tiene dos y cuatro hijos. No le gusta el matrimonio, ni los críos, ni nada de esta sociedad que hemos creado entre todos. Usted prefiere vivir solo, como un orate. Usted es de esos que piensan: como yo no tengo problemas con el Estado, este tampoco los tendrá conmigo. Se  equivoca Hinojosa, tiene graves problemas con el estado. Usted es un infeliz que ha formado una familia por inercia, usted no quiere a nadie, es tan cobarde que ni si quiera se quiere a usted mismo. Y aquí Hinojosa, en este  país, se es feliz o deja de ser persona y por tanto ciudadano. Es la ley.

—Se equivoca, me tengo en gran estima.- Como siempre que miente a Roberto le tembló la voz.

Malone se incorporó de la silla agarrándolo de los hombros.

—Es usted un suicida Roberto. Por eso se encuentra en el Edificio.

Intentó matarse y de camino llevarse por delante todo el pasaje del Espíritu de Navidad. La Jazz lo detuvo en el último instante. No hemos cambiado la política por usted, no es tan importante, se ofreció voluntario para entrar. No sabemos, ni queremos juzgar los casos de terrorismo como el suyo, sería el primero en muchos años, al estado le complace que se ingrese.

 Está escribiendo su historia, el Edificio produce ese efecto en las personas, este es el momento crucial de su propio relato. ¿Quiere ser un preso o prefiere continuar como visitante? Elija Hinojosa.

 

 Por el ventanal de la solitaria cantina de trabajadores, Roberto Hinojosa contempló la maniobra de atraque del gran zeppelín "Espíritu de Navidad" en la azotea del Remington, desde la cocina le llegaba música Swing, muy de moda. Los pasajeros bajaban por la escala al mejor hotel de la ciudad dispuestos a pasarlo en grande. Roberto se dijo que debía acabar el proyecto cuanto antes. No podría aguantar mucho más en el Edificio.

 

30/04/2015

El Edificio. Parte I


 

 

 

Cuando alguien se enfrenta a una entrevista de trabajo podría ser uno de los instantes más solitarios en la vida de una persona. Roberto Hinojosa, arquitecto, no tuvo ese problema por que lo reclutaron y no por ello dejó de sentirse solo. Roberto contempló, asomado a la ventana trasera del sedan negro que lo llevaba, las puertas de su oficina cerradas, “Por motivos personales durante tres meses”, el tiempo suficiente según la Administración para reestructurar, acondicionar y renovar el Edifico.

Se pintó de nubes negras el cielo despejado de domingo, oscuros goterones tamborilearon en el capó del vehículo un trueno se escucho lejano y el Edifico se abrió tragándose al sedan y sus ocupantes.

Los ciudadanos están obligados a no verlo. Que no lo “viera” no significa que no supiera. El Edificio estaba allí, en su cabeza y en la de todos; un recuerdo que ocupa un lugar físico aunque no se detecte con los sentidos; una evocación real para muchos que pasaron por él y ahora son los mismos pero son otros, en definitiva: Ciudadanos de bien.

Roberto estudió los planos durante un mes y no echó en falta a esposas o hijos que no tenía, sintió, eso sí, aprensión por sus clientes y la montaña de proyectos que dejaría sin acabar. Su secretario, Roberto no quería mujeres en su empresa, las buenas secretarías debían de rozar los cuarenta y si no estaban en casa cuidando del marido y los hijos no serían de fiar, tenía instrucciones para calmarlos; no estar al mando de sus asuntos le hacía salirse del pellejo.

El mes posterior a su reclutamiento tuvo acceso sin restricciones a la planta superior: despachos, archivos, cientos de fichas personales esperaban ser transcritas a las computadoras y un eficiente ejercito de funcionarios, con los que nunca se topó, se ufanarían en la tarea. Como un fantasma Roberto deambulaba entre las mesas, tomaba catas de las paredes, comprobaba el cableado, hacía saltar alguna que otra loseta del piso y volvía de nuevo a sus papeles. El Edifico adolecía de un buen mantenimiento, inyecciones de argamasa en sus cimientos; los pesos estaban descompensados y abundaban las grietas. La sala de computadoras estaba desfasada, no mantenía la temperatura suficiente y los armatostes, grandes como cachorros de elefante, se recalentaban; una habitación estaba acondicionada para el almacenamiento de lámparas pues estas se fundían a la mínima de cambio.

Comía solo en la cantina de personal, parecía que despejaban las zonas por donde él pasaba. Se quedaba absorto en los zeppelines que cruzaban el cielo, el "Espíritu de  Navidad" llegaba siempre en hora las 17: 30 ni un minuto antes o después, atracaba en el poste de la azotea del Remington. Roberto contemplaba esta maniobra de precisión desde el único ventanal del Edificio.

Nunca se cruzó con un “visitante” y menos aún con un “preso” desconocía como se “abastecía” el Edificio de ellos, no llegaban camiones, que él supiera, las vías del tren estaban desiertas a todas horas y los zeppelines pasaban de largo.

—¿Cuántas mujeres tiene Hinojosa?- le preguntó su custodio, un tal Malone de aspecto intimidante, al poco Roberto descubrió que era buena persona, un buen hombre de su casa.

—No estoy casado Malone.

—¡Eso es tan antisocial como tener una sola esposa Hinojosa! o más, yo diría que más. Yo tengo tres, una de ellas es mi prima, la más joven, un encanto de chica. Es un poco moderna, trabaja fuera de casa y todo, las demás se ocupan de los críos, este trabajo es duro Hinojosa, nada como llegar al castillo y que este se encuentre  como debe. Una buena cerveza y los niños corriendo a tus brazos.

—Le felicito Malone. Espero algún día tener todo eso, tiempo al tiempo,- mintió.

—¿Cuál es la diferencia ,Malone?-coló la pregunta de golpe esperando pillar desprevenido al custodio.

—¿Entre presos y visitantes, claro está?

—Claro está.- Imitó Roberto sin pretender ser irónico para conseguir todo lo contrario. Malone no lo tomó a mal de todas las maneras. Perecía con ganas de explicar aquel misterio que rondaba su cabeza desde niño.

—El Visitante llega al Edificio por voluntad propia, él sabe que algo no funciona de manera correcta en su sentido de la ciudadanía, le atormenta esa cuestión. Ingresa para curarse, el visitante puede marcharse cuando desee. Pasado el segundo nivel, el Encaste, ya no hay marcha atrás, pero da igual, el visitante, créame Hinojosa, prefiere seguir su tratamiento. Reconocida su culpa pasa a la categoría de Preso.

Cruzaron el pasillo central que lleva a los elevadores, bajo ellos los Tres Niveles: Recepción, Encaste y Ciudadanía. Por primera vez se adentraría en el corazón y razón de ser del Edificio. Todo fue un chasco, ni presos, ni visitantes. Los cuidadores rondaban para acá y para allá enfundados en monos amarillos, rojos o negros según el nivel., atareados en cosas que le parecieron absurdas. En una habitación tan grande como un hangar de zeppelín un encargado aleccionaba a una tanda de educadores novatos. Estaba subido en una rueda de caucho y gritaba. Sus palabras eran sacudidas sonoras, como golpes, marcaban un ritmo hipnótico, Roberto no entendió casi nada. Su curiosidad por ver algún preso o como mínimo un visitante se acrecentó.   

El encargado señaló una de las paredes, estaba acristalada, en filas de a dos hombres y mujeres la cruzaron. Si bien sus caras no mostraban felicidad, tampoco angustia o miedo. Sus cuerpos permanecían dignos, no se apreciaba desnutrición ni maltrato parecía un grupo de turistas visitando un museo.

—¡Esa es su materia prima cuidadores! : personas.- Gritó el encargado con más brío que antes-, les deben respeto, es un material más valioso que vosotros mismos, es la maquinaria que mueve el país. No lo olviden. Ahora son personas cuando abandonen el Edificio serán Ciudadanos.

13 de diciembre de 2014

Cloro


  


 Amarré el cuello del técnico con el cable, después tiré con fuerza de ambos lados; se le escapó la vida en un murmullo; me aisló del agua durante una semana. Durante todo el tiempo estuve conectado a una máquina, ambos esperábamos, él resultados yo mi momento.
 Me tumbaron al borde del vaso y como un reptil me dejé caer de costado, mis articulaciones respondieron de inmediato, comencé nadar. Nadie prestó atención al “incidente”, son cosas que pasan en el CR y el CR no existe.
 Me inicié temprano cuando mi hermana destrozaba zapatillas de baile, recurrí a la piscina por aburrimiento mientras ella terminaba las clases. Noté que el agua mantenía a raya a  los fantasmas y demonios de mi enfermedad: la única manera de acabar con una bruja es la humedad del ahogo. Recuerdo muy bien el primer mensaje, antes de cada transmisión sonaban en mi cabeza tonos, tres, dos, uno, en diferentes secuencias: “…es decir de los cuerpos y de sus representaciones en las almas, pues es preciso que la razón suficiente no tenga razón de otra razón ulterior y esté por fuera de una serie de cosas contingentes, y...”. El agua clorada es la que mejor funciona, no ocurre lo mismo con la salada, tampoco con la dulce de lagos o ríos, la transmisión es imperfecta entonces y se pierde mucha información. Primero pensé en mi locura, cuando fui muy consciente que no se trataba de ella imaginé que sería telepatía pero también descarté esa opción, tardé bastante en aceptar que los mensajes fluían de más allá del Sistema Solar.
  Se presentaron una tarde de verano. Parecían predicadores de puerta a puerta y el evangelio que enseñaban caló hondo en mis padres. Tendrían la vida resuelta por siempre. Los sinsabores de un hijo lisiado pasarían a la historia, fácil: entregar al primogénito a la ciencia. Lo hicieron de buena gana y ya nunca nadé solo. En la piscina del CR otros como yo estaban buceando o flotando, como bollas, troncos de carne viva en recepción. Eso no funciona conmigo. Me tapé la cabeza con el gorro de silicona y comencé a nadar. Al principio en brazadas leves, un calentamiento voraz en espera de la gran carrera, cuando el cuerpo tomó el ritmo, en unos cinco minutos, ya era imparable. Pasado ese tiempo empezaban los mensajes;  Se ve también que cada sustancia tiene una perfecta espontaneidad (que llega a ser libertad en las substancias inteligentes), que todo lo que le sucede es una consecuencia de su idea o de su ser, y que…” los mensajes llegaban en oleadas al compás de los brazos. Supe más tarde que todos ellos eran recogidos de mi cabeza y archivados para su estudio. <<…la sesión de nado ha terminado por hoy Marcos>> me llegó este mensaje foráneo; una oruga en la manzana granate y tierna de más allá del Sistema Solar. Algo echado a perder o apunto de hacerlo. Así sentía la psique de los míos, costaba recuperarse y aceptar que ya no percibía poesía sino prosa. No entiendo los detalles, se los dejo a los técnicos. Tampoco tengo amigos, solo contrincantes de tenis de mesa, apenas hablamos nos limitamos a jugar, residentes como yo que vendieron su libertad a cambio de un contacto perenne con el Espacio, por las noches rezaba para que me llevaran con Ellos, si pueden hablarme pueden ayudarme, pueden hacer que escape del CR, de mi enfermedad, del planeta: volar por el espacio, conocerlos. Después de tanto tiempo en seco estaba deseando iniciar las sesiones de nado. Las  frases al tomar contacto con el agua permanecieron flotando un instante cuando entraron en mi cabeza, por primera vez todo se hizo comprensible. Pude apreciar lo que decían, ahora si, y era un mensaje dirigido a mí o por lo menos yo lo entendí de esa forma:
 “…alguien nos escucha Tom  el mensaje ha chocado con algo” ¡si, si yo os escucho quiero saber, quiero estar allí con vosotros, quiero escapar de esto! Les decía mientras nadaba. Tenía tan aprendida la respiración por intervalos que apenas pensaba en ella, mi corazón bombeaba sangre a toda marcha, los brazos eran transmisores constantes de movimientos; podía dedicarme por completo a Ellos sin caer extenuado…pero no contestaban. Excitado por encontrar sentido a las palabras presté más atención que nunca. “…estamos condenados y esta es la última transmisión hacía los confines de la Galaxia” ¿Qué galaxia? ¿Cuál…?.”…mero ejercicio de pedantería por nuestra parte” ¿Qué? Pe-dan.te-ría ¿Qué es pedantería? suplicaba para que no volviera el galimatías incomprensible de otras veces, el aíre comenzaba a fallar en mis pulmones. “…as las obras de Nietzche a quien le interese y con esto terminamos con los filósofos alemanes” era todo “oídos” dentro de mi estertores para pertrecharme de oxigeno. “…de proporciones apocalípticas, todo ha terminado y nadie puede ayudarnos. ¿Alguien recordará alguna vez a la Tierra? Cierra el canal Tom hemos terminado…” ¿Ya está? Pero ¿Qué es Tierra? la piscina se mantuvo muda de frases. ¿Eso es todo? Y ¿Quién me salva de este infierno? Estoy condenado dentro de mi cabeza para siempre, la locura acecha fuera del agua, me encontraba más solo que nunca.
  “…Aquí desde la base Nueva Tierra si eres capaz de sumar estos dos tonos puedes ayudarnos ¿NOS RECIBES?”. ¡TRES, EL NUMERO TRES! Respondí.

15 de julio de 2014

Ripper


 

Me encuentro solo como nada lo estuvo nunca.

Si me preguntas que es lo que soy no sabría responderte y de todas formas ¿quien eres tú que me preguntas? Puede que sea yo mismo el que se cuestiona, dividida mi consciente en tantas personalidades para vencer el aburrimiento.
 Al principio, si mando atrás una estrella neutrón puedo recordarlo, estaba lleno de conexiones a objetos, mucho antes a órganos y todos estos se componían de partículas y estas de moléculas que a su vez se rellenaban de ladrillos vivos de energía, sujetos por los hilos dorados de la construcción vibrante. Cuando me liberé quedé impregnado de la Oscura y su energía me alimentó. De ella obtenía el combustible necesario para bucear en la maraña que lo sostiene todo.  Las distancias dejaron de serlo, las galaxias se me hicieron pequeñas, los cúmulos de estrellas eran juguetes ; materia moldeable para investigar por eones los resultados de mi presencia .
Mis iguales se despidieron. No podíamos permanecer por más tiempo en el mismo plano temporal, no admite esta jaula más de un Dios, huyeron a otras realidades a  otras burbujas. Escaparon por el sumidero de los Negros.
He tomado un sitio de privilegio para contemplar el desgarro de Todo. 
 Correré a la par de la Gran Destrucción, viajaremos hasta la estrella madre; por el camino la vereda dejará de serlo. Los pulsares se colapsaran y su faros quedaran mudos, los Negros, que nunca existieron en verdad, se dejaran llevar, diluidos sus horizontes en partículas infinitesimales ; huecas por dentro, congeladas.  Una guirnalda de mundos que aún no saben nada se despertará en la noche más terrible de un cielo de cadáveres estelares, para volver a un sueño sin vida.
Intuyo algo y cuando ocurra ya no estaré aquí para verlo.  
Algunos Blancos, tan pequeños e imprevisibles como el pensamiento fugaz ,escupen partículas del otro lado ; neutrinos extraños que nada entienden del entramado pegajoso de la Oscura. Para que la semilla fructifique debería florecer un millón de microsegundos antes de la Destrucción. Una esperanza de vida , más el resultado de estos sería tan distinto que la mera existencia al mismo nivel con mi ser sería incompatible.
Debo asumir el destino impuesto. 
 Quiero ver como esta : mi casa, se descompone y aunque el tiempo no tiene un sentido claro para mi entiendo que es mucho de este el que he pasado en mi hogar o… ¿acaso no? ¿ Deseo aprovechar esta circunstancia para dejar de sentir de una vez por todas? Si. Quiero morir al son de los planetas faltos de luz.




9 de julio de 2014

En la playa

 

 Estaba solo en la playa un mes de julio y atardecía. “Disorder” me llevaba de paseo por entre las dunas. Escucharla en el walkman era una autentica gilipollez, hubiera preferido el estéreo de casi medio metro que me regaló Helena. Cuando estudio física y no tengo nada para anotar las ideas fluyen de mi cabeza y se dejan escribir en cualquier cosa que tenga a la vista. Las formulas se alineaban en los granos de arena , Ian  en mi imaginación se hundía en unos de sus trances y el Levante , como se llama por aquí a los vientos que asoman por aquella esquina, dejó de alborotarme el cabello. Sorprendido por esta circunstancia, no se apacigua este aire así como así, alcé la cara y allí estaban
 El alto desde su pedestal de dos metros, el otro permanecía inclinado, con los guantes acolchados tomó un puñado de arena y lo miró como si fuese oro o escoria, no sabría decir.
 Sabía quienes eran y lo que pretendían ; no tenía la más remota idea que responderles.
-Muy fuerte hermano, ni te inmutas, de verdad estás hecho de una pasta distinta.- Me disparó el que parecía al mando. Vestía de negro. Un abrigo rozaba las dunas. El pelo largo ensortijado , un aro en la oreja, falanges llenas de anillos. Si me describen de esta forma al primer ser inteligente en contacto con la humanidad en uno de los videos serie ultra z de Helena me hubiera muerto de la risa.
-Hablas como un quinceañero de barrio, no esperaba ese lenguaje de vosotros.
-Tienes poco más de esa edad ¿no?.
-Tres más, también estoy doctorado en Mecánica Cuántica y no llevo el bolsillo lleno de bolígrafos.
-Supongo que será un problema sin relevancia chaval. Lo del lenguaje, me refiero. Me gusta esta manera de expresarme.
-Ya.
 Su compañero se levantó y pude apreciar que tan solo era un par de cuartas más bajo que el otro. Parecía impaciente , algo de su naturaleza pues tenían todo el tiempo del mundo, del universo y de la eternidad. De todas las maneras el ansía le comía por dentro y una mirada furiosa se cruzó con la mía.

-¿Qué piensas hacer?- me dijo apretando un puño, los granos de arena se escaparon entre sus dedos.
-No sé de lo que me hablas.
-¡Una mierda no lo sabes chaval!, no tienes idea de las fuerzas con las que tratas. ¡Lo va a contar , lo contará! –  le gritaba a su jefe. Una mole de espalda se interponía entre el bajo y yo. El jefe contemplaba el mar que se retiraba en marea baja chupado por una luna que despuntaba. Los detritus de la playa salían por entre la arena : colillas, bolsas de plástico y conchas vacías de almejas muertas.
-Si te vas de la lengua - sentenció el alto en ese argot que a él parecía gustarle y que a mi me resultaba tan chocante en ellos - estarás muerto al instante , se que eso no te preocupa sabes lo que viene luego pero me encargaré que no lo pases bien, nada bien. De todas formas ¿Quién te creería?.
-Ahora no, dentro de unos años si- repliqué envalentonado-.Búscame entonces y hablamos.
-Ya te he buscado allí idiota.
 Los dientes asomaron  por entre mis labios.
-¿Lo viste? En  mi futuro y en todos los que has escudriñado. Todo es más grande de lo que parece , fuera se esconde lo mejor del asunto ¿no sientes curiosidad? ¿estáis tan aburridos como para dejar de sentir lo que ha llevado a mi raza a descubrir Esto en apenas unos millones de años?
-Me das pena- me contestó el alto y se colocó mis altavoces en sus oídos ¿has escuchado esta mierda?- le preguntó al otro- ¿es buena cosa , eh?. Vamos a ver, estás dentro de un papel, una hoja con dimensiones limitadas ¿entiendes? No puedes pasar de aquí por mucho que quieras. No te sirve de nada saberlo, aquellos que fuimos capaces de descubrirlo lo hicimos después de muchos eones ¿y qué? Todo involuciona, todo decae. Nos sentimos ratas cuando nos tocaba ser Dioses. Ellos nos encomendaron la tarea de impedir que otros lo lograsen , desconozco sus motivos, tampoco me interesan es algo fuera de mi alcance. Somos...
-No me digas lo que sois, ya lo sé. No hablo con muertos.

Hace mucho tiempo que no se de Helena y su pelis ultra z. Aquello duró lo que dura el verano y un poco más de ese mismo otoño. Después vinieron algunas otras y la beca por el MIT al otro lado del Atlántico donde nacen las olas que desbordan en las playas de Huelva , mutadas en recuerdos enmarcados en estas paredes
 Espero que suene el teléfono , son las 21.00 horas de una fresca tarde de julio y la memoria de lo que parece un sueño me hace sonreír…otra vez.
 Al fin los primeros acordes de “Disorder” se desparraman por la habitación.
-Doctor la conexión esta lista. Suyo es el honor de transmitir las primeras palabras.
 Aclaro mi voz antes de hablar, al otro lado del teléfono el ordenador la cambiará por algoritmos matemáticos. Llevo más de veinte años esperando hacerles esta pregunta.
-¿Juego terminado?

27 de marzo de 2014

Hipótesis de simulación (práctica)






El asunto legal es muy importante. No quiero condenarme por siempre a una vida más miserable de la que ahora llevo. Tres cláusulas: 1- tienen que intentar la comunicación de todas formas posibles, si esta se consigue por una sola vía (la mía en este caso) y decido la desconexión total (en una palabra : matarme) tendrán que hacerlo. 2- no tengo herederos, arriesgo mi mente al destino que el laboratorio decida, como comprenderán es una decisición muy delicada, mi abogado estará presente cuando le plazca, tendrá libre acceso al centro. 3- el resultado del experimento se hará público en cuanto sea posible, mi abogado tiene documentación al respecto para que se lleve a cabo esta premisa. 
 Y eso fue todo. Al día siguiente se firmó el contrato, Joseph, el letrado, estuvo presente; “no me falles camarada”, escapó de mi boca esta súplica y el joven subió un dedo hacia arriba, su sonrisa se desdibujo en una bruma cuando la anestesia se coló por la mascarilla. Joseph y yo ya éramos amigos de antes. Arrastra dos licenciaturas a sus espaldas, la mecánica cuántica, su verdadera pasión, la que no deja dinero, le hizo formar parte del proyecto que llevaba en la cabeza desde que tuve el accidente.
Cuando desperté alcé mi mano y la miré (¿Cuántos son capaces de contemplar su propia mano en un sueño?) decidí entonces que estaba  lúcido. La habitación era la misma, el blanco nuclear lo inundaba todo, la camilla estaba vacía y yo de pie. Me encontraba solo, las luces de OC, un par de leds de color verde, titilaban en simetría hipnótica.
 -Está en lo cierto sr. Tanazo, las luces de mi consola se mueven en compás a su ritmo alfa. Todo en esta estancia se sincroniza con usted. Los fotones de luz que entran por las vidrieras y las moléculas de agua de aquella máquina, todo vibra en cadencia Tanazo.
 -Nada existe salvo en tus circuitos y mi mente, ¿como me hablas de fotones y moléculas OC?
-No discutiré de Mecánica cuántica con usted sr. Tanazo, seguro que sabe muchísimo más que yo.
-No seas humilde OC, eres muy pelota para ser una máquina.
  Me advirtieron de esta circunstancia, “OC en las primeras fases del experimento estará ligado a usted. Le ayudará durante el proceso y será el nexo de unión con nosotros. Él le construirá una realidad de trancisión hasta la desconexión total, una vez llevada a cabo usted se valdrá de sus propios medios. Durante un tiempo, no más de un día en nuestra realidad física, estará solo. Desconocemos que percepción del tiempo tendrá en su limbo, confíe en nosotros y si no es así en Joseph. Lo sacaremos de allí, puede que no quiera regresar” ¡y una mierda! Que fácil lo ven todo cuando el tiempo lo decide mi inconciente y no yo. Exploré el centro. OC es buen arquitecto, demasiado, todo estaba donde debía estar salvo la gente. Caminé solo por los pasillos hasta que llegué al jardín, OC tuvo a bien vestirme, el sol estaba medio tapado por nubes negras cargadas de agua, comenzó a llover. Notaba cada gota impactar en mis manos descubiertas. Pensé durante un rato en mi cuerpo, aquel que ya no tengo, en la muerte, en las personas que dejaba atrás (en sentido general, nadie me espera) en si vivir dentro de una máquina sería compensable. Todas estas dudas que ya eran antiguas regresaron. Empecé a notar aprensión, cierta angustia ante un corte de corriente (absurdo por otra parte, el centro dispone de un generador para dar luz a un pueblo pequeño durante días). Seguí el camino que lleva a la carretera general que estaba desierta.
 Puede que Joseph me traicione, que huya con el dinero que dejé para el mantenimiento si es que el centro decide terminar con el proyecto , que me mantengan vivo sin estar conectado a OC en la oscuridad de mi mente , que el maldito Joseph se deje sobornar, no se puede confiar en los abogados. Mi mente seguía divagando sobre estos asuntos y la respuesta de mi cuerpo prestado era de comezón, de asfixia, tuve que caminar por la autopista ; intentaba relajar los músculos,hacer una metáfora virtual con la imagen de mi mismo. Estuve tan ocupado en esto que tardé en descubrir que podía andar de nuevo. Dentro de OC estoy entero. ¿Seguiré así cuando llegue la desconexión , o me condenará mi mente a permanecer quieto por todo la eternidad?
-Sr. Tanazo, faltan 10 segundos para la desconexión. Inicio la cuenta atrás: 10…9
-¿Ya? Si solo llevo aquí un instante.
-7...6
-OC, dime que iniciaras la conexión en un día como prometieron, dímelo OC , ¡por Dios! Necesito escucharlo de ti.
-4...3
-¡Dímelo maquina!
-..0

15 de marzo de 2014

Muy singular







 Me llamo Matheus Tao Romero. Ese no es mi verdadero nombre, el otro es más vulgar pero ya casi no lo recuerdo, un nombre sin importancia, de cuando las personas estábamos separadas y éramos millones, ahora somos cientos.
 Aquí en Compromiso tengo múltiples funciones: tendero, agricultor, zapatero, padre de siete hijos, esposo de tres señoras y dueño de una mula terca como ella sola, también soy conocido por mis funciones eclesiásticas. Soy el Pater de Compromiso, cuido de las almas de estos pocos pellejos llenos de huesos; los últimos Homo Sapiens del Universo o por lo menos de este Universo pequeño, microscópico y ambivalente ubicado en una zona terraformada de Marte. La iglesia no es nada particular, vivo en un anexo a la misma y solo doy un responso al día, no me puedo quejar, los parroquianos tampoco necesitan más. A veces cuesta que nos escuche pero no hay nada que la oración no cure, no le queda mucho rebaño descarriado a quien devolver al redil…
 Hace muchísimo tiempo, en la Tierra, ese derribo, la humanidad se embarcó en la Singularidad, esto es un desarrollo exponencial e irrefrenable de la tecnología, sus efectos se multiplicaron en poquísimos años, nadie estaba preparado para eso.
 Como era de esperar, nuestras creaciones, las maquinas, tomaron control de todo lo controlable. Algunos humanos se fundieron con ellas, llenos de la alegría que da el ser inmortal y mascota de Dios. Otros, como nosotros, no tuvimos tanta suerte, aislados en Marte la evolución a Transhumano nos llegó tarde. Aceptamos unos cuantos cargueros de inmigrantes: italianos gritones, mexicanos pendencieros, asiáticos humildes (poquísimos) que huían de la revolución Transhumana, inadaptados, conservadores, ecologistas (que risa) al año dejaron de llegar y nunca más tuvimos señales de la Tierra.
Recogía bayas marcianas (que ni son bayas ni tan siquiera marcianas, es una variedad de tubérculos mutados) cuando el cubo se posó sobre mi cabeza. Al instante estaba a mí lado. Digamos que Dios se me presentó.
 El tipo en cuestión no se parecía en nada a una máquina, la idea más cercana que tenemos de ellos, resplandecía como una virgen al Ángelus, su piel era dorada y transparente, algunas esferas oscuras parecía correr bajo ella por todo su cuerpo. Sin duda era un Dios, aunque esto suene a herejía, tuve ganas de arrodillarme, de presentarme a sus pies.
 Nunca me llamaron la atención los Singulares, por cierto nunca vi uno en toda mi vida, hasta ayer. Sus naves (o lo que quiera que Dios sea) en forma de cubo , silenciosas como lechuzas, atraviesan de vez en cuando el horizonte rojizo, no sabemos lo que buscan ni lo que quieren, tampoco nos importa, no nos molestan y nosotros, infelices , no podemos molestarles.
No tuvo que abrir la boca. Sus pensamientos llegaron a mi cabeza.
—No es posible.
 Articulé esta frase temblando, el miedo no me dejaba realizar movimiento alguno. El Singular no mostraba expresiones, algunas esferas por dentro de su piel se  agruparon en la cabeza. El solo hecho de negarme a sus requerimientos me hacía parecer un ratón perdonando a la boa que lo tiene por cena.
—Me gustaría, créeme. No está en mi mano.-Repetí inseguro varias veces temiendo caer fulminado por un rayo. Aquella presencia turbaba mis sentidos, miraba mi alma.
—A los mejor, con más tiempo, vosotros estáis más cerca, no necesitáis intermediarios.  En aquel rostro sin cara pude leer una decepción increíble, miles de ojos , anteriormente humanos, me observaban desde dentro , el Singular llegó a postrarse de rodillas. Ninguna palabra pudo salir de mi boca en ese instante, sabía que era imposible, que nunca lo conseguirían y que eso les atormentaría el resto de la eternidad.  
—¿Qué te dijeron? , vienes blanco como un fantasma- me preguntó Anna mi querida esposa la más amada de las tres, por ser la primera ( y también mi prima, siempre me unió un vinculo especial con Anna.) , cuando le relaté lo sucedido.
—Quieren conocerlo.
—¿A quién?
—A Él- señalé al techo, me apunté en la cabeza arreglar una grieta, la temporada de lluvias se acerca y seguro que da problemas.



15 de diciembre de 2013

Reportando información








  Ingresé en la agencia a principios de los años ochentas. Continuábamos con aquello de la guerra fría, uno de los pocos conflictos que se generaron de manera fortuita, no planeamos nada esta vez. Los soviéticos contactaron con sus socias de otros Pares gracias a mí.
 Claro jefe, en aquel Par las cosas funcionan de puta madre para ellos. Mantienen la mitad de Europa, el norte africano y toda Asia. Un festival comunista en medio globo y la fiesta tiene visos de continuar por mucho tiempo. ¿Exploración espacial? Eso no les importa en absoluto. La Tierra tenía canapés variados a su disposición ¿para qué picar más allá de la mesa?
 En mi Par vendo seguros: de vida, defunción, la mayoría de vehículos que no son capaces de levantar un cuarto del suelo, soy un perdedor, un mierda ¿entiende? Quiero ser alguien. Conocer el gran secreto para mí es una maldición, una ayuda para llegar a fin de mes. Traspaso información relevante pero soy un perdedor, aquí y en todos los Pares en los que me he buscado. Supongo que es mí sino, un destino escrito; ni puta idea. Me muevo por los Pares sin llamar la atención, soy discreto, les puedo ser de mucha ayuda.
 El vendedor de seguros de la puta compañía que le jode a llamadas todas las tardes, eso soy yo. Un desgraciado con información de alto rango directa a sus oídos.
 Déle a la manivela de la pasta y cantaré como Placido.
 ¿Quiere saberlo?. Lo mío, la información candente ¿verdad, jefe? está bien. Siéntese por que puede llegar al colapso. ¿Alguna vez se preguntó por el PM? El Par Maestro. La teoría dice que los universos paralelos son infinitos pero no es así. Existe un PAR único y yo lo he descubierto.
 En el PM se desarrolla la “autentica” realidad, de ese Par parten todas las demás. Nuestro destino está unido invariablemente a ellos. Al fin y al cabo las variaciones en los Pares son ínfimas a escala cósmica: hoy los rusos, mañana los chinos y al año siguiente los congoleños, al Universo le importa un carajo nuestras rencillas. El Cosmos tiende a unificarse a seguir un destino común. El infinito digamos que solo lo es para nosotros para todos los universos es finito. Se unen en un punto del espacio tiempo, cuando eso ocurra el Cosmos expirará y todo se concentrará en una partícula. Ya sabe el viejo rollo del Big Cruch y toda esa monserga cuantica. Pero espere, no se adelante, los del PM lo saben, intuyen que todos sus actos son “copiados” en el resto de Pares, de alguna u otra manera. Allí todo es virgen, la ideas rebullen de nuevas, no están masticadas y deglutidas por los Pares, ellos crean de la nada y no están dispuestos a que una mala copia les puteé el final glorioso del Cosmos. Por que aquí señor, en este Par y solo en este, alguien crea, por su cuenta.
 Escribe, se gana la vida escribiendo, el jodido tipo es un escritor de pacotilla.
 He visitado muchos Pares, cientos, miles y sus obras son inéditas. Los del PM lo buscan como locos para cargárselo.
 Si lo eliminan todos moriremos nunca habremos existido. El Escritor inventa este mundo cada jornada. A usted le gusta el bourbón por que él ha decidido que así sea. Tiene dos hijas y vota a los republicanos desde siempre. Yo lo sé por que él ha escrito que yo debo de saberlo ¿no lo entiende? Como si no he descubierto el Par Maestro, el quiso que esa idea se formara en mi cabeza. Una mañana tecleé la clave por azar y me encontré allí pero no fue el azar fue el Escritor. Él es el único real en este Par, en todos los pares, salvo en el PM. Tiene gracia la cosa, no soy más que un personaje de la cabeza de un tunante que no ha publicado nada de interés. Tiene una jodida gracia del Copón, ¿verdad, jefe? Y su cara ahora también es divertida, yo es que me descojono solo de verlo.
  Llevo muchos años vendiendo seguros, conozco esa mirada de depredador. Pero de esa forma no evitará que el Escritor continué inventando la vida. ¿Quiere matarme Jefe? No sea iluso, usted no ha pensado eso, es el Escritor quien habla por usted. Usted no tuvo madre jefe, usted es un pensamiento del Escritor o como mal menor de otro Jefe muy real del PM.
 Suélteme la pasta de una vez y déjeme marchar. Utilice la información como le venga en gana, a mi ya no me sirve para nada.
 Hágalo rápido, existe y esto se lo cuento gratis, un lapso de años desde que el Escritor asesa y plasma sus ideas hasta que estas adquieren vida. Déjeme vivir a lo grande antes de que ese Hijo de Puta coloque un punto al final del texto.


5 de diciembre de 2013

Entrópico


  No quiero abrir, tengo un miedo caníbal que me come por dentro. Me está devorando las entrañas, me atraganto de mi mismo en este miedo que no es otro que el temor ancestral a la soledad, puede que sea el único ser conciente en este Cosmos. Incapaz de levantarme estoy paralizado de cintura para abajo.
  ¡Que mal hice tan tremendo en enviar esa carta! Maldita la hora. Mas si no la hubiera escrito, el pasado, el presente, el futuro mismo no tendría sentido, a no ser que las leyes que rigen el universo se dispersen en una interrogante ¿y si fuese así? ¡Que espeluznante pensamiento! Solo conozco de un lugar, de un “no lugar” donde esa circunstancia, caótica y mortal se pude dar.
 Los golpes son constantes, como si pudiera romper la puerta cuando quisiera pero se retiene. Es cadencioso en su golpeteo pero lleno de fuerza, una fuerza terrible y animal.
 Después de encontrar la carta no tuve más remedio que acentuar mis pensamientos. Reacomodarlos en un bloque, ordenar, como en el cubo de Rubick, las sensaciones por colores en pedazos simétricos de intensidad. La inquietante pulcritud del axioma básico, referente a un futuro tan cierto como poco atrayente aún fluctúa en espejismos poliédricos.
 Al destrozar la carta en mil trozos rompería el hechizo, los golpes se detendrían y todo sería como antes ¿Cómo antes de que? Esta angustia está acabando con mi espíritu, estoy sólo en esta circunstancia pavorosa.
 Desgajar al autor de la carta no hace más que acentuar la paradoja de aquello que está por venir. Yo soy otro ahora y no sé si seguiré siendo este Yo una vez terminadas de escribir estas letras que pulso en el teclado. Por cada golpe anular el tiempo se desteje, los pensamientos se reagrupan en una nueva constante de sinapsis , se reconstruye otro Yo y esto me llena de asombro. Pero no hasta el punto de sorprenderme cuantitativamente, pues el Yo que se fabrica ya sabe de mi. Podría decir que me estoy edificando al mismo tiempo que tomo conciencia del pasado.
  Los golpes en la puerta continúan aunque nada sobreviviría en el exterior de la casa, allá a lo lejos, donde el eco de los barrancos blancos expiran galaxias ¿Qué quiere de mi?
 Es una dicotomía magnética, pues se atrae una a la otra hasta formar un nuevo destino, siendo sabedor del mismo y desconociéndolo a la misma vez.
Noté como fluctuaba el tiempo. Una masa  rosada como un útero, maleable y esponjosa. Al tacto con mis manos tuve la impresión de poder modelarla (aunque solo lo escenifiqué pues era un espejismo; mera ilusión, magia de mis ojos dentro de la cabeza. Si hubiera “tocado” el tiempo este, y estaba seguro de ello, se esfumaría como humo granizado).
 ¿Me encuentro por tanto inmerso en uno de ellos ¿está ahora mi cuerpo en la Zona de incertidumbre?¿Mis brazos en una dimensión y mi cabeza , estática, en orbita constante en la no menos extraña dimensión universal? Si es así ¿como es que esta habitación me parece tan estable y real?
 He llegado al punto de no retorno, y empiezo a entender.
 La carta que recibí del futuro no es otra que esta que escribo en el ordenador. Al llegar al incierto Horizonte de Acontecimientos alcancé el conocimiento y veo, lo veo con mis ojos, con mi cerebro, con todo mi ser, como lo que escribo y se aprecia en la pantalla se deletrea de igual forma, automática y rápida, en la hoja de papel que tengo al lado, en la carta que se escribe para mi, en el futuro y en el pasado, en el presente; en infinitos universos y para universos ¿Por qué no dejan de aporrear la puerta de una maldita vez!
 Cede la puerta se abre a sus golpes. Continúo tecleando. Tengo miedo de volver la cara, no quiero verlo, lo que sea, no quiero verlo. Su presencia es palpable, se extiende en ondas detrás de mi espalda. Escribo en presente aunque el tiempo hace ¿Cuánto? Que dejo de tener significado. Ye me he visto roto en esta silla, descuartizado, redivido, reconstruido, ionizado en millones, billones de muertes y  vuelto a despertar siempre mirando esta pantalla.  
 No importa, el miedo es el mismo siempre, la incertidumbre certera, el escalofrío en los huesos como la primera vez, ¿hubo una primera vez? Siempre me destruye. Acaso una venganza ( ¿una compensación a si mismo , por querer yo acercarme?)
Toca mi hombro y dejo ser persona (otra vez) soy una parte de Todo, infinitesimal y gigantesca, soy nada: soy ÉL.



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