Anotación en mi cuaderno:
¿Qué es la Cuestión? La misma es un estado de la mente , una filosofía de vida dicen , yo intuyo que más bien de muerte, por la cual los poderes , el estado , la familias de cualquier tipo o signo y por último el individuo concluyen que somos , la especie humana, el virus mayor que la madre Tierra pueda soportar. La Cuestión es renegar de tu especie, de tu humanidad, de ser “yo” y desear con todas tus fuerzas la extinción de la raza humana sobre la faz de la tierra. La Cuestión es el recurso de los cobardes que prefieren matarse a gotas mejor que en una cascada a temor de una infección o una explosión nuclear que acabe con todos.
Entramos en el Parque de Saltos, ella me tomó
entonces del brazo y como dos enamorados avanzamos entre las filas de las
diferentes atracciones. Saludaba a todo el mundo como si estos fueran
conocidos, algunos turistas nos sonrían o levantaban la mano, un ambiente
festivo donde no existían los rostros tristes, estaban imbuidos de una
felicidad interior que, por supuesto yo no entendía, ese entre otros es uno de
los motivos por los que acudí al parque, no era mi motivación principal la
curiosidad.
Una chica en estado de gestación vestía un holgado
traje amarillo cuajado de flores rojas, parecían claveles, ella le sonrió y
ambas rieron a la par , parecía que se leyeron las mentes, compartieron su
felicidad sin mediar palabra hasta que Maureen le acarició la tripa.
— ¿No es maravilloso?- me preguntó Maureen sin
esperar respuesta.
—Si- mentí, impertérrito ante los acontecimientos.
—Pasearé un rato hasta llegar al Gran Trampolín-
dijo la muchacha tocándose en círculos la barriga- bueno, pasearemos.
—Nosotros dejaremos el Trampolín para el final, solo
estamos de visita, queremos ver todas las atracciones.
Continuamos sorteando colas de turistas, al final del
día de todos ellos solo algunos indecisos volverían vivos. La Cuestión es un
estado mental cuya epifanía puede darse en cualquier etapa de la vida pero de
la que pocos escapan yo soy uno de esos, a lo mejor porque mi trabajo me llena
lo suficiente.
Al final todas las atracciones consistían en lo
mismo: caídas y saltos desde diferentes niveles del acantilado. Hubo un
instante en que pude ver como saltaban tres o cuatro al mismo tiempo cogidos de
las manos. En el centro del Parque para romper la monotonía de los saltos había
una máquina automática de decapitación y varias cabinas de suicidio pero
estaban vacías; aquí la gente venía a saltar.
El Gran Trampolín no estaba concurrido, el sol se ponía y los turistas se marchaban a mejores sitios para dar paso a la velada nocturna para aquellos visitantes que aun no tenían interiorizada la Cuestión pero que sin duda lo harían. Paseaban a donde las luces de colores de los merenderos.
El mar bramaba tempestuoso y algunas gotas de agua
salada nos salpicaban difuminadas en una fina niebla, las patrullas de limpieza
se afanaban con su labor para dejarlo todo impecable para la nueva jornada,
descolgados con arneses quitaban el rojo sangre de las rocas y montaban en sus
cestas los restos de los turistas pegados a la misma, en una de ellas me
pareció ver un trozo de flor roja impresa en un vestido.
— ¿Un
armadillo dices?
—Si, un
armadillo. Siempre me sentí un armadillo. Cuando recibí información sobre la
fauna de pequeña, supe de inmediato que yo no pertenezco a la misma raza que
tú. A ver, entiéndeme es mi raza sentida. ¿Cómo puedo sentirme Humana? Tu raza,
no tú querido amigo, hablo en general, es despreciable, todos lo saben, es por
eso que venimos a este sitio, es por eso de las cabinas de suicidio gratuitas y por eso queremos dejar de existir. Amigo , por tus
preguntas veo que no tienes interiorizada la Cuestión.
—Puede ser, siempre pensé que la Cuestión era una
maniobra de los poderes para tratar la superpoblación. Puede que no tengas
valor para acabar con tu vida y prefieras ser ese animal.
— ¿Piensas eso?- Maureen se acicaló las orejas después de lamerse las manos-puedes entrar en Virtual dentro de unas semanas, te dejaré mi dirección móvil para que me encuentres , me disculparás si no te saludo para entonces seré un armadillo completo, macho para ser exactos, tendrás que buscarme en mi madriguera.
Sonrió de una manera muy dulce y si es bien cierto que durante nuestro paseo por el parque intuí ciertos movimientos que achaqué en principio a tics pero no; Maureen a la que conocía tan solo un par de horas en persona, antes solo en virtual después de unas semanas , se estaba acostumbrando a ser un animal , tenía que apresurarme en hacer mi trabajo.
En ese mágico momento cuando el sol estaba casi oculto entre las aguas podría empujarla un poco y la gravedad haría el resto pero sería ese un acto muy casual. La así entonces por la cintura y ella me ofreció su boca, un gesto muy humano, perfecto.
Cerró los ojos esperando mis labios. Fue entonces cuando saqué la cuchilla , estaba muy afilada. Le rebané la tráquea y la sangre salió provocándole la asfixia. Tomé su cabeza entre mis manos y vi sus ojos que querían vivir, Elegí bien entonces. Otras veces calculaba mal y las victimas se dejaban morir con una sonrisa en la boca enfermas de la Cuestión, esta vez no; Maureen quería vivir.
En esos segundos de vida al extremo antes de empujar el cadáver a las rocas, Maureen no quería ser un armadillo macho en un mundo virtual, tampoco un despojo de carne en caída al mar desde un acantilado; ella quería ser la humana Maureen durante unos segundos, unos minutos o toda una vida. Mi trabajo estaba a punto de concluir, sepan que yo no mato armadillos, les saco la vida a personas. No me llamen asesino, soy un humanista.