12 de marzo de 2012

Irresistible...no dejar de hacerlo


Entró en mi casa con el corazón en un puño. Compungido , lloroso y agitado. Aquel hombre sereno otras veces parecía encontrarse al borde del sincope.

-¡Los mudos despertaron! – atinó a balbucear- los durmientes, aquellos que teníamos olvidados.
-¿Me hablas de los no muertos? aplícate Gregorio- pensé que llamando a mi camarada por su nombre de pila conseguiría que este se tranquilizase.

Gregorio me enseñó el papel arrugado por la fuerza de sus nervios. Efectivamente, los no muertos, como designábamos a los dueños de nuestras pesadillas, estaban en pie de guerra. Una contienda ilusoria e infructuosa, compinchada entre sus esbirros desde antes de que hibernaran , hace ya casi ocho años ;  mucho antes de que perdieran , definitivamente , la facultad del habla. Se gestó con los otros, una guerra con unas victimas que no serían ellos.

 No cabía duda después de leer el titular de la prensa.

-¿Qué podemos hacer amiga? Tan solo lamentarnos, llorar en silencio ante lo que se avecina- continuó Gregorio, el cual por el mismo miedo , como era habitual en estas situaciones , empezó a mutar en insecto. Las pequeñas antenas le salían de las sienes, otrora plateadas por la edad y en este instante oscurecidas de orín marrón color cucaracha.

-Ante todo calma Gregorio. ¿tienes la carta de servicios mínimos?
-¿Estas loca? ¡No me la darán, no me la darán! , ¡Quieren verme fuera! los mudos lo quieren, ¿no lo entiendes? Ni si quiera puedo pagar una plaza de aparcamiento, y eso es muy malo amiga, no tengo la maldita carta no soy de ellos, y nunca lo seré. Me cortaría el gaznate ahora mismo  - Gregorio se descomponía por momentos, acostado en el piso con las manos estiradas convertidas ya en garfios, poco se asemejaba a un hombre ni tan siquiera a un humano.

Deduje entonces que de poco le serviría la dichosa carta, estaba sentenciado por el mismo, convertido en un bicho repugnante. Una estrategia mimética para no ser descubierto; para que los demás ni siquiera pensaran en él como persona. De todas las maneras mi amigo para todos hace tiempo que comía carroña y dormía en sitios oscuros y cerrados.
Esta salida de los no muertos a la vida pública fue la espoleta que lo hizo estallar mutando definitivamente a gorgojo.

Lo dejé allí plantado hecho un moco oscuro y patético (¿Puede un secreción nasal señalarse como patética? Curiosa deducción) pegado a la alfombra.

Tengo miedo de los no muertos, de los mudos, de su señal con el brazo como en la película de “la invasión de los ladrones de cuerpos” que me hagan burla y me denigren por no seguir su obsceno juego. No tengo alternativa, seguir adelante es la única escapatoria. El Mimetismo esta vez no estaba de mi parte y aunque mis hermanos me demostraron su apoyo, en verdad estaba sola. Mis genes no son como los de Gregorio.

Esperé sentada en silencio el día señalado y cuando llegó me vestí de calle como si tal cosa, armada de valor, encaminé mis zapatos de fábrica artesana uniforme: directa al trabajo. Una mujer trabajadora, sin miedo, ahora sí, a transformarme en insecto.

2 de marzo de 2012

Con un poco de azucar


Psychosocial by Slip Knot on Grooveshark

Esto es antiguo. Los hogares están tapiados, por eso aquellos que se fueron no regresaran nunca.

Cuando toda la capital estaba a rebosar de tubos humeantes por las noches, cuando todos duermen como se suele hacer con nocturnidad alevosa; recogido uno entre los miedos de las sabanas, cuentan que ella, colgada de un paraguas desciende.
El corpiño de cuero y sujeta a sus manos blancas una bolsa con grageas de acido.
Coloca en la boca de los niños (con un poco de azúcar la píldora que os dan) la pastilla invitada.

Relegados en el país de Nunca jamás no volverán salvo en las pesadillas de las siguientes generaciones.

La escuadra de deshollinadores baja silenciosa por las chimeneas entonces y retira los regalos dejados en navidad, los manchan de hollín tan negro como el corazón de un gato entregado al placer de acurrucarse en ropa usada y vieja. Se los llevan para que estos, los púberes, no recuerden su infancia, que la niñez sea un recuerdo perdido en la mente senil de un jubilado eterno.


Dar la mano a un deshollinador trae suerte, revitaliza pues está cargada de almas candidas llenas de energía inocente. Ella las coloca, las ánimas digo, en una bolsa de tela de sofá descosido, y por una y otra casa marcha, las arranca de cuajo a los más infantes.

Cuando todo duerme cuentan que esto ocurre mas, cuando el sol brilla arriba tan solo el toque en la puerta de la nueva niñera puede despertar la sonrisa de un cachorro.

Pero eso fue hace mucho, cuando las chimeneas y aunque cierto, quedó relegado a mera leyenda que con el tiempo difuminó en cuento edulcorado. Ella existe tan cierta como tú que lees esto.

Los Zombis obtusos que farfullan palabras incoherentes, adultos a medias conduciendo vehículos de lujo le hacen el trabajo. Son nuevos momentos.

Comete la píldora con dulzura amigo, atragántate de todo lo que te puedan endosar pues ella se reconvierte cada instante en el demonio mas cruel: la ignorancia del cerdo en día de matanza ¿por que conformarse con la pastilla azul o la roja si puedes tener ambas?